190/04(06/07/10) Uno de los spaguetti-western más famosos, un film de culto para muchos entre otros de Quentin Tarantino, es un producto de serie B del que no esperaba mucho pero me ha sorprendido muy gratamente, tiene bastantes elementos destacables y que la hacen una cinta interesante. Es un producto muy ameno que en sus escasos 85 minutos hacen difícil te aburras desde su enigmático arranque en el que vemos a Franco Nero arrastrar por el barro un ataúd, es de esas imágenes que se te quedaran grabadas por siempre, un icono del género, mientras suena de fondo la canción ‘Django’ creada por el argentino Bacalov, ello marca el resto del relato. El argumento es nimio y un claro plagio de ’Yoyimbo’ de Kurosawa, que ya hizo un remake Leone en otro spaguetti ‘Por un puñado de dólares’. Uno de sus puntos fuertes es una puesta en escena sucia, todo engullido del feísmo más sórdido, un pueblo embarrado, un salón con prostitutas feas, maquilladas hasta repeler, y en este contexto insano se mueven unos personajes tallados por este pusilánime escenario. Las escenas de acción están logradas siempre que le demos la licencia de la estética violenta hiperexagerada, destacando el magnífico momento en medio de la calle, frente a cuarenta asesinos discípulos del KKK, descubrimos lo que Django lleva en su ataúd. Franco Nero hace un buen trabajo para sus limitadas cualidades, ya que Django no debe mostrar expresividad, es un taciturno de vuelta de todo, con lo cual es un rol a medida del galán alpino. Recomendable a los degustadores del género. Fuerza y honor!!!