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5.702
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Voto de TOM REGAN:
6
7,0
2.832
Comedia. Drama
Shahdov (Charles Chaplin), rey de Estrovia, tiene que huir precipitadamente de su país al estallar una revolución. Llega a los Estados Unidos sin recursos económicos, pero una joven publicista de televisión (Dawn Addams) le sugiere que protagonice algunos anuncios, aunque no parece la persona más adecuada para este trabajo... Penúltima película del maestro Chaplin, que tres años antes había tenido que exiliarse de Estados Unidos debido ... [+]
12 de octubre de 2017
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
236/07(09/10/17) Interesante penúltimo film dirigido por el genial Charles Chaplin (guion, dirección, actuación, produce y musicaliza), último protagonizado por él, obra sugerente por ser meta-fílmica, en que el londinense ajusta cuentas a su manera contra la “Caza de Brujas” del pérfido senador McCarthy, arremetiendo también en sus mordaces (aunque superficiales) dardos contra la esnobista sociedad estadounidense que en pleno auge capitalista se volvía superficial en su American Way of Life, satiriza el mercantilismo norteamericano, la música popular, el cine y la televisión, siendo profético en cómo estos medios pervierten y atontan, sociedad que (en parte) pasó de adorarle como el más grande artista del Séptimo Arte, a tratarlo como un paria simpatizante del comunismo, después de que Chaplin zarpó a Londres para el estreno mundial del 16 de octubre de 1952 de su última película estadounidense, Limelight, su permiso de reingreso a América fue revocado debido a supuestos lazos con el Partido Comunista (había llegado a USA hacía más de 40 años antes). Un frenesí anti-Chaplin causó la cancelación de las proyecciones de Limelight en otras ciudades después de las proyecciones en Nueva York y las ciudades de la costa este. Limelight no se mostró en LA hasta 1972 y esta que me ocupa no fue exhibida en USA hasta el 21 de diciembre de 1973, solo volvió a USA en 1972 para recoger el Oscar honorífico. Al atacar los mafiosos medios de extorsión de la Comisión, Chaplin lo que hace es atacar la hipocresía puritana reinante y alabar la libertad de pensamiento y la libertad individual, atacando el consumismo feroz. Esta fue la primera película que abordó el tema del Comité de Actividades Antiamericanas, haciendo burla en claro paralelismo a lo que hizo Chaplin en “El Gran Dictador”, en los dos casos batallando contra el fascismo y la intolerancia. Metacine existe en el modo en que Chaplin trata habla del nefasto Comité, y se pone el en cabeza de turco, pero a la vez habla por boca de su hijo de 10 años Michael Chaplin que interpreta a su vez al retoño de unos padres sospechosos de comunistas y que son presionados para ser delatores, como lo fue Charlie Chaplin. Pero en su conjunto queda una obra irregular, demasiado episódica, orgánicamente desigual, con un tipo de humor en que Chaplin se notaba los tiempos le superaban, compararlo con Billy Wilder es injusto pero definitorio de que sus gags quedaban triviales y simplistas en su mayoría. Adolece de falta de equilibrio en el tono, altibajos con alguna arritmia, se notan algunos tramos artificiosos, la comedia y la crítica se queda en pellizcos de ursulina comparado con “El Gran dictador”, le falta veneno al guión.
Comienza con una revolución en un país indefinido, donde el populacho toma el palacio del rey, cuando entran el monarca ha huido y sobreimpresionado "Las revoluciones son uno de los inconvenientes de la vida moderna”. Pasamos a ver como el rey Shahdov (Charles Chaplin), llega exiliado a refugiarse a Nueva York. Shahdov allí espera ofrecer al gobierno USA unos planos con ideas acerca de cómo aprovechar el átomo para la paz.
Irregular narración, cojeando entre otros aspectos en que orgánicamente se siente episódica, conjunto de viñetas desiguales en su tono, en sus slapstick dientes de sierra, más abajo que arriba, adoleciendo de cohesión narrativa que deriva en parca solidez. Con algunos picos apreciables, pero con demasiados valles, y es que el afilado humor de Chaplin se notaba ajado por el tiempo, sintiéndose muy infantil (ejemplo el tramo en el orfanato). Desde el alter ego chaplinesco del Rey el realizador critica la sociedad capitalista-consumista americana, su deriva naif, su hipocresía, ello en su primer tramo, donde ataca con divertidos momentos al mundo de la publicidad, a su vacuidad ridícula, primero en la cena-encerrona con cámara oculta, y luego con los anuncios que hace el monarca. Por cierto su relación con la bella publicista (correcta Dawn Addams) se antoja un parche para que el sátiro Chaplin bese a otra jovencita; Ataca el culto a la imagen, lo hace en otro jocoso tramo en que se hace una operación de cirugía plástica en el labio; Ataca la falta de referentes morales de peso en la juventud cuando (con mucho humor) la expone alocada en un concierto de rock, tirándose por los suelos; Ataca al cine de su tiempo, lo hace con un bufa secuencia en un cine donde vemos unos trailers de películas fachosas y absurdas; Ya en su segunda mitad se hunde en una sátira contra la HUAC (Comité de Actividades Antiamericanas), esto cuando toma protagonismo el niño Rupert, ello soltando soflamas comunistas pomposas interpretadas con nervio y tremenda energía por el hijo de Charlie Chaplin (10 años), Michael, pero que se sienten falsas por su oratoria artificiosa, ello por momentos emulando a su padre (en “El Gran Dictador”) cuando en primer plano suelta sus incendiarios monólogos panfletarios, sermones impostados al público que se siente poco motivado por la anti-naturalidad de lo que oye, esta parte que es el corazón de la cinta se nota impostada con poco veneno y escasa mordacidad, sintiéndose pellizcos de monja ante el tema sombrío que aborda, que la venganza del “Vagabundo” sea una ducha con una manguera se siente poco valiente o nulo de imaginación, todo coronado con un epílogo bastante torpe y atrofiado (spoiler). Tampoco suma una puesta en escena demasiado frugal, muy teatral, plana, sin personalidad, propia de alguien a quien los años lo han dejado anticuado, una reliquia del pasado que no ha sabido avanzar con los tiempos.
Comienza con una revolución en un país indefinido, donde el populacho toma el palacio del rey, cuando entran el monarca ha huido y sobreimpresionado "Las revoluciones son uno de los inconvenientes de la vida moderna”. Pasamos a ver como el rey Shahdov (Charles Chaplin), llega exiliado a refugiarse a Nueva York. Shahdov allí espera ofrecer al gobierno USA unos planos con ideas acerca de cómo aprovechar el átomo para la paz.
Irregular narración, cojeando entre otros aspectos en que orgánicamente se siente episódica, conjunto de viñetas desiguales en su tono, en sus slapstick dientes de sierra, más abajo que arriba, adoleciendo de cohesión narrativa que deriva en parca solidez. Con algunos picos apreciables, pero con demasiados valles, y es que el afilado humor de Chaplin se notaba ajado por el tiempo, sintiéndose muy infantil (ejemplo el tramo en el orfanato). Desde el alter ego chaplinesco del Rey el realizador critica la sociedad capitalista-consumista americana, su deriva naif, su hipocresía, ello en su primer tramo, donde ataca con divertidos momentos al mundo de la publicidad, a su vacuidad ridícula, primero en la cena-encerrona con cámara oculta, y luego con los anuncios que hace el monarca. Por cierto su relación con la bella publicista (correcta Dawn Addams) se antoja un parche para que el sátiro Chaplin bese a otra jovencita; Ataca el culto a la imagen, lo hace en otro jocoso tramo en que se hace una operación de cirugía plástica en el labio; Ataca la falta de referentes morales de peso en la juventud cuando (con mucho humor) la expone alocada en un concierto de rock, tirándose por los suelos; Ataca al cine de su tiempo, lo hace con un bufa secuencia en un cine donde vemos unos trailers de películas fachosas y absurdas; Ya en su segunda mitad se hunde en una sátira contra la HUAC (Comité de Actividades Antiamericanas), esto cuando toma protagonismo el niño Rupert, ello soltando soflamas comunistas pomposas interpretadas con nervio y tremenda energía por el hijo de Charlie Chaplin (10 años), Michael, pero que se sienten falsas por su oratoria artificiosa, ello por momentos emulando a su padre (en “El Gran Dictador”) cuando en primer plano suelta sus incendiarios monólogos panfletarios, sermones impostados al público que se siente poco motivado por la anti-naturalidad de lo que oye, esta parte que es el corazón de la cinta se nota impostada con poco veneno y escasa mordacidad, sintiéndose pellizcos de monja ante el tema sombrío que aborda, que la venganza del “Vagabundo” sea una ducha con una manguera se siente poco valiente o nulo de imaginación, todo coronado con un epílogo bastante torpe y atrofiado (spoiler). Tampoco suma una puesta en escena demasiado frugal, muy teatral, plana, sin personalidad, propia de alguien a quien los años lo han dejado anticuado, una reliquia del pasado que no ha sabido avanzar con los tiempos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Chaplin afronta el relato desde una mirada muy personalista, y en este envite lo porfía todo, dejando por el camino hacer una película con profundidad y calado emocional, ejemplo es que nada sabremos del protagonista Rey Shadov, mera caricatura sin alma, no sabremos porque hubo la revolución en su país, si es un tirano o hubo una conspiración, si es una víctima o un sátrapa, si ama o no a la publicista (al final me queda claro), si siente o no aprecio por el chico (su final me deja en realidad pocas dudas), personaje más plano que una mesa. Por si fuera poco se da al principio gran importancia a los planos sobre cómo utilizarla energía atómica de modo pacífico, y esto al final se aparta en un rincón, desviando esto la atención del espectador, quedando en un trilero McGuffin.
Spoiler:
Al final el Rey Shadov se va igual que ha venido, en avión, pareciera iba a haber algún discurso ante el Comité para en modo metacine expresar Chaplin su opinión sobre este, pero se queda en el duchazo, muy idiotesco. Lo dejan libre, y antes de irse se reúne con el chico que ha sido chantajeado por la policía y el Rey en vez de llevárselo consuela l joven "Esta locura no durará para siempre, no hay razón para la desesperación", y “te zurzan”, se entiende subliminalmente esto, pues se va a París como si nada hubiera pasado, abandonándolo, pero no solo a él si no a la publicista por la que parecía sentía algo.
Film que mido sobre todo por el nivel de Chaplin, y en esto patina. Me queda un rato ameno, con momentos disfrutables y muchos olvidables. Fuerza y honor!!!
Spoiler:
Al final el Rey Shadov se va igual que ha venido, en avión, pareciera iba a haber algún discurso ante el Comité para en modo metacine expresar Chaplin su opinión sobre este, pero se queda en el duchazo, muy idiotesco. Lo dejan libre, y antes de irse se reúne con el chico que ha sido chantajeado por la policía y el Rey en vez de llevárselo consuela l joven "Esta locura no durará para siempre, no hay razón para la desesperación", y “te zurzan”, se entiende subliminalmente esto, pues se va a París como si nada hubiera pasado, abandonándolo, pero no solo a él si no a la publicista por la que parecía sentía algo.
Film que mido sobre todo por el nivel de Chaplin, y en esto patina. Me queda un rato ameno, con momentos disfrutables y muchos olvidables. Fuerza y honor!!!