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Voto de TOM REGAN:
5
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Drama
Durante la I Guerra Mundial (1914-1918), una joven pasa una noche con un piloto y se queda embarazada. El hombre muere antes de que puedan casarse, y la joven, para evitar el escándalo, entrega su hijo a otra persona, aunque permanece siempre cerca de él. (FILMAFFINITY)
25 de agosto de 2020
4 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
281/41(24/08/20) Sobrevalorado y lacrimógeno melodrama dirigido por Mitchell Leisen, que tiene su aliciente en la gran interpretación de Olivia de Havilland, actuando de modo dual en dos tiempos, de joven y de edad madura, que ganó el Oscar por la actuación, pero lo que es el (nominado al Oscar!) guión del gran Charles Brackett (“Días sin huella” o “Sunset Boulevard”) junto a y Jacques Théry, resulta un folletín propio de una telenovela, incluso con recursos deux machine chirriantes, donde hay que suspender en mucho la credibilidad para digerirlo. Al menos el tema tratado resulta valiente en una época de reinante Código Hays de censura, como es el de la maternidad soltera, aunque el modo de encararlo me es de un modo cuasi virginal en la forma en que la madre biológica debe purgar durante lustros su ‘pecado’ en silencio, quedando una moralina conservadora rancia. Brackett tuvo que luchar con la Oficina Breen del Código de Producción, que lleva el nombre del principal censor Joseph Breen, para mantener intacto el guión “To Each His Own”, supongo ayudó a sortear la mojigatería que el padre e hijo son pilotos valientes USA. También es resaltable como se coloca a una mujer como emprendedora y con ideas sobre crear empresas exitosas (hasta es capaz de salvar a un hombre de morir), pero también esto abordado cuasi-tangencialmente, pero aun así es de agradecer un punto de vista moderno en este aspecto. Film que critica (livianamente) los prejuicios sociales, pero ello de modo preventivo, pues no hay marginación hacia la madre soltera, con lo que esto se sobreentiende. Resulta un desarrollo sensiblero, con situaciones que me chirrían más que el Titanic partiéndose en dos, se quiere ponderar la dignidad de la mujer frente la hipocresía social, pero esto al no declararse la protagonista madre en momento alguno resulta naif. Leisen demuestra habilidad para gotear momentos de humor (esa madre con varios hijos y con un marido holgazán), en una evolución de acontecimientos prefabricados, ejemplo es ese comprensivo padre con la hija pero a la vez empujándola a renunciar a su retoño. De traca el error de traducción del creador del título español, ponen Julia donde es Jody (¿?).
Olivia de Havilland harta de que la Warner le diera papeles de percha de Errol Flynn, decidió dejar la compañía, pero esta le prorrogó unilateralmente su contrato de 7 años seis meses más (según ellos por haber rechazado roles), entonces la actriz demandó a la Warner, y ganó, siendo todo un varapalo para todas las grandes productoras, derivando en la llamada la Ley De Havilland. Esto hizo que por venganza Warner la metiera en una lista negra, lo que hizo que estuviera dos años sin trabajar, hasta que por fin pudo elegir sus personajes y el primero fue To Each His Own y su buen ojo le hizo ganar el Oscar a la mejor actriz. Y en el 49, “La Heredera” y su segundo premio del calvo denudo y dorado con espada.
Tiene un comienzo esperanzador, en Londres durante los bombardeos nazis a la urbe, un encuentro fortuito, que pasa por una cuasi-tragedia, provoca un encuentro entre dos personas de edad mediana, Lord Desham (excelente Roland Culver) y Jody Norris (Olivia de Havilland), acabando los dos en vísperas de Navidad en una cafetería. Él le cuenta a ella su desdicha del pasado cuando regresó a su casa de la Primera Guerra Mundial encontró a su esposa e hijo muertos de gripe española. Esta apertura de corazón da pie a que ella recuerde su tragedia personal, ello mientras espera a un piloto que llega a Londres de permiso, para a continuación sumergirnos en el flash-back que ocupa gran parte del metraje, retrocediendo 27 años atrás. Allí, en un pueblo, Pearson Falls, ella trabaja en la droguería de su padre, allí tiene varios pretendientes, un embelesamientos que es de vergüenza ajena en el acoso. Hasta que un día llega una exhibición de un aviador para recaudar fondos para la Gran Guerra, y se produce el romance exprés de Jody con el piloto Bart (John Lund, pésimo en su doble papel) me resulta apresurado, y me queda más él como un aprovechado que intenta ‘mojar’ con su aura de aventurero aviador. Para luego hundirnos en un melodrama sin pies ni cabeza, que me hace que todo lo que su ceda se me haga bola y no pueda digerirlo.
Spoiler:
Todo empieza a hacer aguas cuando nos dicen que si Jody tiene al hijo puede morir, gran elemento dramático, que destila un dilema moral, pero Jody lo ventila de modo rápido, no hay tiempo para que pensemos en ello; Luego resulta que va a tener él bebe a Nueva York huyendo de las habladurías de su pueblo, pero ese padre atento y comprensivo con ella no la acompaña, cuando podría fallecer qal dar a luz (¿?), menudo padre; Tras dar a luz felizmente Jody le pide a la enfermera si sabe dónde puede dejar (aparcar) al bebe porque está ocupada en su casa (¿???????), pero toman al espectador por idiota; La enfermera tiene una gran reacción al olérselo todo (tampoco había que ser Sherlock Holmes), pero la sorpresa es que la enfermera dice que se lo queda ella un tiempo (¿??);... (sigo en spoiler)
Olivia de Havilland harta de que la Warner le diera papeles de percha de Errol Flynn, decidió dejar la compañía, pero esta le prorrogó unilateralmente su contrato de 7 años seis meses más (según ellos por haber rechazado roles), entonces la actriz demandó a la Warner, y ganó, siendo todo un varapalo para todas las grandes productoras, derivando en la llamada la Ley De Havilland. Esto hizo que por venganza Warner la metiera en una lista negra, lo que hizo que estuviera dos años sin trabajar, hasta que por fin pudo elegir sus personajes y el primero fue To Each His Own y su buen ojo le hizo ganar el Oscar a la mejor actriz. Y en el 49, “La Heredera” y su segundo premio del calvo denudo y dorado con espada.
Tiene un comienzo esperanzador, en Londres durante los bombardeos nazis a la urbe, un encuentro fortuito, que pasa por una cuasi-tragedia, provoca un encuentro entre dos personas de edad mediana, Lord Desham (excelente Roland Culver) y Jody Norris (Olivia de Havilland), acabando los dos en vísperas de Navidad en una cafetería. Él le cuenta a ella su desdicha del pasado cuando regresó a su casa de la Primera Guerra Mundial encontró a su esposa e hijo muertos de gripe española. Esta apertura de corazón da pie a que ella recuerde su tragedia personal, ello mientras espera a un piloto que llega a Londres de permiso, para a continuación sumergirnos en el flash-back que ocupa gran parte del metraje, retrocediendo 27 años atrás. Allí, en un pueblo, Pearson Falls, ella trabaja en la droguería de su padre, allí tiene varios pretendientes, un embelesamientos que es de vergüenza ajena en el acoso. Hasta que un día llega una exhibición de un aviador para recaudar fondos para la Gran Guerra, y se produce el romance exprés de Jody con el piloto Bart (John Lund, pésimo en su doble papel) me resulta apresurado, y me queda más él como un aprovechado que intenta ‘mojar’ con su aura de aventurero aviador. Para luego hundirnos en un melodrama sin pies ni cabeza, que me hace que todo lo que su ceda se me haga bola y no pueda digerirlo.
Spoiler:
Todo empieza a hacer aguas cuando nos dicen que si Jody tiene al hijo puede morir, gran elemento dramático, que destila un dilema moral, pero Jody lo ventila de modo rápido, no hay tiempo para que pensemos en ello; Luego resulta que va a tener él bebe a Nueva York huyendo de las habladurías de su pueblo, pero ese padre atento y comprensivo con ella no la acompaña, cuando podría fallecer qal dar a luz (¿?), menudo padre; Tras dar a luz felizmente Jody le pide a la enfermera si sabe dónde puede dejar (aparcar) al bebe porque está ocupada en su casa (¿???????), pero toman al espectador por idiota; La enfermera tiene una gran reacción al olérselo todo (tampoco había que ser Sherlock Holmes), pero la sorpresa es que la enfermera dice que se lo queda ella un tiempo (¿??);... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
... Muy madre amantísima la Jody, pero en cuanto ha tenido su bebé lo abandona un tiempo con la primera persona que encuentra en el hospital, esto es mear y no echar gota; Luego el plan de Jody para recuperar salvando las habladurías es propio de Mortadelo y Filemón, que la enfermera deje al bebé en casa de una familia con muchos hijos, y como esta no podrá criarlo, Jody se hará cargo de él (¿??). Yo alucino con el modo de tomar al espectador como un crio. Pero esta mujer puede decidir dejarlo en una inclusa o darlo a las autoridades; No contentos con retorcer la credibilidad, el guión decide que él bebé sea dejado en Piersen Falls el mismo día que la mejor amiga de Jody da a luz un bebé muerto, para meter a la lotería;... La mujer a la que habían dejado el bebé y que ya había pactado con Jody dárselo (pues porque si, el imperativo del guión manda), decide sin avisar a Jody cambiar de opinión y dárselo a la mujer con él bebe muerto; Y Jody cuando ve al bebé con su amiga decide dejárselo un tiempo y luego dirá la verdad, no se puede ser más folletinesco y absurdo; El padre que se nos había mostrado tan comprensivo con el ´desliz’ de su hija la convence para que lo deje con la amiga, pues por las habladurías del pueblo, y la amantísima madre acepta, pues podrá algún día por semana ocuparse del retoño, menuda madre que lucha por su niño; Cuando el padre muere Jody decide pedir trabajo de nodriza con su amiga para estar con su hijo, pero esta celosa, le dice que no, Jody entonces saca la partida de nacimiento y le dice que es su hijo, y la reacción de la ‘amiga’ es que ya lo intuía, pero que el niño es suyo pro haberlo adoptado. Menuda reacción de niña mimada (el muñeco es mío y no te lo llevas, ale!); Entonces que hace la madre? Lucha por su hijo? NO!!! Se marcha a Nueva York abandonándolo, vuelvo a lod e que madre tan amantísima con su hijo; Cuando Jody ha hecho fortuna aprovecha la ruina de la familia de su ‘amiga’ para chantajearla, ofreciéndole un préstamo de dinero a cambio de que le dé a su hijo (o sea, que si no se lo da, el niño de Jody se criará en la miseria, muy amantísima madre), si esto no es ya un atropello a la razón, la ‘amiga’ se lo da cual aval, lo dicho, menuda caprichosa la ‘amiga’; Tanto ha luchado Jody por su niño que cuando va a decirle que es su verdadera madre sucumbe a una llorina de este y decide devolverlo a los ‘corrales’, ose a su madre adoptiva; Que hace Jody? Intentar establecer lazos cariñosos con su hijo? NO!!!! Se marcha a trabajar a Londres por voluntad propia (he dicho ya que menuda madre amantísima?); Pasan las décadas y una noche de Navidad Jody se entera que su hijo piloto de guerra tiene un permiso y lo va a esperar a la estación de tren. Cuando llega se pega a él como una lapa, tanto que cualquiera hubiera deducido que era una mujer buscando dar consuelo sexual a un ‘héroe de guerra, le ofrece enseñarle la ciudad a un desconocido (por lo menos para él), le ofrece su casa, unja cena, entradas al teatro, y el ingenuo del hijo que piensa? Pues acepta como si nada, pensará que en Londres la gente es muy amable y servicial; Al menos tiene un rush final bonito, que hace elevar un poquito la puntuación, donde Roland Culver como el gentleman prototípico inglés se roba la escena cual Papa Noel, llegando al clímax, cuando el hijo se da cuenta de que es su madre y pide a su ‘madre’ un baile y se funden en un emocionado abrazo. Pero esto no puede redimir un desarrollo ponzoñoso que se salta cualquier coherencia narrativa, y con eso no puedo.
Otras tres actrices fueron consideradas para la protagonista femenina en To Each His Own. Eran Ginger Rogers, Greta Garbo y, según la interpretación de Brackett de una consulta de Mitchell Leisen, Claudette Colbert.
Me queda un film tele novelesco a la altura de ‘Los ricos también lloran’, con los puntos a favor de la actuación sentida de Havilland y el mencionado tramo final. Fuerza y honor!!!
Otras tres actrices fueron consideradas para la protagonista femenina en To Each His Own. Eran Ginger Rogers, Greta Garbo y, según la interpretación de Brackett de una consulta de Mitchell Leisen, Claudette Colbert.
Me queda un film tele novelesco a la altura de ‘Los ricos también lloran’, con los puntos a favor de la actuación sentida de Havilland y el mencionado tramo final. Fuerza y honor!!!