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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Western. Aventuras Rooster Cogburn, un sheriff bebedor y en decadencia (John Wayne), es despojado de su placa por el juez federal Parker (John McIntire), que lo acusa de exceso de celo en la búsqueda y captura de forajidos. Pero, inmediatamente después, el propio Parker le confía una nueva misión: capturar a la banda de Hawk (Richard Jordan), que ha robado nitroglicerina al ejército. Por el camino, Rooster se encuentra con una rígida y adusta misionera ... [+]
4 de agosto de 2011
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
226/17(18/07/11) Entretenidilla sin más esta secuela de ‘Valor de ley’, que sigue los parámetros de esta sin complicarse. Su mayor atractivo es su gran pareja protagonista un inmenso en todos los sentidos John Wayne y una magnífica Katharine Hepburn, entre los dos se establece una deliciosa química, salpicada de diálogos divertidos e ingeniosos, donde los diferentes caracteres de uno y otro chocan brotando chispas de ternura. El guión es de lo más simple, sigue la misma línea que la original, una historia de aventuras, un agente de la ley, Rooster Cogburn encargado de dar con unos malhechores por parajes salvajes, las Naciones Indias, y que se encuentra llevando a la fuerza a una mujer, Eula (maravillosa K. Hepburn), en este caso una misionera ultrareligiosa para vengar la muerte de un familiar, en este caso la muerte de su padre, la diferencia que en la primera era una relación semi-paterno-filial y esta continuación es de marcado romanticismo otoñal. John Wayne se encuentra en su salsa con este personaje hecho a su medida, el penúltimo que hizo, un veterano de la Guerra de Secesión, un tipo rudo, cascarrabias, borrachín, y muy buen tirador, y la Hepburn lo mismo, un rol que le sienta de maravilla, una mujer de fuerte carácter, cabezota, de mucha labia y de pétreas convicciones, pues estas dos estrellas son la película, todo el argumento rezuma un aire a nostalgia de la Obra Maestra ‘La Reina de África’, quiere parecerse pero no hay guión ni un desarrollo del relato que se le acerque, vamos que el mediocre realizador Stuart Millar no le serviría a John Huston ni para sostenerle la botella de whisky. Se les nota a gusto a el uno con el otro pero sus diálogos no están a la altura, algunos rozan el ridículo. La puesta en escena es bastante buena, con unos hermosos paisajes naturales fotografiados espléndidamente por Harry Stradling jr. (‘Pequeño Gran Hombre’ o ‘Tal como éramos’), las escenas de acción son aceptables, excepto la de los rápidos que ha quedado machacada por el tiempo, canta una barbaridad que no es la Hepburn la que está en la balsa, así como los falsos fondos, pero como solo pretendes que pases un rato ameno sin más se tolera, de hecho esta secuela tiene más dosis de humor. Es un producto pasatiempo, sin poder de calado, con personajes planos, donde los buenos son buenísimos y donde los malos son malisimos. Para degustadores de cine de aventuras efímero con dos iconos. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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