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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Thriller. Intriga. Drama Irán, año 1979. Cuando la embajada de los Estados Unidos en Teherán es ocupada por seguidores del Ayatolá Jomeini para pedir la extradición del Sha de Persia, la CIA y el gobierno canadiense organizaron una operación para rescatar a seis diplomáticos estadounidenses que se habían refugiado en la casa del embajador de Canadá. Con este fin se recurrió a un experto en rescatar rehenes y se preparó el escenario para el rodaje de una ... [+]
22 de febrero de 2013
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
253/10(23/12/12) Muy entretenido thriller político con cínicos toques de homenaje al cine, la tercera realización del actor Ben Afleck demuestra que tiene gran futuro tras la cámara. Se basa en hechos reales desclasificados en 1997, relatados en dos libros, uno de ellos escrito por el protagonista Tony Mendez. La cinta está partida en tres bloques bien diferenciados, el primero arranca con una serie de viñetas mezcla entre comics y story-boards en los que con voz en off de una mujer con acento farsi, se intenta resumir la historia de Irán de la segunda mitad del SXX que da origen a la acción, de cómo intereses económicos estadounidenses y británicos derivados del petróleo derrocaron al presidente iraní Mossadegh para poner al Shá de Persia, pintado como un tirano y títere manejado por potencias occidentales, pero una revolución islamista hace huir al Shá, este primero se refugia en la embajada de USA, para luego exiliarse en este país, este prólogo solo se entiende como una licencia dramática para intentar ser equidistante, ser políticamente correcto, quiere contextualizar los hechos, el error viene después, pues nunca da rostro al pueblo iraní, son personas barbudas impersonales, no hay ni un villano concreto, ni personajes complejos en este bando, es algo nebuloso que resta entidad al resultado final, llegan a ser especie de zombis encolerizados, lo cual es una paradoja pues la reseñada introducción anhela poner cara a los indignados iranís, una sensible tara. El 4 de de noviembre de 1979 en Teherán, en acción real asistimos a diez minutos de una tensión electrizante-asfixiante, una toma aérea nos revela como cientos de radicales jomeinistas exaltadas pretenden tomar la embajada estadounidense a la fuerza como represalia a la ayuda al sátrapa, vemos a los funcionarios americanos en el interior temerosos por sus vidas y a la par como intentan destruir información reservada para no llegue a manos enemigas, 52 de los trabajadores y diplomáticos son hechos rehenes, pero seis de ellos consiguen escapar y refugiarse en la embajada canadiense, este tramo está filmado con grandes dosis de tensión e intensidad, una excelente recreación de los sucesos, una turba de exaltados que transmiten pavor. En el segundo segmento nos trasladamos a USA, la CIA tras muchas ideas descartadas deciden aceptar una arriesgada propuesta del agente Tony Méndez (correcto Ben Afleck), les sacaran de Irán como parte del equipo de rodaje de un film que va a buscar exteriores para una cinta de ciencia ficción, para dar veracidad crean toda una preproducción de Hollywood, contratan al maquillador John Chambers (gran John Goodman), Oscar por ‘El Planeta de los Simios’, y al productor Lester Siegel (gran Alan Arkin), este hace escribir un guión, hacen una fiesta de presentación y hasta la anuncian en la revista Variety, estos dos actores aportan una poderosa personalidad, desparraman deliciosas dosis de humor mirándose el ombligo y riéndose de la industria hollywoodiense, con diálogos y situaciones muy divertidas, este bloque mezcla las interioridades flemáticas de la agencia espía, donde sobresale el gran Bryan Cranston, un magnífico actor que requiere de un papel de más entidad, sumado esto con el superficial mundo del cine, donde las referencias autocríticas rozan lo satírico, mientras Afleck nos intenta mostrar la personalidad del protagonista, en esto la narración patina, todo queda muy liviano, el padre absorbido por el curro que no tiene tiempo para su retoño está ya muy manido. El tercer tramo sucede en Teherán (rodado en Estambul), allí sobre el terreno Méndez intentará que su estrategia tenga éxito, aquí el realizador consigue altas dosis de intriga, la tensión se palpa, notable la secuencia en el mercado de Teherán, el peligro se palpa, ello en un ritmo trepidante increscente, donde sobresale el moraleja del poder del individualismo, la fe en lo que uno hace, de cómo rebelarse ante lo establecido no tiene por qué estar mal. La puesta en escena es brillante, es una ventana a finales de los 70, es como estar viendo un informativo de esa época, el vestuario, los escenarios, ello embellecido por la espléndida fotografía del mexicano Rodrigo Prieto (‘Amores perros’ o ‘La última noche’), capta las texturas propias de estos años, sobresaliente, sumado esto a la música del parisino Alexandre Desplat, sabiendo canalizar emociones en cada momento, añadiéndose temas setenteros de los Rolling Stones, Van Halen o los Dire Straits. Como defectos, además de los reseñados, están lo plúmbeamente que están descritos los refugiados, no sientes empatía por ellos, no sufres con ellos, no te toca lo que les pase, tampoco ayuda lo poco carismático que es Ben Afleck, le falta carácter, carece del peso para elevar la entidad de la obra, y lo peor es un clímax final forzado, demasiado ajado, roza el ridículo (spoiler). El conjunto nos da un buen film que sabe unir el drama, el suspense, la intriga política, el humor, enganchando nos a su metraje. Fuerza y honor!!!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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