Media votos
6,5
Votos
5.704
Críticas
5.202
Listas
10
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de TOM REGAN:
7
7,0
264
Comedia
Ilija Cvorovic es llamado por la policía secreta para hacerle unas preguntas acerca de su vecino, un hombre de negocios que ha regresado desde occidente. Después de esa charla, Ilija está convencido de que su vecino representa la más grande amenaza para la seguridad nacional, y comienza su propia operación de vigilancia del inocente vecino. (FILMAFFINITY)
22 de junio de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
209/27/20/06/22) Más que interesante dramedia yugoslava dirigida por Dušan Kovačević y Bozidar 'Bota' Nikolic, adaptando una obra del primero, en lo que es una mordaz y ácida crítica a los totalitarismos y a sus regímenes de terror que instauran en la sociedad el germen alienante de la paranoia, recordándome en este sentido a la posterior y muy buena cinta alemana “La vida de los otros” (2006). Aunque en esta prima el humor negro radiografiando a través de un ciudadano común el sentimiento de terror al creer que tiene de inquilino a un terrorista enemigo del estado comunista balcánico. Un relato que conforme avanza se va ennegreciendo hasta ser cada vez menos humorística, y más caustico y duro, hasta desembocar en su rush final, que seguro gustaría mucho a Tarantino en su crudeza y modo de filmarlo. Una historia devastadora contra los enemigos que crean los estados para ‘acojonar’ a sus gentes. Ello en una evolución de personajes donde la toxicidad del temor los va sumiendo en la locura, hasta derivar en senderos kafkianos donde no se pueden discutir las teorías estrafalarias montadas por mentes megalómanas. Todo esto surtido muy momentos muy divertidos, en las discusiones estrambóticas, en los métodos rudimentarios de espionaje, en las formas de perseguir al supuesto espía (en algún caso pasándose un poco, como cuando confunden al protagonista con un jabalí durante una caza), donde prima el equívoco, es aquello tan (reitero) kafkiano del individuo contra un poder omnímodo que nos aplasta sin motivo, simplemente por demostrar que puede. Es el temor a un régimen que obliga a la obediencia de vida, a ser un ‘chivato’ del vecino, donde incluso hace por destruir eso que el comunismo detesta como es la familia, pues puede ser la raíz para tener ideas propias, las dictaduras y por ende la comunista quieren tener el monopolio de entrar y manejar tu mente a su antojo. Es un retrato vigoroso de los efectos de las tiranías más abyectas que hacen por inculcarte la desconfianza al de al lado, y con ello el odio a lo desconocido.
Ilija Cvorovic (Danilo "Bata" Stojkovic) de Belgrado, que pasó un par de años en prisión en Goli Otok a causa del estalinismo, fue invitado a una entrevista de rutina en la comisaría local. Allí, un interrogador le preguntaba rutinariamente sobre su inquilino, Petar Jakovljevic (Bora Todorovic), un sastre que había trabajado en el estado capitalista de Francia durante 20 años. Después de unos minutos, Elijah fue liberado a casa, pero estaba tan nervioso y paranoico que comenzó a sospechar de Peter. Tan pronto como regresó a casa, comenzó a quejarse con su esposa Danica (Mira Banjac) que nunca debería haberle alquilado un apartamento. La imaginación comienza a trabajar en Elijah y comienza a imaginar que Peter podría ser un terrorista que quiere derrocar al estado. En la historia tiene importancia la hija de Ilija, Sonja (Sonja Cvorovic), una joven dentista sin trabajo que no entiende la paranoia del padre, es la voz de la cordura, al brújula moral en la historia, que no entiendo porque al final desaparece; el hermano de Ilija, un violento Djuro (Zvonko Lepetic), que compra toda la ‘mercancía’ averiada de su hermano.
La historia no deja lugar a dudas de la demencia paranoica de Ilija, pues mientras vemos como sigue a Peter y sus amigos se monta sus historias conspiranoicas, pero ‘desgraciadamente’ para él hemos escuchado a Peter lo que habla con sus compañeros y todo son charlas sin malicia alguna, sobre todo centradas en la eterna burocracia por abrir una peluquería. No hay ambigüedad, todo se centra en este hombre enfermo y como está a lomos de una espiral sin fin, donde va a arrastrando a su matón de hermano ya la final cae incluso su escéptica al principio esposa. De cómo el virus del terror se instaura con un simple y ordinario interrogatorio, como en este régimen se hacían tropecientos cada día. Todo en un crescendo dramático bien llevado, con buenos picos en como el protagonista destila enorme imaginación en como eleva a su inquilino al nivel de cuasi Moriarty. Hasta desembocar en su cruento rush final. Aunque en su debe, decir que el hermano Djuro me ha resultado totalmente prescindible e innecesario, me resulta pasado de vueltas, y con accione que chirrían en el tono de la trama (*spoiler).
En los márgenes quedan dardos envenenados contra el régimen y su precariedad, como esas colas de llamados a ser interrogados en la comisaria, o el supermercado donde no hay más que bombillas rojas (de burdel), pero si hay estanterías a rebosar de licores alcohólicos, se arremete contra la infinita burocracia (ese hombre que lleva 2 años y 32 documentos para que le den luz verde) que hacía imposible montar un negocio propio (había que sabotear cualquier actitud individualista de posible éxito), pero también nos muestran como había élites que nadaban en la abundancia de la jet set, con sus hoteles de lujo con spa, sus cacerías, sus cenas en restaurantes de lujo.
La actuación de Danilo "Bata" Stojkovic es apoteósica, Homérica en como transmite una frescura y naturalidad formidables, se transmuta en este loco, no ves al actor, ves poco a poco como sus nervios y esquizofrenia van en aumento, su mirada, reacciones, pose, las grietas en su mente las ves abrirse ante la posibilidad de poder volver a presidio (donde fue del modo, otra vez, más kafkiano), tipo que cual Matrix monta su realidad paralela para dar rienda suelta su febril cerebro, haciendo chivo expiatorio de su averno al pobre Peter, siendo el zenit de su portentosa labor un enardecido soliloquio (en una alegórica habitación roja) donde espeta sus convulsos ideales (y atrofiados) políticos;... (sigo en spoiler)
Ilija Cvorovic (Danilo "Bata" Stojkovic) de Belgrado, que pasó un par de años en prisión en Goli Otok a causa del estalinismo, fue invitado a una entrevista de rutina en la comisaría local. Allí, un interrogador le preguntaba rutinariamente sobre su inquilino, Petar Jakovljevic (Bora Todorovic), un sastre que había trabajado en el estado capitalista de Francia durante 20 años. Después de unos minutos, Elijah fue liberado a casa, pero estaba tan nervioso y paranoico que comenzó a sospechar de Peter. Tan pronto como regresó a casa, comenzó a quejarse con su esposa Danica (Mira Banjac) que nunca debería haberle alquilado un apartamento. La imaginación comienza a trabajar en Elijah y comienza a imaginar que Peter podría ser un terrorista que quiere derrocar al estado. En la historia tiene importancia la hija de Ilija, Sonja (Sonja Cvorovic), una joven dentista sin trabajo que no entiende la paranoia del padre, es la voz de la cordura, al brújula moral en la historia, que no entiendo porque al final desaparece; el hermano de Ilija, un violento Djuro (Zvonko Lepetic), que compra toda la ‘mercancía’ averiada de su hermano.
La historia no deja lugar a dudas de la demencia paranoica de Ilija, pues mientras vemos como sigue a Peter y sus amigos se monta sus historias conspiranoicas, pero ‘desgraciadamente’ para él hemos escuchado a Peter lo que habla con sus compañeros y todo son charlas sin malicia alguna, sobre todo centradas en la eterna burocracia por abrir una peluquería. No hay ambigüedad, todo se centra en este hombre enfermo y como está a lomos de una espiral sin fin, donde va a arrastrando a su matón de hermano ya la final cae incluso su escéptica al principio esposa. De cómo el virus del terror se instaura con un simple y ordinario interrogatorio, como en este régimen se hacían tropecientos cada día. Todo en un crescendo dramático bien llevado, con buenos picos en como el protagonista destila enorme imaginación en como eleva a su inquilino al nivel de cuasi Moriarty. Hasta desembocar en su cruento rush final. Aunque en su debe, decir que el hermano Djuro me ha resultado totalmente prescindible e innecesario, me resulta pasado de vueltas, y con accione que chirrían en el tono de la trama (*spoiler).
En los márgenes quedan dardos envenenados contra el régimen y su precariedad, como esas colas de llamados a ser interrogados en la comisaria, o el supermercado donde no hay más que bombillas rojas (de burdel), pero si hay estanterías a rebosar de licores alcohólicos, se arremete contra la infinita burocracia (ese hombre que lleva 2 años y 32 documentos para que le den luz verde) que hacía imposible montar un negocio propio (había que sabotear cualquier actitud individualista de posible éxito), pero también nos muestran como había élites que nadaban en la abundancia de la jet set, con sus hoteles de lujo con spa, sus cacerías, sus cenas en restaurantes de lujo.
La actuación de Danilo "Bata" Stojkovic es apoteósica, Homérica en como transmite una frescura y naturalidad formidables, se transmuta en este loco, no ves al actor, ves poco a poco como sus nervios y esquizofrenia van en aumento, su mirada, reacciones, pose, las grietas en su mente las ves abrirse ante la posibilidad de poder volver a presidio (donde fue del modo, otra vez, más kafkiano), tipo que cual Matrix monta su realidad paralela para dar rienda suelta su febril cerebro, haciendo chivo expiatorio de su averno al pobre Peter, siendo el zenit de su portentosa labor un enardecido soliloquio (en una alegórica habitación roja) donde espeta sus convulsos ideales (y atrofiados) políticos;... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Mira Banjac como Danica está magnífica encarnado un arco de evolución veraz en cómo es ‘abducida’ gradualmente por las disparatadas teorías de su marido, brillante como siempre la vemos pelar patatas, en todas las escenas (igual dejando subliminalmente la idea de que en Yugoslavia solo había para comer patatas), muy buena en los ententes con el esposo y al final con Petar; Zvonko Lepetic es desproporcionado como el atrofiado Djura, para mí un personaje que no hacía falta, es un subrayado sobre la idea que llega a molestar en sus excesos; Sonja Cvorovic como la hija de Ilija da bien en su rol de especie de Sancho Panza que intenta hacer ver a su padre que no hay Gigantes que son molinos; Bora Todorovic encarna al desgraciado Petar, tiene una buena actuación, sobre todo en el rush final en su enfrentamiento con la paranoia, con dignidad y orgullo.
A reseñar la festiva música compuesta por Vojislav Kostic (“Línea no regular”), de resonancias folk zíngaras, adornando con ritmos ligeros la acción.
Encuentro que la historia en el rush final vira de la comedia solaz, con tintes caricaturescos atacando la tiranía imperante, a un interrogatorio donde la violencia duele en su crudeza. Aunque esto retoma su aire delirante en su epílogo.
Spoiler:
Me resulta pasarse bastante que el hermano de Ilija, Djro, secuestre a los amigos de Peter, en su mayoría intelectuales y académicos inocentes, y los torture en un sótano, despoja de cualquier humor el relato, es un giro demasiado brusco y descoloca, como lo hacer en el mencionado interrogatorio a Petar entre los hermanos. Interrogatorio kafkiano en la ‘película’ que se han montado ambos con Petar. Pero todo torna en la comedia punzante bizarra que era con ese final en que Djuro se ha marchado, y a Ilija le ha dado lo que parece un infarto. Petar llama a la ambulancia, tras lo que se marcha con el sillón a cuentas con el que está esposado, con intención de tomar un vuelo a Nueva York. Ilija retoma un poco el aliento y telefonea a su esposa para que detenga todos los vuelos del aeropuerto (¿?). Tras lo que sale como puede, ósea, a gatas intentando perseguir a Petar, junto a él va su perro que le observa intrigado. Ello en lo que es la última imagen propia del cine de Berlanga (otra vez lo nombro).
Buena comedia, de las que tiene un mensaje punzante contado con humor, que es la forma más sería de crítica. Gloria Ucrania!!!
A reseñar la festiva música compuesta por Vojislav Kostic (“Línea no regular”), de resonancias folk zíngaras, adornando con ritmos ligeros la acción.
Encuentro que la historia en el rush final vira de la comedia solaz, con tintes caricaturescos atacando la tiranía imperante, a un interrogatorio donde la violencia duele en su crudeza. Aunque esto retoma su aire delirante en su epílogo.
Spoiler:
Me resulta pasarse bastante que el hermano de Ilija, Djro, secuestre a los amigos de Peter, en su mayoría intelectuales y académicos inocentes, y los torture en un sótano, despoja de cualquier humor el relato, es un giro demasiado brusco y descoloca, como lo hacer en el mencionado interrogatorio a Petar entre los hermanos. Interrogatorio kafkiano en la ‘película’ que se han montado ambos con Petar. Pero todo torna en la comedia punzante bizarra que era con ese final en que Djuro se ha marchado, y a Ilija le ha dado lo que parece un infarto. Petar llama a la ambulancia, tras lo que se marcha con el sillón a cuentas con el que está esposado, con intención de tomar un vuelo a Nueva York. Ilija retoma un poco el aliento y telefonea a su esposa para que detenga todos los vuelos del aeropuerto (¿?). Tras lo que sale como puede, ósea, a gatas intentando perseguir a Petar, junto a él va su perro que le observa intrigado. Ello en lo que es la última imagen propia del cine de Berlanga (otra vez lo nombro).
Buena comedia, de las que tiene un mensaje punzante contado con humor, que es la forma más sería de crítica. Gloria Ucrania!!!