60/01(01/05/14) Clásico del cine de aventuras dirigida por Victor Fleming, cine pedagógico, cine familiar, cine que deberían poner en todas las escuelas, una excelente adaptación del libro de Rudyard Kipling “Captains Courageous” (1897), una oda al duro trabajo de los pescadores, a la amistad, al despertar a la madurez, gran cine en la época dorada del Séptimo Arte, cine vibrante y de emociones a flor de piel, cine con actores en su cumbre, cine con escenas estremecedoras en un increscendo dramático trémulo delicioso.

He vuelto a ver este film por la muerte de Mickey Rooney a los casi 94 años (1920-2014), niño prodigio del Hollywood Dorado, actor juvenil muy taquillero, pero que escarbando en su extensa filmografía participó en pocas buenas películas, y mucho menos de protagonista, esta es la que mejor puntuación tiene, pero su actuación es bastante escasa. Se hizo más famoso por su ajetreada vida personal que por su calidad interpretativa, y es que estuvo casado hasta 8 veces, la primera de sus esposas fue Ava Garner.
Harvey Cheyne (gran Freddie Bartholomew), es un chico de 10 años manipulador, egoísta, caprichoso y malcriado por un viudo magnate Frank Burton Cheyne (Buen Melvyn Douglas), en el colegio privado abusa de sus compañeros por el poderoso nombre de su progenitor, que además es benefactor de la institución, tras la última trastada es expulsado de la escuela. Su padre decide llevárselo de viaje con él a Europa en un transatlántico para ver si consigue enderezarlo dándole más atención. En el barco sufre un accidente y cae al mar en las aguas de Terranova, siendo recogido, por un pescador en un bote, Manuel Fidelio (gran Spencer Tracy), llevado por este a bordo del barco bacaladero, el “We’re Here” (“Estamos Aquí”). Harvey trata con petulancia altanera de convencer al capitán Disko Troop (gran Lionel Barrymore) para que lo lleve a tierra, este dice que le quedan 3 meses para volver a puerto, el capitán le ofrece un trabajo, tras algún desencuentro Harvey se ve forzado a aceptarlo, siendo su mentor el vitalista Manuel, con el entabla una conmovedora amistad en la que sufrirá una honda transformación. Entre la tripulación está el hijo del capitán, Dan (buen Mickey Rooney) y el supersticioso Long Jack (buen John Carradine) que dice que el naufrago recogido traerá mala suerte. Además el capitán Disko mantiene una gran rivalidad con el pesquero de Cushman (correcto Oscar O’Shea).

Adaptan la novela los guionistas John Lee Mahin (“Scarface” o “Quo Vadis”) y Dale Van Every (“EL Asunto Del Día”), Marc Connelly (“Me Casé Con Una Bruja”), cambiando la ápoca en que suceden los hechos y la edad de Harvey que pasa de 19 años a 12 en el film, el resto es bastante fiel al libro. La historia posee un gran ritmo y frescura, una película por la que no pasa el tiempo, es un viaje iniciático en que un muchacho, repelente, manipulador y egocéntrica cae por azar en una comunidad que lo hace evolucionar, ver la dureza del mundo, la camaradería, el orgullo del trabajo bien hecho, la amistad que nace de las dificultades de apoyarse unos en otros. Es una odisea vital que hará que Harvey sufra una metamorfosis por la que dará valor a todo lo que gana por sí mismo, obra revestida de un humanismo profundo, mezcla con inteligencia la aventura, la acción, el melodrama con ingeniosas dosis de humor. El director sabe dotar al relato de realismo, tanto es así que por momentos se asemeja a un docu-drama, pero sin caer en la frialdad de este género, muestra con autenticidad la mutación de Harvey, al principio nos lo muestran como prepotente insoportable y notamos como poco a poco y gracias a su tierna relación con Manuel cambia. Los diálogos entre Manuel y Harvey desbordan sinceridad, cargados de enseñanzas, de emotividad, Harvey con su influencia cuasi-paternal aprenderá a ganarse lo que come, a compartir, a integrase en un grupo, a ayudar a los demás, a ser generoso, un trayecto por el que aprenderá a tener cariño, amor, ello en un crescendo emocional sensible hasta desembocar en su turbador tramo final, en que serás de piedra si por lo menos no se te pone el vello de punta. Es una hermosa fábula moral con espléndidas enseñanzas de valores éticos que navega del puerto del egocentrismo al de la redención.

Freddie Bartholomew realiza una interpretación magistral, sabe dotar a su personaje de alma, de empatía, de sentimientos, y ello mostrando un periplo vital creíble, desde su arrogancia repelente del principio a saber darle valora lo que lo rodea, actuación muy natural, veraz, su entonación, su lenguaje gestual, su modelada mirada, un Titán como actor con solo 13 años. Freddie tuvo una infancia de película, nació en Londres, a los 3 años fue abandonado por sus padres con su tía que lo crió y de la que tomó el apellido, a los 5 años recitaba poemas, obras de Shakespeare, cantaba, bailaba, a los 6 años debutó en cine, apareciendo en 4 películas inglesas, el afamado productor David O. Selznick y el realizador George Cukor en un viaje a Londres lo vieron y escogieron para protagonizar “David Copperfield”, siendo este film un gran éxito que haría del pequeño actor una estrella protagonizando varias cintas en los 30, esta fama le hizo el segundo actor más cotizado tras Shirley Temple, esto provocó que sus padres quisiesen recuperar su custodia, lo que le involucró en un largo litigio que le hizo gastar gran parte de su dinero en abogados y pensiones a los padres, esto hizo que con el éxito de “Capitanes …” pidiera más plata la MGM para sus futuros proyectos, estos se negaron y Freddie rompió con el estudio, lo que le hizo perder papeles para los que estaba previsto, esto y que su aniñada figura ya no le acompañaba le hizo caer en desgracia, con los años llegó a la televisión, hizo publicidad en el medio, sus años de Oro nunca volverían, murió en Sarasota (Florida) en 1992 de enfisema a la edad de 67 años. (Continua en spoiler sin)