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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Drama Nicola y sus amigos tienen quince años y viven en Nápoles. Quieren ganar dinero, comprar ropa de diseño y motos nuevas. Juegan con armas y recorren la ciudad para hacerse con el poder en el distrito de Sanità. Se aman como una familia y no temen a la cárcel ni a la muerte, sabiendo que su única posibilidad es arriesgarlo todo. Experimentan la guerra con la irresponsabilidad de la adolescencia, pero sus actividades criminales pronto les ... [+]
31 de marzo de 2022
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
99/32(28/03/22) Estimable film italiano dirigido por Claudio Giovannesi, que me ha atraído por estar basado en una novela de Roberto Saviano (también guioniza basándose en su novela homónima de 2017 junto al director y Maurizio Braucci: “Gomorra”), y este me tiene ganado desde la grandiosa serie de cinco homéricas temporadas “Gomorra” (no tanto por la película del 2008), y también por otra que aún está en la primera, la espléndida “ZeroZeroZero”, retratando eso que tan bien conoce el escritor (en la vida real tiene que esconderse de la camorra), como es el mundo del hampa napolitano. Para ello se acerca a la raíz de todo, con un grupo de chicos quinceañeros del barrio Rione Sanità (Nápoles), que sueñan con hacerse con el poder y el dinero fácil, se abren camino en el mundo del crimen de la ciudad, ello reflejándose ellos en sus aspiraciones de la vida ‘fácil’ de los capos. Teniendo entre sus buenas bazas a su protagonista Francesco di Napoli con apenas 18 años da una actuación muy buena, sabednos emitir esa mezcla entre ingenuidad y arrojo juvenil, de los que creen que nunca morirán, su sonrisa despierta empatía, buena su expresividad, en sus mirada proyecta sensaciones, resto del reparto no pasan de correctos.

Un relato de ascenso de unos imberbes que en su candidez quieren una presente YA! Con el que obtener la chica más bella, motos (pues aún no tienen edad para coches), videoconsolas, entrar a las mejores discotecas (y tener palcos VIP donde beber el mejor champán y tomar coca), los muebles más horteras posibles (esto expuesto en la admiración del protagonista por el lujo cursi de la vivienda de un capo), las ropas de marca más caras, y todo ello siendo una especie de juego para ellos, donde las letales armas son parte del atrezo para ‘fardar’ de modo superficial en este mundillo de las apariencias. Todo muy bien desarrollado, con agilidad narrativa, con el leit motive aparente de la pérdida de la inocencia.

Pero en realidad todo muy visto ya, nunca te sorprende, sabemos que el protagonista, que como no podía ser de otra forma, tiene al inicio buenas intenciones (ayudar a su madre, y luego a su barrio, cual napolitano Robin Hood), tendrá sus tramos de loa a la amistad tribal, luego será presa del brillo de la codicia, con ello irá cayendo en las bajezas morales, y al final no obstante quiera no podrá escapar de la espiral de la violencia en la que está inmerso, una clásica Tragedia Griega, aunque teniendo un final bastante bueno dejando al espectador como sujeto inteligente.

Siendo un tanto forzadas algunas situaciones y licencias dramáticas, como el escaso tiempo en que todo discurre en sus vaivenes y escalada a la cima de estos chicos, resulta bastante inverosímil la poca o nula oposición de adultos, más bien llega a parecer una fábula a la que hay que otorgar patente de corso en sus elementos increíbles. Transita por lugares comunes, ya muy vistos (ejemplo la detención de un capo mafioso en medio de la boda de la hija), la originalidad es que son protagonizados por poco más que niños, esperaba más de Saviano, más valentía y quedarse casi en un film familiar moralista, donde con la violencia se quedan un tanto escasos por el mundo donde nos movemos. No aporta elementos nuevos a los ya conocidos, quedándose en poco más que un episodio de la mencionada serie “Gomorra”, con sus tiroteos, amores, traiciones, ajustes de cuentas, asesinatos, hedonismo, etc. Ejemplo de la línea que esperaba es pensar en la Magna brasileira “Ciudad de Dios” de Meirelles, peor en comparación con esta es como un esbozo aséptico de la carioca, adolece de la garra y el nervio neurálgico de la de las favelas. Tiene deux machine un tanto livianos, como es la sub trama del romance de Nicola con la hermosa Letizia (Viviana Aprea), teniendo que hace r él un supuesto sacrificio por su ‘tribu’, pero esto se siente impostado y no te mueve a sentimiento alguno, pues nunca ves comprometido emocionalmente al protagonista, más bien ella es para él un trofeo más, como su ropa o armas. Tamcpoco me resulta tragable el modo en que Nicola convence al capo arrestado en su casa, no me es de recibo como este accede a dar todo tipo de armas para sus asuntos sin patrón de4finido, simplemente hay las tenéis.

La peli marca sus cartas con un buen y alegórico inicio, cuando una noche unos jóvenes en scooters disputan la propiedad de un gran árbol de Navidad de un centro comercial a otra banda juvenil, los primeros se la apropian y roban, la arrastran por Nápoles cual ritual iniciático le prenden fuego en la playa, los chicos se pintan la cara y bailan alrededor de las llamas. Ello cual epítome del despertar de la inocencia, representado en el Árbol de navidad, ejemplo de la inocencia, y estos jóvenes la han derribado y quemado. Para pasar a la Batalla de bandas.

La cinta también sirve para exponer la enorme grieta entre los antiguos capos y los advenedizos que trepan desde su tierna edad hacia la dorada cima, esto expuesto claramente cuando Nicola y su gente le obsequian a un capo en arresto domiciliario con una enorme tv de 70 pulgadas y con una consola con videojuegos de matar, y vemos al anciano jugar, esto resulta enternecedor si no supiéramos que es un ser despreciable el que juega (ha regalado armas a unos quinceañeros!), trasplantando los asesinatos reales a algo ficcionable, donde realidad y fantasía se fusionan.

Un relato que se puede ver como una especie de alegoría sobre el capitalismo salvaje, donde los más impúberes se encandilan con el brillo de los lujos de los de lo alto de la pirámide y desean tomar todos los atajos posibles para ir ascendiendo en la escala, para subir escalones más rápido es ir matando más rápido. Una historia que va perdiendo fuelle conforme avanza, realmente sin rumbo fijo, pero con final previsible, pero que el director sabe darle un cariz con trascendencia adulta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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