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Voto de TOM REGAN:
8
7,0
144
Comedia
Giacinto Rossi es un infeliz condenado a tres años de prisión por simular un robo. Cuando sólo le quedan 10 meses para salir y volver con su mujer e hijos, sus tres compañeros de celda, el Sorcio, Tagliabue y Ciccillo lo incluyen a la fuerza en un rocambolesco plan de fuga. (FILMAFFINITY)
8 de enero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
04/04(04/01/22) Notable dramedia italiana dirigida por Luigi Comencini, que tras el éxito de “Todos a casa” un año después vuelve a retomar una historia con paralelismos con esta, como es un protagonista ejemplo de un perdedor, en este caso cambiamos a Alberto Sordi por otro gran actor como Nino Manfredi, enmarcado en un medio hostil, en este caso cambiamos la Guerra por una prisión, donde también se ve embarcado en una huida hacia adelante por una Italia mísera, ello con una ácida mezcla de humor negro y crítica social en el modo de reflejar las penurias de la clase baja. Guión del propio director junto a Agenore Incrocci (“Rufufú”), Furio Scarpelli (“La terraza”) y Mario Monicelli (“La Gran Guerra”), cuyos diálogos fueron escritos por Incrocci y Scarpelli. El protagonista es Giacinto Rossi, un pobre hombre (gran Nino Manfredi) que relata en off las vicisitudes dentro de la prisión en una carta (en un papel que se quitó al quitarse la suela del zapato) dirigida al abogado, en la epístola cuenta su papel de enfermero en el centro penitenciario, al que llegó tras fingir un delito (queriendo desesperado obtener dinero para su esposa y dos hijitos), allí conoce a tres internos Tagliabue (gran actuación como brutote del suizo Mario Adorf), Papaleo (notable Gian Maria Volonté como un tipo culto obsesionado por el honor por el que mató a la amante de su compañera Olga, y espera huir para matarla a ella también[dice que la hubiera matado a ella también si la escopeta hubiera sido de dos cañones]) y el viejo Ratón (buen Raymond Bussières como anciano ladrón), y paulatinamente metido en más y más líos, hasta involucrarse sin querer (le quedaban 10 meses de condena) en una fuga con el trío, generando en su desarrollo situaciones entre divertidas y patéticas en el reflejo de un mundo cargado de podredumbre moral, ello con mucha imaginación en sus giros, provocando empatía los personajes por la humanidad que transpiran en sus virtudes y muchas debilidades, recordándome mucho al estilo berlanguiano, donde la dureza se da la mano de la ternura, tratando tremas como la desesperación, la vida en la cárcel, la marginación social, la fuerza del azar, los celos, la traición, y sobre todo un canto a la amistad en las peores de las circunstancias. La tristeza, las pequeñas alegrías, la desesperanza, la ilusión en un mañana mejor, la dura realidad, todo ello en una miscelánea que llega a conmover en su crudeza. El título hace referencia (como bien dice el protagonista) al adagio chino sobre 'montar el tigre': ‘Es peligroso montar un tigre, pero peor aún bajarse, porque te comerá’.
Comencini estructura la película en dos partes. Por un lado tenemos la primera en presidio (ubicada en el interior del Fuerte Sangallo, en Via del Forte 1 en Civita Castellana-Viterbo), mostrando la vida en la cárcel de modo ordinario, con tomas que combina la opresión y claustrofobia ambiental, con otras singulares, como esa toma que se repite desde alto fijarse en ese original patio dividido cual juego de tres en raya que hace más profunda la opresión interior, llena de paredes por todas partes, esto gracias a la cinematografía en glorioso b/n de Aldo Scavarda (“La aventura”), con mucho contraste de grises. Ello para involucrarnos en este micro mundo de desheredados de la tierra en busca de su lugar en el mundo. Para luego ir envolviendo al desgraciado protagonista en un marasmo de infortunios por su posición de enfermero, donde las risas se darán por lo patético de cómo se va cavando su propia ‘fosa’ Giacinto, cayendo en la telaraña enmarañada del plan de fuga del trío; Para en la segunda parte llegar al exterior huyendo por Italia, pero dando la sensación que son los fugitivos más presos que en la penitenciaria, perseguidos por la policía, pasando hambre, penurias, enfermedades, frio, calor, muriendo en ridículas circunstancias, siguen siendo unos marginados afuera, unos desarrapados que solo huyen hacia la nada. Todo ello llega un clímax adusto cuando Giacinto va a pedir ayuda a su esposa (spoiler), para desembocar en un final esperado, pero muy bien trenzado para que el espectador quede punzado por lo ‘perra’ que es la vida, los sacrificios que hacemos y terminan convirtiéndonos en ‘ratas’ miserables.
Llama la atención el coctel un tanto que se le va de las manos a Comencini entre comedia y truculento drama, como cuando Tagliulbe intenta violar a una mujer, y luego afirma que hubiera matado al hijito de esta (según él, luego puede ser guardia), y también la muerte de cierto personaje cayendo desde lo alto de un techo que se ha abierto, esto quizás es demasiado para el tono de la cinta.
Comencini estructura la película en dos partes. Por un lado tenemos la primera en presidio (ubicada en el interior del Fuerte Sangallo, en Via del Forte 1 en Civita Castellana-Viterbo), mostrando la vida en la cárcel de modo ordinario, con tomas que combina la opresión y claustrofobia ambiental, con otras singulares, como esa toma que se repite desde alto fijarse en ese original patio dividido cual juego de tres en raya que hace más profunda la opresión interior, llena de paredes por todas partes, esto gracias a la cinematografía en glorioso b/n de Aldo Scavarda (“La aventura”), con mucho contraste de grises. Ello para involucrarnos en este micro mundo de desheredados de la tierra en busca de su lugar en el mundo. Para luego ir envolviendo al desgraciado protagonista en un marasmo de infortunios por su posición de enfermero, donde las risas se darán por lo patético de cómo se va cavando su propia ‘fosa’ Giacinto, cayendo en la telaraña enmarañada del plan de fuga del trío; Para en la segunda parte llegar al exterior huyendo por Italia, pero dando la sensación que son los fugitivos más presos que en la penitenciaria, perseguidos por la policía, pasando hambre, penurias, enfermedades, frio, calor, muriendo en ridículas circunstancias, siguen siendo unos marginados afuera, unos desarrapados que solo huyen hacia la nada. Todo ello llega un clímax adusto cuando Giacinto va a pedir ayuda a su esposa (spoiler), para desembocar en un final esperado, pero muy bien trenzado para que el espectador quede punzado por lo ‘perra’ que es la vida, los sacrificios que hacemos y terminan convirtiéndonos en ‘ratas’ miserables.
Llama la atención el coctel un tanto que se le va de las manos a Comencini entre comedia y truculento drama, como cuando Tagliulbe intenta violar a una mujer, y luego afirma que hubiera matado al hijito de esta (según él, luego puede ser guardia), y también la muerte de cierto personaje cayendo desde lo alto de un techo que se ha abierto, esto quizás es demasiado para el tono de la cinta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Momentos recordables (aparte de los ya mencionados): El comienzo con el idiotesco plan de Giacinto para hacerse con el dinero, y como un pescador termina entregándolo a la policía; El ingenioso plan de fuga, con la foto en perspectiva en la celda, como se esconden en el falso techo, y como todo se ve medio frustrado por los higos comidos por Giacinto; Papaleo intentando matar a su esposa, ya la final termina compadeciéndose de ella y rememorando su amor, termina con ella y su suegra huyendo; Cuando secuestran a la supuesta hija de un conductor y luego se enteran de que ella no conocía al hombre del auto, que la había recogido para llevarla.
“Como dicen los chinos: a estas alturas yo estaba 'montando el tigre', es decir, es peligroso estar ahí pero es mucho más peligroso bajarse porque el tigre se va a comer”
Cuando Giacinto regresa con su esposa Ileana (gran Valeria Moriconi), no espera la frialdad con la que la mujer lo recibe, ni un hombre nuevo a su lado. Los niños, que se despiertan sobresaltados y encuentran a Giacinto en casa, no lo reconocen y su esposa hace todo lo posible para no decirles la verdad, luego intenta, y en todos los sentidos, convencer a Giacinto de que le diga donde están él y Tagliabue, para poder entregarlos a la policía y así poder obtener la recompensa y con ello poder mandar a sus hijos a un colegio. El pusilánime Giacinto accede, tras lo que vuelve con su compañero al barco donde se esconden. Allí exhausto y enfermizo Tagliabue le dice a Giacinto que coja el dinero (que dice su mujer le va a dar, y por supuesto es mentira) y lo deje a él allí para que lo coja la policía, entonces se da cuenta Giacointo de lo moiserable que es, como su compañero es mejor persona que él. Entonces llega la policía en hordas y los cogen, no sin antes el miserable de Giacinto gritar que los ha entregado el pescador que los tenía allí escondidos.
El antiguo cine Principe, ubicado en Via Cola di Rienzo 240 en Roma antes de su demolición, tuvo un aspecto especial. El cine era conocido por su techo abovedado que se abre después de los espectáculos; La choza cerca de Palidoro donde se mudó a vivir la esposa de Giacinto Rossi después de un desalojo, estaba ubicada en las afueras del suroeste de Roma, junto al Ponte Monumentale di Mezzocammino; El puerto en el que termina el intento de fuga con la captura de los dos últimos prisioneros que huyen, es el de Civitavecchia (Roma); La barcaza en la que se esconden los dos estaba amarrada junto a la Calata della Rocca; El campo donde, en la secuencia inicial de la película, Giacinto Rossi entierra una bolsa y luego denuncia su robo se encuentra en el lateral de Via della Torre Valdaliga en Civitavecchia (Roma); El refugio donde se esconden los protagonistas tras escapar de la cárcel es el búnker de Ponte Galeria, en Via della Muratella Mezzana en Ponte Galeria, Roma, y también se ve en Tutti a casa (1960); La carretera donde Giacinto Rossi y Tagliabue detienen a un automovilista y le piden que traiga un rescate para recuperar a la niña que creen que es su hija está en la SP 58a o via di Guadagnolo en Capranica Prenestina (RM); El edificio en Via del Traversone 21 se representa entonces de manera diferente. La puerta es vía Emanuele Filiberto en Roma. La ventana por donde se ve la llegada de la policía es vía Magna Grecia en la intersección con vía Veio;
Una nueva versión de la película se rodó en 2002, también titulada “Un Cavallo della Tigre”, dirigido por Carlo Mazzacurati.
Film a reivindicar. Fuerza y honor!!!
“Como dicen los chinos: a estas alturas yo estaba 'montando el tigre', es decir, es peligroso estar ahí pero es mucho más peligroso bajarse porque el tigre se va a comer”
Cuando Giacinto regresa con su esposa Ileana (gran Valeria Moriconi), no espera la frialdad con la que la mujer lo recibe, ni un hombre nuevo a su lado. Los niños, que se despiertan sobresaltados y encuentran a Giacinto en casa, no lo reconocen y su esposa hace todo lo posible para no decirles la verdad, luego intenta, y en todos los sentidos, convencer a Giacinto de que le diga donde están él y Tagliabue, para poder entregarlos a la policía y así poder obtener la recompensa y con ello poder mandar a sus hijos a un colegio. El pusilánime Giacinto accede, tras lo que vuelve con su compañero al barco donde se esconden. Allí exhausto y enfermizo Tagliabue le dice a Giacinto que coja el dinero (que dice su mujer le va a dar, y por supuesto es mentira) y lo deje a él allí para que lo coja la policía, entonces se da cuenta Giacointo de lo moiserable que es, como su compañero es mejor persona que él. Entonces llega la policía en hordas y los cogen, no sin antes el miserable de Giacinto gritar que los ha entregado el pescador que los tenía allí escondidos.
El antiguo cine Principe, ubicado en Via Cola di Rienzo 240 en Roma antes de su demolición, tuvo un aspecto especial. El cine era conocido por su techo abovedado que se abre después de los espectáculos; La choza cerca de Palidoro donde se mudó a vivir la esposa de Giacinto Rossi después de un desalojo, estaba ubicada en las afueras del suroeste de Roma, junto al Ponte Monumentale di Mezzocammino; El puerto en el que termina el intento de fuga con la captura de los dos últimos prisioneros que huyen, es el de Civitavecchia (Roma); La barcaza en la que se esconden los dos estaba amarrada junto a la Calata della Rocca; El campo donde, en la secuencia inicial de la película, Giacinto Rossi entierra una bolsa y luego denuncia su robo se encuentra en el lateral de Via della Torre Valdaliga en Civitavecchia (Roma); El refugio donde se esconden los protagonistas tras escapar de la cárcel es el búnker de Ponte Galeria, en Via della Muratella Mezzana en Ponte Galeria, Roma, y también se ve en Tutti a casa (1960); La carretera donde Giacinto Rossi y Tagliabue detienen a un automovilista y le piden que traiga un rescate para recuperar a la niña que creen que es su hija está en la SP 58a o via di Guadagnolo en Capranica Prenestina (RM); El edificio en Via del Traversone 21 se representa entonces de manera diferente. La puerta es vía Emanuele Filiberto en Roma. La ventana por donde se ve la llegada de la policía es vía Magna Grecia en la intersección con vía Veio;
Una nueva versión de la película se rodó en 2002, también titulada “Un Cavallo della Tigre”, dirigido por Carlo Mazzacurati.
Film a reivindicar. Fuerza y honor!!!