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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Drama. Romance Inglaterra, principios del siglo XX. Los señores Maudsley, de la alta sociedad inglesa, han invitado a Leo, un compañero de clase de su hijo a pasar unos días de vacaciones con ellos. El recién llegado será utilizado por la hermana de su amigo para enviar cartas a su amante. (FILMAFFINITY)
30 de marzo de 2010
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
111/35(27/03/10) Joseph Losey nos ofrece uno de su mejores trabajos, una hermosa y aguda crítica a la decadente aristocracia británica de principios de Siglo XX, mezclado con el despertar de la inocencia de un adolescente. Fue el tercer trabajo y último del guionista Harold Pinter con Losey, después de ‘El sirviente’ y ‘Accidente’, en todos ellas el tema recurrente es la feroz diatriba a la alta sociedad, donde Pinter refleja sus izquierdistas ideas en la eterna lucha entre los diferentes estratos sociales, esta no es una excepción donde se ataca con sutileza a la hipocresía de la burguesía adinerada. El argumento gira en torno a un inocente joven de unos trece años, Leo (excelente Dominic Guard), a principio de la década de 1.900, va a pasar un verano con un rico compañero de colegio, Marcus Maudsley (Richard Gibson), a la mansión familiar de los Maudsley, Brandham Hall. Allí conoce a la hermana de Marcus, Marian (bellísima Julie Christie) de veintitantos años, por la que se siente atraído, por casualidad se convierte en mensajero entre ella y su amante secreto, Ted Burgess (carismático Alan Bates), agricultor que tiene arrendada una granja vecina a los Maudsley. Se establece entre los tres una relación a tres bandas donde Leo se empieza a cuestionar el porqué de algunas cosas, se hace las típicas preguntas del despertar de la inocencia, los picores afloran y sufre por no saber. La historia posee una puesta en escena deliciosa, evocando imágenes de gran lirismo, con una maravillosa recreación de un tiempo que languidece, donde la fotografía de Gerry Fisher recuerda a idílicos cuadros de la época, un espléndido trabajo, así como su placentera música del gran Michel Legrand, que ayuda que su ritmo no resulte lento si no contemplativo y melancólico. Alan Bates borda su papel, derrocha personalidad y magnetismo, con un poderoso porte que maneja de forma magnífica, así como Julie Christie de la que es difícil no enamorarse, está adorable, y de una preciosidad sublime. El muchacho, Dominic Guard compone un rol sensacional, sin caer en el histrionismo, utiliza el lenguaje corporal de modo perfecto. Recomendable film a todos los que gusten de buenos melodramas. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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