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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Comedia Dos divorciados deciden compartir un apartamento en Nueva York, pero sus caracteres y sus estilos de vida son absolutamente incompatibles. La obsesión por la limpieza y el orden del meticuloso Felix (Lemmon) resulta desesperante para Oscar (Matthau), capaz de desordenar el apartamento a la velocidad del rayo. (FILMAFFINITY)
12 de octubre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
(02/05/1968) Muy entretenida comedia realizada por Gene Saks, adaptando una obra teatral (estrenada en Broadway en 1965, dirigida por Mike Nichols) homónima (en su título original “The odd couple”) en su concepción del dramaturgo Neil Simon, que también guioniza otorgando algunas salidas al exterior, al igual que el debut del director con “Descalzos en el parque” (1967), adaptando otra obra de Simon. Basa su humor en encerrar en un apartamento neoyorkino a una pareja de diferentes caracteres y como entre ellos surgen las rencillas y disputas, en el caso de la pretérita era un novel matrimonio encarnado por Jane Fonda y Robert Redford, en este caso un (mítico) binomio de amigos interpretados de forma refrescante por Jack Lemmon y Walter Matthau (en segunda colaboración juntos tras “En bandeja de plata”, 1966), dos hombres divorciados, el neurótico Félix Ungar y el fanático amante de la diversión Oscar Madison, que deciden vivir juntos, a pesar de que sus personalidades chocan. Simon se inspiró en la vida de su hermano Danny, quien también era escritor y que por aquel entonces compartía piso con el agente teatral Roy Gerber, en una situación donde ambos venían de fracasar en sus respectivos matrimonios. Danny que ya había captado la idea de escribir algo acerca de aquella situación, cedió finalmente el relevo a Neil.

Una buddy-movie que posee un tramo inicial trepidante en su conjunción de humor de diferentes tipos, el visual, diálogos afilados, de dobles sentidos, el slapstick, el humor negro, el de equívocos, donde se enfrentan la neurosis por el orden y la limpieza frente al disfrute de la vida sin ataduras higiénicas, donde la anarquía reina, y los dos modos de vida colisionan, en una clara revisión a la lucha de sexos o screw-ball, donde se puede atisbar un subtexto homosexual en la vida diaria de la pareja, Lemmon ejerce de rol femenino nítidamente (limpia, cocina, hace la compra, se molesta porque no le llama cuando llega tarde, es sensible y llorón), y además no parecen gustarle las mujeres y es que en la cita doble parece claro, frente a Matthau (le gusta jugar al póker, alimentarse de comida basura, convive sin problema con la suciedad, y anda loco por acostarse con la mujer que sea, no es escrupuloso).

Además del ingenioso guión, las magnéticas actuaciones, queda la pegadiza y maravillosa música de Neal Hefti, quien no ha escuchado alguna vez sus deliciosos acordes? En su debe hay que decir que pierde fuelle en su rush final, se estanca sin saber bien como acabar, dejándote un tanto frío su conclusión anticlimática.

Tuvo éxito entre la crítica y el público, recaudando más de $ 44.5 millones, convirtiéndola en la cuarta película más taquillera de 1968. El éxito de la película fue la base de la serie de televisión ABC del mismo nombre, protagonizada por Tony Randall y Jack Klugman como Felix y Oscar. Le valió a Neil Simon una nominación para el Premio de la Academia por la Escritura de Guión Adaptado, nominada para el Globo de Oro por Mejor Película - Musical o Comedia, y Lemmon y Matthau fueron nominados para el Globo de Oro al Mejor Actor - Película Musical o Comedia.

Como corresponde al judío (es que tiene los de esta religión un gen especial para la escritura?) Neil Simon la cinta discurre en medio de charlas punzantes, rápidas, donde la réplica y contrarréplica son un disfrute para el espectador, el humor surge de lo cotidiano, brota de modo natural por lo bien definidas que están las personalidades, incluso sabiendo sacar punta jocosa a algo tan trágico como un intento de suicidio. Componiendo en el desarrollo del metraje situaciones delirantes y a la vez perfectamente trenzadas para provocar risa del drama, con esas tronchantes partidas de cartas, donde la amistad flota en el ambiente, el colegueo es transpirable, con hilarantes tramos como el de la cita doble con las vecinitas Cecily y Gwendolyn Pigeon. Además hay una sub-lectura en la que se hace una sátira sobre la “sagrada” institución del matrimonio, parodiándola con saña a través de esta pareja de amigos.

Ello en un film en el que Saks pretende ser un remedo de Billy Wilder, pero le falta mala leche y la acidez necesaria, añadiéndose en el debe que el desarrollo va deshinchándose en el tercio final, redundándose, con subrayados innecesarios, rizando el rizo sin saber bien hacia dónde va el final, repercutiendo en que llega al final con respiración asistida, yendo de muy más a menos.

Lemmon y Matthau bordan sus roles con una química arrolladora, con dos papeles para los que parecen haber nacido, compenetrados con los dedos de un guante a medida, con réplicas y contrarréplicas constantes, con genuino humor expresivo y gestual, cada uno con sus matices, una relación con altibajos que la ves de modo natural en sus enfrentamientos, dos actuaciones estelares que hacen mucho mejor el guión. Con la socarronería y cinismo de Walter y con la neurosis enfermiza de Lemmon.

Saks saca buen partido de los secundarios David Sheiner, John Fiedler, Larry Haines, y Herb Edelman, aportando un apoyo que da relace al choque de personalidades.

Como defecto queda que los personajes no evolucionan, son lo mismo al inicio que al final.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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