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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Drama Crónica de la vida en la Maze Prison, una cárcel de máxima seguridad de Irlanda del Norte, a través de los emotivos acontecimientos que tuvieron lugar en 1981 con motivo de la huelga de hambre del IRA, liderada por Bobby Sands. La película describe lo que ocurre cuando se obliga al cuerpo y a la mente a ir más allá de sus límites. Celebrada ópera prima del director y guionista Steve McQueen. Obtuvo el Premio Cámara de Oro en el certamen ... [+]
4 de septiembre de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
63/03(05/04/13) De los más brillantes óperas primas del SXXI, el londinense Steven Rodney McQueen es un polivalente artista, escultor, fotógrafo y director de cine, debuta en un largo con este impactante film que narra con un crudeza extrema los nefastos acontecimientos reales acaecidos en Irlanda del Norte y que llevaron a varios presos a morir en huelga de hambre. Este relato le vale a McQueen para mostrarnos la fuerza de voluntad y la determinación idealista del ser humano, intenta no posicionarse en el conflicto, ni tan siquiera se adentra demasiado en las raíces de la lucha, para McQueen todo es una alegoría de hasta dónde llega la fuerza de voluntad del hombre en condiciones extremas. Esto el director lo plasma con un estilo visual inquietante, deteniéndose en los pequeños detalles y con planos zozobrantes.
McQueen escribe el guión junto al dramaturgo Enda Walsh este absorbente relato donde nos hacen sentir unos presos más, un film de complicada digestión, con una puesta en escena naturista que nos provocan dolor las palizas, nos sentimos asqueados por las condiciones asquerosas que se autoimponen. McQueen sabe dónde poner en cada momento la cámara para hacernos claustrofóbica la sensación. Solo se producen dos diálogos largos, el brillante del encuentro preso-cura, y el de un doctor describiendo pormenorizadamente a los padres de Sands el calvario físico que le espera a su idealista hijo. El resto es la hoja de ruta del martirio en respuesta a unos inquebrantables ideales.
El escenario es una prisión de Irlanda del Norte, Maze Prison, allí son recluidos en condiciones infrahumanas varios miembros del IRA. La cinta está dividida en 3 partes bien marcadas. En la primera apenas hay frases, los silencios son dolientes, seguimos a dos presos del Ejército Republicano Irlandés, Davey Gillen (Brian Milligan) y Gerry Campbell (Liam MvMahon), los dos comparten celda y son el hilo conductor en este tramo para mostrarnos sus vejatoria reclusión. Los presos se niegan a ponerse el uniforme de presos comunes, se consideran reclusos políticos, iniciándose la que se llamó la Protesta de las Sábanas, estaban desnudos y solo se tapaban con las sabanas, tras un conflicto por demandas no cumplidas en prisión los presos dieron un paso más, su forma de rebelarse es negarse a asearse, echar sus orines al pasillo, embadurnar de sus heces las paredes de las celdas, lo que se llamó ‘Huelga Sucia’, es una lucha psicológica contra el Estado Británico, lucha que también sufren los guardias encargados de estos rebeldes, entre medias asistimos al trato vejatorio al que son sometidos los presos, los golpean, los vejan, los torturan, es un cruento pulso con el gobierno de Margaret Thatcher. A la media hora McQueen cambia de protagonista para fijarse en Bobby Sands (gran Michael Fassbender) , líder de presos del IRA. Con una sobriedad sangrante asistimos al devenir rutinario-sobrecogedor, exposición de la violencia desgarradora. Viene a exponernos con atavismo que cuando a uno no le queda nada con lo que luchar le queda su cuerpo físico, un concepto cuasi-antropológico, los presos lo utilizan para avergonzar con su desnudez, para no lavarse, para no afeitarse, no pelarse, utilizan sus excrementos, sus orinas, sus rectos para esconder una radio y en el último tramo lo manejan como ‘misil’ para degradarlo y atacar con su letárgica muerte a las autoridades. McQueen maximiza su potencial arrollador visual en detrimento de la palabra. Impactantes son las escenas de cómo llevan a los presos a asearse y a pelarse, o como Davey juega con una mosca que suelta al exterior, o como embadurnan de heces en forma de espiral las paredes de la celda los presos.
McQueen pretende ser neutral, no busca ni buenos ni malos, no explica los orígenes de esta ‘Guerra’, no justifica ni a unos ni a otros, tiene la sensibilidad en este tramo de mostrarnos el tormento de un guardia de la prisión, Raymond Lohan (Graham Stuart), la cinta arranca con él, desayuna en silencio fríamente en su hogar con su esposa, antes de subirse a su auto inspecciona no tenga una bomba en los bajos, su mujer observa en tensión desde la ventana, y entra en la prisión, y oímos fuera de campo a la Primer Ministro británica Margaret Thatcher <Aquí no hay presos políticos, aquí hay criminales>, para que quede patente el duro pulso que mantendrán. Vemos la conflictiva llegada de presos. De vez en cuando la historia se desvía de los reclusos a él, vemos que es uno de los guardias que propina las palizas, pero el realizador en un alarde de equilibrio emocional nos lo enseña a solas soportando el dolor psíquico que detenta, lo vemos como limpia la orina de los pasillos, haciendo que su asfixia mental nos toque, y las heces de las celdas, bellísima su imagen en el patio nevando, su melancolía nos llega, emitiendo angustia, no disfruta con lo que hace pero es su deber, toda esta sensibilidad queda reflejada en una escena donde el director expone que el salvajismo no era exclusivo de los ingleses (spoiler). Graham Stuart lo encarna de modo extraordinario, su tormento es nítido, una interpretación sin palabras y sin histrionismo de gran hondura por el suplicio espiritual que arrastra. Lo malo es que con el segundo tramo esta bifocal mirada se omite, todo el objetivo se reduce a un preso.
Segunda parte. A los 43 minutos, cambiamos de registro con austeridad visual, una conversación de 22 minutos, 17 de ellos a cámara fija, entre Bobby Sands (gran Michael Fassbender), líder de los presos del IRA y el sacerdote católico, Dominic Moran (gran Liam Cunningham), en la charla Bobby expone que su siguiente paso es una huelga de hambre a la que le acompañaran muchos presos, Moran intenta disuadirle, le viene a decir que es un ególatra con ansias de protagonismo, Bobby le cuenta en primer e hipnótico plano una anécdota personal sobre un potrillo que demuestra su fe inquebrantable en lo que hace… (continua en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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