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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Drama. Romance. Bélico Revolución Francesa (1789-1799). Adaptación de la novela histórica del mismo título del escritor inglés Charles Dickens (1812-1870). El abogado inglés Sydney Carton, que lleva una vida insustancial e infeliz, se queda prendado de los encantos de la joven Lucie Manette, pero ella se casa con Charles Darnay. Cuando, en plena revolución, Darnay va a París para liberar a un criado suyo injustamente encarcelado, también él es conducido a ... [+]
25 de junio de 2015
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96/04(08/06/15) Inane versión inglesa realizada por Ralph Thomas de la popular novela de Charles Dickens de 1859, la primera sonora de los británicos, se siente deslavazada, con personajes poco perfilados, con comportamientos artificialmente erráticos, da la sensación que parten de que el espectador sabe la historia del libro y por ello se saltan tramos que deben rellenar lagunas que dan sentido al desarrollo, y es que el guión de T.E.B. Clarke divaga en elipsis temporales bastante confusas. Fue la sexta vez que se llevó al cine el dickensiano libro, se hizo en 1911, 1917, 1922, 1925 y la más afamada, la de 1935, protagonizada por Ronald Colman.

El escenario alterna entre Londres y París, arranca en tiempos previos al inicio de la Revolución de Francia. Sydney Carton (Dirk Bogarde) es un amargado y cínico abogado en la capital inglesa, es un borrachín misántropo, un día es contratado por el banquero Jarvis (Cecil Parker) para defender a un joven de origen francés, Charles Darnay (Paul Guers), ante una corte británica de los cargos de traición que se pagan con la pena de muerte, acusado por un siniestro tipo, Barsad (Donald Pleasance), con una hábil triquiñuela Carton consigue liberen a Darnay, este está enamorado de una joven Lucie Manette (Dorothy Tutin), que a su vez tiene robado el corazón a Sydney, pero este no luchará por ella, no cree digno de su amor. Charles Darnay en realidad es un noble galo, sobrino del despótico Marqués de Evremond (Christopher Lee), que dejó Francia por la tiranía de su tío, ejemplo de la opresión a que tienen sometida a la población y que al final termina por explotar en la Revolución, está deriva en el llamado “terror”, unas cruentas purgas contra los nobles y sus familiares que serán pasados por la guillotina, en esta espiral sanguinaria de venganzas es arrastrado Charles. En el relato también tiene importancia el Dr. Manette (Stephen Murray), Madame Defarge (Rosalie Crutchley), una vejada francesa por los aristócratas, o Miss pross (Athene Seyler), asistenta de Lucie.

Presentan la revolución como algo acartonado, donde los malos son muy malos y los buenos muy buenos, no hay complejidad en un relato que si debiera tenerla, pues de lo que realmente habla el libro es que de la espiral de maldad genera más maldad, en formato de sed de venganza despiadada, que los que comandan una Revolución quizás están demasiado viciados por lo que han sufrido, esto en el film me queda muy simplista, pues llega a arremeter contra la Revolución Francesa, sin dobleces, con momentos chirriantes, como asesinar a los criados de los aristócratas,. La cinta porfía su artillería en loar el amor puro, la lealtad, el espíritu de sacrificio por un bien mayor, se ataca la tiranía, el despotismo, el revanchismo, los prejuicios, el hecho de que no se puede generalizar, pues entonces te pones a la altura del que repudias.

Tampoco ayuda un elenco de protagonistas bastante plano, empezando por un protagonista, Dirk Bogarde falto de carisma, plúmbeo en personalidad, mal escrito, no se sabe de dónde le viene ese afán autodestructivo, simplemente está así y ya está, se nota una persona inteligente, con un buen trabajo, y sin embargo está atormentado sin que sepamos el porqué, no ayuda a conectar en algo con él, dándonos igual lo que le pase. El triángulo romántico se siente superfluo, predeterminado y malamente evolucionado orgánicamente. Dorothy Tutin resulta bastante insípida, incomprensible caigan los hombres rendidos ante ella. Paul Guers otro que deja que desear, frio, sin nervio, liviano. Los secundarios dan algo más, como un Christopher dejando ya entrever lo bien que le queda el rol de malo sofisticado y elegante. Donald Pleasence hace de rata traicionera de maravilla, a lo que ayuda su particular rostro. Rosalie Crutchley está pasada de vueltas, sobreactuada, una caricatura sin mesura. Athene Seyler tiene el papel de dar algunas puntadas cómicas, aunque débiles. Me ha gustado en el poco tiempo en pantalla Marie Versini como Marie Gabelle, muy enternecedora su interpretación de desdichada sirvienta.

Incluso se puede ver la historia como una apología del imperio de Inglaterra y su modus vivendi, nos presentan Francia una nación en la que con los aristócratas había represión y villanía, pero los que les han sustituido no son mejores, instaurando un reino del terror a base de guillotina, y bojo, pienso fue así, pero es que aquí se pasa de puntilla por los motivos de la Revolución, se presenta como algo dirigido por mentes enfermas, sin pizca de ideales algunos más allá de la venganza, e Inglaterra es la tierra de la justicia, donde todo aquel quiera libertad debe ir, algo simplista. Tampoco ayuda a levantar el vuelo que no haya escenas de peso, incluso la esperada de la toma de la bastilla resulta algo pobre.

Asimismo no sacan provecho de uno de los avances con respecto a la versión de 1935, como es el technicolor, para hacer lucir, los vestidos, decorados, castillos, muy erraos en esto.

Lo mejor son las algarabías de juicios sumarísimos en el Tribunal Revolucionario de París, transmiten la asfixia que debieron sentir los acusados ante tanta sinrazón.

En conjunto queda una pasable adaptación del clásico de Dickens, aún no se ha hecho un film que le haga total justicia. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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