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Voto de TOM REGAN:
8
2013
Michael Hirst (Creador), Ken Girotti ...
7,5
34.588
Serie de TV. Acción. Drama. Bélico
Serie de TV (2013-2020). 6 temporadas. 89 episodios. Narra las aventuras del héroe Ragnar Lothbrok, de sus hermanos vikingos y su familia, cuando él se subleva para convertirse en el rey de las tribus vikingas. Además de ser un guerrero valiente, Ragnar encarna las tradiciones nórdicas de la devoción a los dioses. Según la leyenda era descendiente directo del dios Odín. Sexta temporada (SPOILER DE LA 5ª): La temporada 6 de Vikings ... [+]
24 de agosto de 2013
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
145/12(19/08/13- 14/05/21) Amena y hermosa serie de coproducción entre Canadá e Irlanda sobre los vikingos, acción, drama, historia, aventura, luchas, ambición, avaricia, traición, fanatismo religioso, egoísmo o ansias de poder se dan cita aquí. Creada y escrita por Michael Hirst para el Canal Historia, especialista en recreaciones históricas: ‘Los Tudor’, ‘Los Borgia’ o ‘Elizabeth: La edad De Oro’ a las que añade licencias para darles más picante y hacerlas comerciales.
Se inspira en el vikingo real Ragnar Lodbrok (gran Travis Fimmel), héroe mítico nórdico que saqueó las costas de Francia e Inglaterra a finales del SVIII, parece ser llegó a ser Rey de Dinamarca y Suecia, no se sabe exactamente hasta donde llegaron su dominios, hay escasa información escrita. Fue pionero vikingo en adentrarse en mar abierto.
La serie arranca en los fiordos noruegos, allí habita el fiero guerrero Ragnar, vive en una granja junto a su mujer, Shieldmaiden Laguerta (buena Katheryn Winnick), y dos hijos. Es un navegante al servicio del Conde Haraldson (buen Gabriel Byrne), sale en verano al mar hacia el este a saquear pueblos, su inquietud y ganas de conocer nuevos territorios con riquezas le lleva a desafiar al Conde planeando ir hacia el Oeste, hace que su amigo Floki (buen Gustaf Skarsgård), constructor de navíos, le haga un barco preparado para salir a alta mar, para ello tendrá que desafiar al conservador Conde que no quiere riesgos desconocidos, con la ayuda de un grupo de vikingos, entre los que está su hermano Rollo (correcto Clive Standen), y de unos inventos (para navegar en alta mar) saldrá en busca de lo desconocido, llega a costa y siendo su primera víctima un monasterio que saquean del Reino de Northumbria, gobernado por el monarca Aelle (Ivan Kaye), llevándose un botín con facilidad, los monjes no oponen resistencia, lo cual les extraña, además se llevan un monje, Athelestan (buen George Blagden), que le cae en gracia a Ragnar y le enseña a este a entender la cultura de esta nueva tierra.
Hirst no dulcifica los vikingos, no les da cuestionamiento moral ante la muerte, los pinta como seres que por su fortaleza y espíritu combativo merecen aquello que pueden obtener por la fuerza, el darwinismo como forma de vida, el hombre es un depredador, y el depredador del hombre es el Vikingo, llegan a una Abadía y matan sin compasión a gente que no se defiende, son grandes bestias que arrasan por donde van, Hirst nos presenta una selva donde el más salvaje sobrevive, me gusta que no los edulcore con muestras de compasión barata, como también me gusta que se rían de los cristianos, no nos quieran vender la moto de que reformen su forma de vida al topar con los católicos, su nulo temor a la muerte proviene de su cultura, de creer que si mueren en combate irán a su paraíso, el Valhalla, de hecho, ocurre lo contrario el monje Athelstan en vez de evangelizar se va convirtiendo poco a poco en Vikingo, asimismo retratan su amoralidad en el sexo que no en el amor, con que naturalidad disfrutan de él, ejemplo demostrativo cuando Laguerta y Ragnar fornican y para ponerle un poco de picante le piden al abad Athelstan que se una a ellos en un menage a trois.
La ambientación llama la atención por su magnificencia, empezando cada capítulo por sus mágicos títulos de crédito, de un lirismo exacerbado y con el hipnótico tema ‘If I Had a Heart’ (‘Si yo tuviera corazón’) de la sueca Fever Ray (Karin Dreijer Andersson), te transportan antes de empezar el relato un aire elegiaco-místico. Tambiién muy y en muchos más por el grupo noruego Wardruna. Somos abrumados por bellas postales de salvajes escenarios naturales, apoteósicos los fiordos noruegos, los verdes montes, los poblado vikingos realistas, el maravilloso vestuario, el espectacular maquillaje, esto ayudado en gran medida por el fenomenal diseño de producción de Tom Conroy (‘Desayuno En Plutón’ o ‘Los Tudor’), embellecido todo esto por la sibarita fotografía de John S. Bartley (‘X Files’, ‘Lost’ o ‘Bates Motel’) en tonos grisáceos que emite un clima nuboso en el que apenas se ve el sol, y sabiendo jugar con la oscuridad en interiores con luz de velas, con los claroscuros y sombras, esto acunado por la deliciosa música de Trevor Morris (‘Los Tudor’ o ‘Los Pilares De La Tierra’). Una fiesta sensorial, visual y sonora espléndida, creando hermosos fotogramas. Hay lienzos preciosos como el barco vikingo de Ragnar atravesando los fiordos, o todo el pictórico capítulo del Templo de Uppsala, de una estética epicúrea.
Plagada de escenas de tensión, acción, y drama, Hirst imprime un ritmo que sabe acelerar y disminuir cuando debe, con un increscendo dramático absorbente, hace que a cada episodio gane en fascinación (lástima de su abrupto final, le falta algún elemento de clímax), sus guiones saben combinar el intimismo, con escenas que tornean la personalidad de los distintos roles y dan fondo a los protagonistas alejándolos de lo superficial,… (continua en spoiler por falta de espacio)
spoiler:
…ejemplo es la humanidad que se le confiere al Conde Haraldson, no es un villano plano, tiene sus motivaciones para intentar anular a Ragnar, sabe que si le permite ser un héroe será devorado, esto es nítido en sus charlas con su consejero y con su esposa, y esto aderezado con espectaculares secuencias, como el sanguinario saqueo a la Abadía de Lindisfarne (en el 793, hecho real y documentado), las batalla en la costa británica, el saqueo del pueblo de Northumbria, la matanza en la aldea de Ragnar, y más pero no quiero spoilear.
Los actores son de los grandes activos de la serie, está un sorprendente Travis Fimmel, actor australiano famoso por ser modelo de ropa interior Calvin Klein y aquí demuestra que tiene dotes de gran actor, compone a un héroe carismático, con sus aristas, complejidad, hondura, manejo gestual asombroso, media sonrisa que te deja helado, con esos ojos azules que te atraviesan, sabe emitir que tras esa pinta de bruto se halla un tipo inteligente.
Se inspira en el vikingo real Ragnar Lodbrok (gran Travis Fimmel), héroe mítico nórdico que saqueó las costas de Francia e Inglaterra a finales del SVIII, parece ser llegó a ser Rey de Dinamarca y Suecia, no se sabe exactamente hasta donde llegaron su dominios, hay escasa información escrita. Fue pionero vikingo en adentrarse en mar abierto.
La serie arranca en los fiordos noruegos, allí habita el fiero guerrero Ragnar, vive en una granja junto a su mujer, Shieldmaiden Laguerta (buena Katheryn Winnick), y dos hijos. Es un navegante al servicio del Conde Haraldson (buen Gabriel Byrne), sale en verano al mar hacia el este a saquear pueblos, su inquietud y ganas de conocer nuevos territorios con riquezas le lleva a desafiar al Conde planeando ir hacia el Oeste, hace que su amigo Floki (buen Gustaf Skarsgård), constructor de navíos, le haga un barco preparado para salir a alta mar, para ello tendrá que desafiar al conservador Conde que no quiere riesgos desconocidos, con la ayuda de un grupo de vikingos, entre los que está su hermano Rollo (correcto Clive Standen), y de unos inventos (para navegar en alta mar) saldrá en busca de lo desconocido, llega a costa y siendo su primera víctima un monasterio que saquean del Reino de Northumbria, gobernado por el monarca Aelle (Ivan Kaye), llevándose un botín con facilidad, los monjes no oponen resistencia, lo cual les extraña, además se llevan un monje, Athelestan (buen George Blagden), que le cae en gracia a Ragnar y le enseña a este a entender la cultura de esta nueva tierra.
Hirst no dulcifica los vikingos, no les da cuestionamiento moral ante la muerte, los pinta como seres que por su fortaleza y espíritu combativo merecen aquello que pueden obtener por la fuerza, el darwinismo como forma de vida, el hombre es un depredador, y el depredador del hombre es el Vikingo, llegan a una Abadía y matan sin compasión a gente que no se defiende, son grandes bestias que arrasan por donde van, Hirst nos presenta una selva donde el más salvaje sobrevive, me gusta que no los edulcore con muestras de compasión barata, como también me gusta que se rían de los cristianos, no nos quieran vender la moto de que reformen su forma de vida al topar con los católicos, su nulo temor a la muerte proviene de su cultura, de creer que si mueren en combate irán a su paraíso, el Valhalla, de hecho, ocurre lo contrario el monje Athelstan en vez de evangelizar se va convirtiendo poco a poco en Vikingo, asimismo retratan su amoralidad en el sexo que no en el amor, con que naturalidad disfrutan de él, ejemplo demostrativo cuando Laguerta y Ragnar fornican y para ponerle un poco de picante le piden al abad Athelstan que se una a ellos en un menage a trois.
La ambientación llama la atención por su magnificencia, empezando cada capítulo por sus mágicos títulos de crédito, de un lirismo exacerbado y con el hipnótico tema ‘If I Had a Heart’ (‘Si yo tuviera corazón’) de la sueca Fever Ray (Karin Dreijer Andersson), te transportan antes de empezar el relato un aire elegiaco-místico. Tambiién muy y en muchos más por el grupo noruego Wardruna. Somos abrumados por bellas postales de salvajes escenarios naturales, apoteósicos los fiordos noruegos, los verdes montes, los poblado vikingos realistas, el maravilloso vestuario, el espectacular maquillaje, esto ayudado en gran medida por el fenomenal diseño de producción de Tom Conroy (‘Desayuno En Plutón’ o ‘Los Tudor’), embellecido todo esto por la sibarita fotografía de John S. Bartley (‘X Files’, ‘Lost’ o ‘Bates Motel’) en tonos grisáceos que emite un clima nuboso en el que apenas se ve el sol, y sabiendo jugar con la oscuridad en interiores con luz de velas, con los claroscuros y sombras, esto acunado por la deliciosa música de Trevor Morris (‘Los Tudor’ o ‘Los Pilares De La Tierra’). Una fiesta sensorial, visual y sonora espléndida, creando hermosos fotogramas. Hay lienzos preciosos como el barco vikingo de Ragnar atravesando los fiordos, o todo el pictórico capítulo del Templo de Uppsala, de una estética epicúrea.
Plagada de escenas de tensión, acción, y drama, Hirst imprime un ritmo que sabe acelerar y disminuir cuando debe, con un increscendo dramático absorbente, hace que a cada episodio gane en fascinación (lástima de su abrupto final, le falta algún elemento de clímax), sus guiones saben combinar el intimismo, con escenas que tornean la personalidad de los distintos roles y dan fondo a los protagonistas alejándolos de lo superficial,… (continua en spoiler por falta de espacio)
spoiler:
…ejemplo es la humanidad que se le confiere al Conde Haraldson, no es un villano plano, tiene sus motivaciones para intentar anular a Ragnar, sabe que si le permite ser un héroe será devorado, esto es nítido en sus charlas con su consejero y con su esposa, y esto aderezado con espectaculares secuencias, como el sanguinario saqueo a la Abadía de Lindisfarne (en el 793, hecho real y documentado), las batalla en la costa británica, el saqueo del pueblo de Northumbria, la matanza en la aldea de Ragnar, y más pero no quiero spoilear.
Los actores son de los grandes activos de la serie, está un sorprendente Travis Fimmel, actor australiano famoso por ser modelo de ropa interior Calvin Klein y aquí demuestra que tiene dotes de gran actor, compone a un héroe carismático, con sus aristas, complejidad, hondura, manejo gestual asombroso, media sonrisa que te deja helado, con esos ojos azules que te atraviesan, sabe emitir que tras esa pinta de bruto se halla un tipo inteligente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La han criticado por inexactitudes históricas, olvidan que esto no es un documental, un producto de entretenimiento. Una de las quejas es que Ragnar atacó primero Francia y luego Gran Bretaña, otro de los enormes lamentos es que el capítulo octavo, ‘sacrificio’, en que los vikingos realizan una excursión al Templo Uppsala en los lo alto de una boscosa montaña, pues bien este lugar estaba en terreno llano, además su representación de madera es propio de la arquitectura cristiana, licencias que en nada enturbian su turbador resultado. Hirst de hecho ha declarado que prefiere tener libertad creativa y no someterse a los rigores históricos. Los puristas anglos la han atacado por la utilización torticera del idioma inglés y de los diferentes acentos, igual para ellos es una tara, a mi me da igual.
Los que la han querido comparar con ‘Juego De Tronos’ y ‘Spartacus’, y para ello menospreciarla son unos snobs, unos reduccionistas, no entienden que hay lugar para diferentes historias de capa y espada, las tres tienen sus méritos y saben hacerse un hueco explotando sus posibilidades, es como si tras ver ‘La Diligencia’ ya no hubiera habido lugar a más películas del Oeste.
Echo en falta saber algo más del pasado de Ragnar, de donde consiguió los artilugios para navegar en Mar abierto, me extraña que se embarquen hacia la nada sin saber si solo está la nada más del Oeste de sus tierras. También le falla no tener un final de temporada más explosivo, más rompedor.
Sugestiva serie que enganchará a los amantes de la aventura, sumado a un guión inteligente y una puesta en escena prodigiosa, rodada en Irlanda y Noruega. Fuerza y honor!!!
Spoiler:
No es que su noveno y último capítulo este mal, tiene momentos cuasi-oníricos con el mágico encuentro entre la bella Princesa Aslaug (Alyssa Sutherland), el intenso encuentro con el Conde de Götaland (buen Thorbjørn Harr) de Ragnar, o la intrigante charla de este manipulador Conde con Rollo. Pero le falta pimienta.
**
Todo lo escrito arriba forma parte de lo que fue mi opinión de la primera temporada. Ahora escribo tras terminar con la sexta y última. Y la he terminado por lo que la he querido mientras Ragnar ha estado presente, teniendo su zenit que recordaré por siempre con la batalla en las murallas de París intentando ser superadas por las hordas vikingas, Homérica batalla, y otras como el posterior intento de tomar la capital gala con entente bélico fluvial. Pero la serie comienza un declive a mitad de la cuarta temporada. Ello marcado por la entrada en acción de los cuatro hijos ya adultos de Ragnar y la princesa Aslaug, ello en un salto de credibilidad ya de por si complicado, pues ellos crecen, pero sus padres siguen igual. La serie se polariza en muchísimas subtramas que van perdiendo interés, en medio situaciones folletinescas, donde los personajes se comportan de modo arbitrario, donde parecen las ideas ir en contraposición a guiones inteligentes, donde los enfrentamientos entre hermanos resultan grimantes por lo inverosímil, con segmentos arrítmicos sobre Gran Bretaña, cuando la serie se llama Vikingos. Hay una especie de acercamiento a como los vikingos se convirtieron de su religión ‘pagana’ al cristianismo, pero esto me llega metido con calzador. Vemos a los vikingos llegar a Cádiz, al desierto del Sahara, a Kiev, y luego con Floki dar el salto a Islandia, donde yo no entiendo nada, que prefieran estar en este erial que aparece la antesala del infierno, donde no se puede vivir, antes que en la salvaje naturaleza escandinava. Y en el tramo final de la serie llegan a Norteamérica, allí parecen en éxtasis por los parajes de bosques lagos ríos, y cascadas, pero esto es un insulto a la inteligencia, pero si vienen de Noruega! Todo esto hace que la puntuación inicial que era 8, que hubiera subido a 9 con el final de la tercera, la dejaré (siendo benévolo) en un 7.
Los que la han querido comparar con ‘Juego De Tronos’ y ‘Spartacus’, y para ello menospreciarla son unos snobs, unos reduccionistas, no entienden que hay lugar para diferentes historias de capa y espada, las tres tienen sus méritos y saben hacerse un hueco explotando sus posibilidades, es como si tras ver ‘La Diligencia’ ya no hubiera habido lugar a más películas del Oeste.
Echo en falta saber algo más del pasado de Ragnar, de donde consiguió los artilugios para navegar en Mar abierto, me extraña que se embarquen hacia la nada sin saber si solo está la nada más del Oeste de sus tierras. También le falla no tener un final de temporada más explosivo, más rompedor.
Sugestiva serie que enganchará a los amantes de la aventura, sumado a un guión inteligente y una puesta en escena prodigiosa, rodada en Irlanda y Noruega. Fuerza y honor!!!
Spoiler:
No es que su noveno y último capítulo este mal, tiene momentos cuasi-oníricos con el mágico encuentro entre la bella Princesa Aslaug (Alyssa Sutherland), el intenso encuentro con el Conde de Götaland (buen Thorbjørn Harr) de Ragnar, o la intrigante charla de este manipulador Conde con Rollo. Pero le falta pimienta.
**
Todo lo escrito arriba forma parte de lo que fue mi opinión de la primera temporada. Ahora escribo tras terminar con la sexta y última. Y la he terminado por lo que la he querido mientras Ragnar ha estado presente, teniendo su zenit que recordaré por siempre con la batalla en las murallas de París intentando ser superadas por las hordas vikingas, Homérica batalla, y otras como el posterior intento de tomar la capital gala con entente bélico fluvial. Pero la serie comienza un declive a mitad de la cuarta temporada. Ello marcado por la entrada en acción de los cuatro hijos ya adultos de Ragnar y la princesa Aslaug, ello en un salto de credibilidad ya de por si complicado, pues ellos crecen, pero sus padres siguen igual. La serie se polariza en muchísimas subtramas que van perdiendo interés, en medio situaciones folletinescas, donde los personajes se comportan de modo arbitrario, donde parecen las ideas ir en contraposición a guiones inteligentes, donde los enfrentamientos entre hermanos resultan grimantes por lo inverosímil, con segmentos arrítmicos sobre Gran Bretaña, cuando la serie se llama Vikingos. Hay una especie de acercamiento a como los vikingos se convirtieron de su religión ‘pagana’ al cristianismo, pero esto me llega metido con calzador. Vemos a los vikingos llegar a Cádiz, al desierto del Sahara, a Kiev, y luego con Floki dar el salto a Islandia, donde yo no entiendo nada, que prefieran estar en este erial que aparece la antesala del infierno, donde no se puede vivir, antes que en la salvaje naturaleza escandinava. Y en el tramo final de la serie llegan a Norteamérica, allí parecen en éxtasis por los parajes de bosques lagos ríos, y cascadas, pero esto es un insulto a la inteligencia, pero si vienen de Noruega! Todo esto hace que la puntuación inicial que era 8, que hubiera subido a 9 con el final de la tercera, la dejaré (siendo benévolo) en un 7.