21(12/01/09) La más floja cinta del genial director alemán, lo cual no quiere decir que sea floja, porque no todas pueden ser obras cumbres del séptimo arte como “Nosferatu”, “Amanecer”, “Faust” o “El último” realizadas por Murnau. La historia es de lo más simple, basada en la obra de Moliere, un anciano rico asesorado por su malvada ama de llaves decide repudiar a su nieto y este decide disfrazarse para engañar al abuelo y a la ama de llaves, para proyectarles en cine el clásico de Moliere , “Tartufo”, que gira en torno a un rico, casado, que entabla una fuerte amistad con un hipócrita demagogo beato, Tartufo (Emile Jannings), que lo único que pretende es sacarle todo su dinero . El film tiene la originalidad de que la mayor parte de su metraje lo ocupa la proyección de otro film, como originales son algunas escenas pioneras en el cine, como las lágrimas de la esposa sobre la foto o la forma en que se entera Tartufo de que el timado esposo está en una habitación, con el reflejo en un espejo que para más genialidad le deforma el rostro dando a entender que está dejando de ser persona. La obra tiene una clara moraleja en el no te fíes de nadie que quiere sentar dogma, sobre todo por <el dime de qué presumes y te diré de qué careces. Emile Jannings fue el actor fetiche de Murnau, uno de los más grandes actores del cine mudo, si no el mejor, pero en esta película abusa en exceso del histrionismo, se pasa tres pueblos, ya sé que el cine mudo se apoya en la abundancia de ademanes para hacer frente a la falta de sonido pero también debe haber límites y Jannings lo rebasa. Recomendable a los que gusten de cine mudo con moralina. Fuerza y honor!!!