Haz click aquí para copiar la URL
España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
10
Drama Cuando Zampanó, un artista ambulante, enviuda, compra a Gelsomina, la hermana de su mujer, sin que la madre de la chica oponga la menor resistencia. Pese al carácter violento y agresivo de Zampanó, la muchacha se siente atraída por el estilo de vida nómada, siempre en la calle (la "strada", en italiano), sobre todo cuando su dueño la incluye en el espectáculo. Aunque varios de los pintorescos personajes que va conociendo en su deambular ... [+]
11 de junio de 2020
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
162/11(08/06/20) Obra Maestra del Séptimo Arte esta dramedia dirigida en una de sus cumbres por Federico Fellini, con guión propio junto a su colaboradores habituales Tullio Pinelli y Ennio Flaiano (con los escribió grandísimos films como “Las noches de Cabiria”, “La Dolce Viita” o “Fellini 8½”), contando la tierna y a la vez patética historia de Gelsomina (Giulietta Masina) y Zampanò (Anthony Quinn), en un relato con efluvios a cuento de hadas donde ella es una inocente ‘princesita’ y él un ‘ogro’ que la ha comprado a su madre por 10,000 liras para ser su ayudante como artista ambulante circense con su número estrella de fortachón que rompe una cadena apretada a su pecho, una road movie de las que te emociona y conmueve gracias a la estremecedora relación entre ambos. Fellini ha llamado a La Strada "un catálogo completo de todo mi mundo mitológico, una representación peligrosa de mi identidad que se llevó a cabo sin precedentes". El proceso de desarrollo fue largo y tortuoso; Hubo varios problemas durante la producción, incluyendo respaldo financiero inseguro, reparto problemático y numerosos retrasos. Finalmente, justo antes de que la producción completara el rodaje, Fellini sufrió una crisis nerviosa que requirió tratamiento médico para poder completar la fotografía principal. La reacción crítica inicial fue dura, y la proyección de la película en el Festival de Cine de Venecia fue la ocasión de una amarga controversia que se convirtió en una pelea pública entre los partidarios y detractores de Fellini. Posteriormente, sin embargo, La Strada se ha convertido en "... una de las películas más influyentes jamás hechas", según el American Film Institute. Ganó el Oscar inaugural a la Mejor Película en Lengua Extranjera en 1957 y fue nominada al Oscar al mejor guión (perdió ante la francesa “EL globo rojo”). Obtuvo el León de Plata de Venecia al mejor director y el Silver Ribbon (Nardo d'Argento) al mejor director y al mejor productor. Se colocó en cuarto lugar en la lista de directores de cine del Instituto Británico de Cine de 1992 de las 10 mejores películas. El crítico Roger Ebert, en su libro The Great Movies, sostuvo que La Strada era el punto culminante de la carrera de Fellini y que, después de esta película, "su trabajo se adentró frenéticamente por la senda freudiana, el cristianismo, sexualidad y exceso autobiográfico". "Lo que me hubiera gustado hacer es una película como 'La Strada'. Pero nunca haré 'La Strada'. Ya está hecha, es muy buena, no se podría mejorar” (Francis Ford Coppola).

Fellini confronta dos mundos de personalidades en un micro-universo lleno de miserias. Zampanò es un bruto, grandullón, borrachín, violento, machista, atávico, mujeriego, asentimental, y frente a él está Gelsomina es pura, ingenua, risueña, menuda, frágil, bondadosa, calmada, cariñosa, soñadora, sensible, representa a la Italia empobrecida, la que en su desesperación es capaz de comerciar con sus hijos. Entre los dos se establece una relación extraña, donde la soledad los inunda por dentro, dos seres marginales y desarraigados, dos vagabundos de las carreteras que viajan en una singular moto con remolque. Ella como un perrito solo sabe estar bajo el regazo de él, aunque este la humille y maltrate, ella siente que su lugar es estar con él, ejemplificado esto desde el principio cuando él dice a la madre de Gelsomina, "Incluso enseño perros". Es la estampa de un país derruido, pobre, hambriento (Gelsomina amenaza a Zampano con dejarlo y regresar con su madre, él responde que no se irá porque al menos está comiendo con él). Un país donde incluso falta desahogo sexual (Una viuda de guerra ofrece una comida y ropa de su marido muerto a cambio de un rato de sexo). Sexo presente fuera de campo en la película, ello siempre entrelazado con el patetismo, como cuando Zampanò deja a Gelsomina tirado en la acera una noche para irse él con una mujer a fornicar. Pero sobre todo mencionar el modo seco y áspero en que Gelsomina pierde la virginidad, ella quiere dormir fuera del motocarro, pero Zampanò de modo bruto la echa en el carromato, hay una elipsis, y vemos a Gelsomina tumbada junto a Zampanó, se incorpora llorando, y todos sabemos lo que ha pasado, trémulo.

Todo esto relatado con enorme sentido lírico, con un trémulo lenguaje visual, con una epidérmica música (del gran Nino Rota), componiendo momentos que te calan de modo entrañable en un crescendo dramático desgarrador en su rush final. Metraje donde se dan cita con grandioso equilibrio la melancolía, el humor, y una tremenda humanidad remanente de sus protagonistas, interpretados de modo espléndido por la Masina y Quinn. Donde Fellini no deja de incrustar sus mantras como es el mundo del circo, y la playa.

Tendrá gran importancia en la historia la aparición de “El Loco” (Richard Basehart), un artista de circo especializado en funambulismo. Tipo optimista, sonriente (que hermosa sonrisa le dedica a Gelsomina en la primera escena que aparece, tras hacer un espectáculo de cuerda floja en un pueblo). Tipo que enfurece una y otra vez a Zampanò con sus burlas. Tendrá una enternecedora relación Gelsomina, a la que él ve desvalida y vejada por Zampanò. Intenta alentarla y darle luz en su ‘Síndrome de Estocolmo” (con su ‘amo’), le dice que no importa lo inútil que se pueda sentir, “Quién sabe, quizás… quizás [Zampanò] te quiere. […] Sí, ¿por qué no? Él es como un perro. No has visto nunca a esos perros que nos miran, y parece que quieren hablarnos, y en cambio no hacen más que ladrar? […] Si tú no te quedas con él, ¿quién lo hará? Yo soy un ignorante, pero he leído algún libro. No te lo creerás, pero todo lo que hay en este mundo sirve para algo. Hasta esta piedra, por ejemplo […]. No sé para qué sirve, pero para algo debe servir. Porque si fuera inútil, entonces todo sería inútil… incluso las estrellas... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow