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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Intriga. Drama. Thriller. Cine negro Una noche de verano, Terry Lennox aterriza en el ático de su amigo Philip Marlowe y le pide que lo acompañe hasta la frontera mejicana para cambiar de aires. Marlowe acepta la propuesta, pero al regresar a su casa se encuentra con que la policía le pide explicaciones sobre ese viaje. Marlowe termina entre rejas acusado de complicidad en el asesinato de la mujer de Terry, que ha aparecido brutalmente apaleada. (FILMAFFINITY)
30 de marzo de 2016
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
53/16(25/03/16) Robert Altman pasó por su singular filtro al popular detective creado por Raymond Chandler, desmitificándolo, haciéndolo más mundano y humano. Una cinta con buenos puntos a favor y otros cuantos en contra, y es que se combinan estupendas actuaciones, atractivas situaciones, con otras que rozan el ridículo, adoleciendo de falta de cohesión la historia, orgánicamente le falta solidez. A su favor un excelente protagonista en la figura de Elliott Gould y una sugestiva puesta en escena setentera. Una sugerente propuesta de cine negro con guión de Leight Bracket (“El sueño eterno”), basándose libremente en la novela homónima de 1953 del escritor californiano, y es que altera algunos elementos para adaptarlos a dos décadas después de donde acontece la historia del libro, además reseñable es que inventa personajes como el mafioso Agustin, y sobre todo altera el final con respecto al libro.

Un film entretenido, con creación de buenos personajes, toca temas como la amistad, los abusos policiales, la traición, la impotencia, el bloqueo del artista, pero ello con superficialidad, sin llegar a tocarte. Peca de un desarrollo un tanto aturullado, por momentos caóticos, provocando averias en su ritmo, con una investigación del protagonista que debe tener un sexto sentido que los demás no percibimos, pues o el montaje ha barrido con elementos necesarios, o el guión no sabe entendamos por que presupone tantas cosas Marlowe, quedando una sensación acuciante de estar hecha a base de viñetas a las que mezcladas se le ven las costuras, como el hecho de que el mafioso Augustine se note metido con calzador, totalmente prescindible, aporta nada más que una rara avis en el panorama disfuncional de Los Ángeles, aporta una escena impactante, así como otra chusca en la que de buenas a primeras todos se van a quitar la ropa porque sí, fachoso. También es harto chirriante tanta casualidad azarística, siempre está en el lugar adecuado en el momento justo, mucha casualidad que lo contrate una mujer vecina de su amigo muerto recientemente, con los grande que es Los Ángeles, que aparezca en la puerta del escondido Wade justo cuando mantiene una charla crucial con su doctor, y más. Como no se sabe bien a qué viene que Marlowe persiga corriendo al coche de Eileen, y lo atropellen, para huir del hospital, qué sentido tiene en la historia? Todo esto incide en la susodicha impresión de estar realizada en base a set-pieces que no pegan del todo. Está bien como despoja de glamur al detective, como cercena de cualquier atisbo de manido romance, puntos a su favor, como lo es que a pesar de los 20 años entre la escritura y el tiempo en que lo enmarcan, se le mantienen algunas señas de identidad, como su Lincoln Continental 1948.

Momentos recordables: El arranque del film, con la dulce melodía “The long goodbye”, Marlowe es despertado por su nervioso y alterado gato, el detective se levanta de mala gana para darle de comer, pero no le queda, así que sale a comprarle, entonces vemos a las descocadas vecinitas de Philip, unas sirenas hippys bellísimas, no encuentra la marca de comida que al caprichoso gato le gusta, le trae otra y le cambia la cambia auna lata de la marca del gato, pero este no traga. En realidad Marlowe en las novelas no tiene mascota, y la anécdota es tomada de un amigo de Robert Altman, ello para reflejar los extraños vínculos de amistad del protagonista; EL momento más impactante del film, cuando Marlowe es visitado por el mafioso Augustine, este de buenas a primeras le rompe a su hermosa amante (Jo Ann Brody) una botella de coca cola en el rostro, de un realismo atroz, esto con la salvaje intención de demostrar al detective su brutalidad "Eso es alguien que amo. Usted, ni siquiera me gusta"; El divertido interrogatorio a que es sometido Marlowe por la poli, este se anticipa a lo que va a pasar, pintándose la cara con el betún de las huellas dactilares; El intenso tramo en que Roger en la noche se lanza borracho al mar, y como Marlowe intenta en vano salvarlo; El final resulta impactante por lo inesperado, con Marlowe yendo a México a asesinar a su amigo por haberlo engañado, coronado con el epílogo, con el detective paseando alegremente por un camino mientras toca la armónica y se cruza con Eillen que va a visitar a su amante Terry Lennox.

La puesta en escena resulta fascinante, filmándose en la High Tower en North Hollywood, para la residencia de Marlowe, un lugar en el que han vivido multitud de gente famosa, como Matt Damo y Ben Afleck (aquí escribieron su oscarizado guión “El indomable Will Hunting”), Edgar Rice Burroughs, William Faulkner, Kurt Cobain y Courtney Love, e incluso el infausto criminal Charles Manson, asimismo se rodó en Malibú Lagoon State Beach, la urbanización en que vive el matrimonio Wade (en realidad la casa de Robert Altman), y en México, entre otros lugares, estos lares realzados por la fenomenal fotografía del húngaro Vilmos Zsigmond (“Encuentros en la tercera fase”), dota de luz especial a los fotogramas, tonos suaves pastel, como envuelta en un velo en varios momentos trasladándonos un halo de irrealidad, sobre todo cuando vemos a las ninfas vecinas de Marlowe, creando en varias tomas postales de una gran belleza estética, con marcados simbolismo grabando a través de cristales o entre arbustos. Gran canalizador de la ambientación es la música de John Williams (“Star wars”), son dos temas, "Hooray for Hollywood" y el homónimo "The long goodbye", compuesta por John Williams y Johnny Mercer, Altman tiene la idea que cada vez que suene este segundo tema sea de modo diferente, y en algunos casos de modo diegético, canto hippie, por el hilo musical del supermercado, por la radio, en flamenco (distorsionando lo que es México), esto manejado como perfecta acuñación al estado de ánimo del protagonista, Altman reunió a un grupo de músicos en un escenario de sonido y los hizo pasar una noche jugando con diferentes arreglos de la canción. (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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