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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
4
Drama Una joven belga (Audrey Hepburn) que pertenece a una familia burguesa, ingresa como novicia en un convento. Tras profesar como monja, la hermana Luke es enviada al Congo a trabajar como enfermera en una misión. Su sorpresa será mayúscula cuando compruebe que ha sido destinada a un hospital para blancos, como ayudante de un cirujano. (FILMAFFINITY)
1 de agosto de 2019
3 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
120/12(26/07/19) Maniqueo híper-sobrevalorado drama realizado por Fred Zinnemann, con guión escrito por Robert Anderson (“El Yang-Tsé en llamas”), adaptando la novela homónima de 1956 de Kathryn Hulme, adaptación relativamente fiel de la novela, se basó en la vida de la monja belga Marie Louise Habets. Se hace una loa grimante del ascetismo y la obediencia dogmática a una secta religiosa, que según nos muestran aquí pretende extraer el alma de las novicias, hacerlas autómatas sin sentimientos propios, todo por de su Líder etéreo, donde no puede existir la amistad, la alegría, los recuerdos, el orgullo de ser inteligente, no puedes tener objetivos, no debes hablar, no debes pensar, tu familia deja de existir, debes flagelarte si rompes las reglas, pero tampoco te pases que eso puede ser placer, y entonces deberías flagelarte más (¿?). Se nota un poquito que me da dentera esta enmarcación aséptica de la historia, cuando debería ser una crítica atroz a este modo de hacer Iglesia, pues así, a bote pronto me acuerdo del film “Los gritos del silencio” donde se veía a los jemeres rojo adoctrinar de modo fundamentalista a los camboyanos, y esto que aquí vemos no es muy distinto de esto (salvo por que el castigo, en el país indochino era la muerte, y aquí es la autoflagelación). Igual me encuentro entre los pocos que van en contra por la autopista, pero yo si me siento libre (no como esta monja) y doy mi modesta opinión, por mucho que fuera un gran éxito de público y crítico. Película nominada a ocho premios de la Academia, incluida la de Mejor actriz en un papel principal (Audrey Hepburn); Mejor fotografía, color ; Mejor director ; Mejor Edición de Película ; Mejor música, puntuación de una película dramática o de comedia ; Mejor foto ; Mejor sonido (George Groves); y Best Writing, guión basado en material de otro medio. La película fue reconocida por el American Film Institute en 2005 como nominada para los 100 años de películas de AFI y en 2006 como nominada por los 100 años de AFI... 100 aclamaciones.

Año 1930 y Gabrielle van der Mal (Audrey Hepburn), hija del respetado cirujano belga Dr. Pascin Van Der Mal (Dean Jagger) deja atrás su vida de clase alta para ingresar al convento con el deseo de terminar como enfermera en el Congo. Pero Gabrielle pronto encuentra seguir el estilo de vida disciplinado de una monja, obedeciendo el silencio y asistiendo a una experiencia de prueba mientras lucha con humildad y humildad.

Es un relato sobre una mujer, Gabrielle van der Mal (Audrey Hepburn), que la vemos in media res, que decide hacerse monja, bajo un seminario estricto y radical, donde se intenta desposeer a la mujer de toda personalidad, y hacerla un robot al servicio de la causa. Digo in media res, pues no sabemos el porqué de esta vocación, de donde le vino este “llamamiento Divino” por el cual le parece bien que se le lave el cerebro de este modo en contra de los Derechos Humanos. Vemos que vive en un hogar acomodado, sus hermanas no lo aceptan de buen grado, su padre viudo lo acepta sin rechistar, lo cual me resulta poco aleccionador, pues un buen progenitor no debería tolerar que su vástaga (si la quiere) entre en esta secta venenosa que le anula voluntad, e incluso ve mal que hable de su familia, cual si perdiera a la hija.

Con lo que si ya me siento hastiado por su temática, es que estoy con el cuchillo entre los dientes, y solo hago que cargarme de razones, pues además su metraje se me hace más pesado que ver el video de las vacaciones de los amigos, dos horas y media en las que el tiempo parece ir muy despacito-despacito, donde todo resulta tan lineal y predecible (puaj!), donde los dilemas morales son inexistentes, por mucho que he leído que la monja protagónica los tiene, debo ser muy lerdo (nada descartable), pues la veo obediente y recta, solo mínimamente rebelde al negarse a suspender un examen por orden de una superiora (esto merece capítulo aparte). Resto me resulta un simple docudrama sobre la marcialidad castrense religiosa, una loa a la vida de auto sacrificio, convertirte en un autómata que no toma decisiones, solo actúa cual ha sido programada, fuera la individualidad, no hay lucha espiritual (yo en mi estado mencionado de lerdo no la veo), solo hay un relato plano sobre alguien que decide anular su persona y pasar a ser una máquina ONG.

En la primera parte asistimos a un cuasi-documental sobre el adoctrinamiento (centrifugado de cerebro), vemos a la monja pasar por varias filtros para purificar (o sea, sesgar) su alma, no vemos la espiritualidad, y sí los castigos, estos para no mancharse las manos cual verdugos las monjitas superiores obligan a que sean vejadas por sí mismas con un látigo que les regalan con cinismo para autoflagelarse. Vemos como van asfixiándola, como van haciendo que su carácter vaya siendo exprimido hasta dejarlo en inexistente, ser un soldado (clarao paralelismo cuando vemos que le cortan el largo cabello) de esta congregación fundamentalista.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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