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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Western Después de la sangrienta guerra civil norteamericana (1861-1865), muchos emigraron hacia el Oeste buscando hacer fortuna. Entre ellos estuvieron Wyatt Earp, un hombre de la ley que había abandonado la placa y la pistola para formar una familia, y John "Doc" Hollyday, un caballero del sur convertido en pistolero y jugador. Ambos personajes se encontraron en la localidad de Tombstone, Arizona. (FILMAFFINITY)
30 de octubre de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
135/19(26/10/18) Desequilibrado western realizado por George Pan Cosmatos, su primera parte (hasta el mítico duelo en OK Corral) me resulta muy atractivo, pero a partir de aquí la película se convierte en un caos, todo se desdibuja en recursos estilísticos de dudoso gusto, con encadenado de escenas triviales, slows, tomas aéreas, duelos incoherentes. Las influencias del cine occidental de Cosmatos incluyen Red River, High Noon, My Darling Clementine, The Magnificent Seven, The Wild Bunch y Rio Bravo. El guión se basa libre en los hechos que tuvieron lugar en el Tiroteo en el O.K. Corral, el 26 de octubre de 1881, cuatro hombres hicieron leyenda en la historia del Oeste americano: Wyatt Earp, sus dos hermanos Virgil y Morgan, y Doc Holliday se enfrentaron a los 6 hermanos Clanton y McLaury en el O.K. Corral. La trifulca acabó segando tres vidas y, posteriormente, desarrollando uno de los más sangrientos espirales de violencia y venganza de las que se tienen constancia en aquella época. Es un ameno film del oeste, con todos sus elementos inherentes (carretas, salones, duelos, pistoleros, bravuconerías, timbas de póker, muertes, y mucha testosterona), con una ambientación muy cuidada, con escenas de acción bien manejadas (hasta el icónico enfrentamiento), deja por el camino la reflexión sobre si se puede vivir al margen de tu comunidad, si puedes asistir impasible a la violencia que te rodea porque no te afecta personalmente, o debes tomar partido para combatirla, e involucrarte. Destacando sobre manera la que puede ser la mejor interpretación de la carrera de Val Kilmer, bordando su nihilista Doc Holliday como ese tipo físicamente decrépito que siempre parece al borde de la muerte.

La cinta es la típica historia de buenos contra malos, donde además del dilema si ser parte de la combativa comunidad intentando acabar con el mal, también subyace un canto a los fuertes lazos familiares, una oda a la amistad, a la justicia, temas propios del género. Nos enmarcan en un pueblo típico del oeste a finales del SXIX, un lugar poblado de caza-fortunas, vividores, forajidos, donde la ley no existe, metiéndonos situación desde el inicio la voz en off de Robert Mitchum (Los villanos Cowboys del fajín rojo, a versión original), en una presentación ágil, de los buenos llegando en familia en carruajes a la ciudad de Tombstone, nada más “aterrizar” Wyatt se hace con un salón en un duelo de sangre fría testosterenil vibrante (contra un desconocido Billy Bob Thornton), la presentación del tahúr Doc Holliday, vemos a los villanos, cometiendo una sangrienta masacre en un poblado mexicano el día de una boda, y después se ponen a comer del banquete de modo flemático. Tras esto asistimos en Tombstone contemplamos la escalada de tensión, la violencia latente en la que se convive, intentando los Earp estar al margen, hasta que los hermanos deciden tomar partido, y todo desemboca en el popular duelo en OK Corral, a mitad de metraje, filmado este con maestría con ecos a Peckimpah (ese “paseo” de los hermanos y Doc hacia el corral), y a Leone (esa tensión que se rasga instantes antes del tiroteo), rodada con energía, contundencia, crudeza, con ese toque infernal con una edificación ardiendo mientras los tres hermanos más Doc caminan hacia el corral, y por supuesto el modo de aguantar unos segundos eternos la tensión de miradas antes de la balacera. Pero tras esto la película sufre un bajón, se desorienta precisamente cuando el título pierde su sentido, cuando dejan Tombstone, entonces pierden el rumbo y se convierte en otra película distinta, donde los atisbos de brillantez desaparecen en pos de lo anárquico, en medio de persecuciones a cámara lenta exasperantes, con duelos torpes, con apariciones de estrellas desaprovechadas (Charlton Heston que aporta?).

Los “Cowboys” tras la presentación en off que se hace de ellos como la precursora del crimen organizado en USA, mostrados como sádicos asesinos, los vemos en Tombstone de modo diferente, se tornan en camorristas, gamberros, pendencieros, ociosos, borrachos, pero sin que los veamos con rumbo definido en sus fechorías (cuatreros, atracadores, violadores,…), son bastante guiñolescos en su maldad; Cosmatos además dedica demasiado tiempo, incluso el epilogo a la relación de Wyatt con Josephine, desarrollada en escenas bastante espesas y poco verosímiles en sus diálogos atrompicados, acentuándose esto por la nula química entre los intérpretes.

La puesta en escena resulta notable (para leer más sobre la ambientación ir a mi blog referenciado abajo).

Kurt Russell demuestra que es más estrella que actor, pues le queda grande el rol del afamado pistolero, le aporta integridad, pero adolece de matices expresivos, posee un rostro pétreo sin carácter, esto repercute en que sobre todo su vertiente romántica quede en pegote sin calor alguna, en la acción cumple bien dotando de sangre fría su comportamiento; Val Kilmer es el roba-escenas, el foco que se lleva toda nuestra atención con una interpretación majestuosa del atormentado Doc Holliday, añádase una extraordinaria labor en el maquillaje, que lo hacen un cuasi-cadáver andante con su tez pálida, sus andares, su mirada, su modo de hablar con acento aristócrata sureño, y siempre sudoroso para emitir su tuberculosis (de hecho viajó al sur por que el calor era mejor para su frágil salud), aprovechada por el actor para regalarnos una encarnación mezcla de autodestructiva y poética, muy cercana a la de la suya propia como Jim Morrison en “The Doors” (1991), un bohemio vividor, experto en latín, en tocar el piano… y por supuesto en las cartas, en jugar con la taza y en las armas. En su debe, pero no su culpa, si no del guión que no desarrolla bien la relación de amistad con Wyatt, no la ves, simplemente ayuda a este todo el rato, pero no hay fluidez de camaradas entre ambos, se siente forzada, como tampoco ayuda el cara de piedra de Russsell;... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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