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Voto de TOM REGAN:
6
7,6
51.656
Drama. Comedia
Año 1962. Tony Lip (Viggo Mortensen) es un rudo italoamericano del Bronx que es contratado como chófer del virtuoso pianista negro Don Shirley (Mahershala Ali). Ambos emprenderán un viaje para una gira de conciertos por el Sur de Estados Unidos, donde Tony deberá tener presente "El libro verde", una guía que indicaba los pocos establecimientos donde se aceptaba a los afroamericanos. Son dos personas que tendrán que hacer frente al ... [+]
16 de enero de 2019
15 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
08/08(11/01/19) Dramedia tan agradable de ver como condescendiente, tan afable como poco valiente, tan entretenida como previsible, tan complaciente como tramposa, tan entrañable como manipuladora, tan conmovedora como convencional, tan grácil como efectista. La cinta tiene su gran valor en las carismáticas actuaciones de la pareja protagonista, unos radiantes Mahershala Ali y Viggo Mortensen, teniendo una química fascinante gracias también a un libreto inteligente que los coloca constantemente en una relación de dependencia uno de otro. Dirigida y por Peter Farrelly (cambiando el tono de su filmografía, el otrora metido en productos de humor-astracanada tipo “Dos tontos muy tontos” o “Algo pasa con Mary”), escrita por el propio realizador, Brian Currie (“Armaggedon”), y Nick Vallelonga (hijo de de Tony Valellonga), basándose en entrevistas con su padre y Doc Shirley, así como en cartas que su padre escribió a su madre. La película lleva el nombre de “Green Book”, se refiere a una guía para viajeros afroamericanos que fue publicada en Nueva York durante treinta años entre 1936 y 1966, durante el período en el que rigieron las ominosas leyes de segregación racial Jim Crow (1876-1965) en varios estados del sur. El libro escrito por Victor Hugo Greenm funcionaba como una guía de hoteles y restaurants donde los afroamericanos podían acudir sin ser discriminados por el odio racial. Ambientada en el Sur profundo en 1962, sigue una gira entre un snob pianista de jazz y música clásica afroamericano Don Shirley (Mahershala Ali) y un rudo italoamericano Tony Vallelonga (Viggo Mortensen), un italiano-estadounidense que se desempeñó como conductor y guardaespaldas de Shirley. La película acaba de ser galardonada en los Globos de Oro como la Mejor Película en la categoría de Comedia o Musical, con lo que raro sería no verla en la terna de nominadas a los Oscar. La película viene a alimentar ese subgénero amabilista en que nos presentan de modo suave el segregacionismo y racismo imperante en los USA (incluso apoyado en leyes contranatura) durante gran parte del SXX, formando parte de ello obras recientes como “Criadas y señoras” (2011), “Figuras ocultas” (2016), o con la que tiene más puntos en común, “Paseando a Miss Daisy” (1989), incluso con pizcas de la mucho más antigua “Fugitivos” (1958), esta filmada en plena época Jim Crow Laws. “Green Book” es un film que combina el humor con el drama, ello en medio de conflictos raciales, pero tratado de forma superficial, en modo de pequeños conflictos que se salvan de forma simplista, pretende el espectador se sienta bien mediante empaticemos con la evolución del protagonista blanco, y del sufrimiento interior del marginado social por su color de piel, en medio de una relación de amistad entre diferentes mil veces vista, teniendo dosis de “La extraña pareja” de Neil Simon, solo que esto “adornado” en un microcosmos de prejuicios raciales que ansia dar profundidad y se queda en pellizcos de ursulina, de hecho la película donde flojea es en estos tramos racistas manidos, nada aportan y son resueltos de modo plano, y se eleva en los ententes entre los protagonistas, en sus charlas en el auto, cuando Shirley actúa de seudo-Cyrano ayudando a escribir cartas a Tony a su esposa, cuando discuten, resto resulta demasiado funcional y paternalista, como bien he leído viene a decirnos eso tan grimante de el equivalente cinematográfico de decir "No soy racista. Tengo un amigo negro!".
El relato tiene la sustancia sabrosa en el tour de forcé entre estos dos grandes intérpretes, el clásico choque entre dos personalidades antagónicas. Don es un tipo culto, educado, flemático, alejado del estereotipo de negro (el que tanto alardea de conocer Tony, y es que a Don es culpable de no conocer a Lil Richard, Aretha Franklin, y lo que es peor, no ha probado el pollo frito!) y muy calmado, ah, y negro que sufre por su tonalidad cutánea la marginación. En contraposición está Tony, e un italo-americano (comunidad de cliché altamente negro-foba, como demuestra que llaman berenjenas a los de color), vulgar, tosco, impulsivo, fumador, glotón incansable de fast-food, ah, y aparentemente racista (por como tira dos vasos en los que han bebido dos afroamericanos); Pero como sabemos que después del día viene la noche y viceversa, sabemos que los protagonista terminaran por conectar en el entendimiento mutuo, por lo que la película camina por una senda muy marcada, donde Don comprenderá lo que es la clase baja y donde Tony sufrirá una redención sobre su racismo. Hasta desembocar en un final demasiado acomodaticio y facilón, sin pizca de coraje.
Viggo Mortensen borda su rol, desborda humanidad y autenticidad, alterna rudeza con sensibilidad (como cuando tras sacar a Don de un apuro con la poli dice que entiende lo sucedido, "He estado trabajando en clubes nocturnos en la ciudad de Nueva York toda mi vida. Sé que es un... mundo complicado", sin juicios personales, eleva al personaje), maneja su orondo físico (ganó 14 kg para el papel) de modo excelente, con enorme expresividad en su rostro, con acento creíble, con sonrisa contagiosa (de ahí lo del apodo de Lip, labio en inglés), con modo tan verité de comer compulsivo, mostrando fluida evolución personal. Aunque me resulta chirriante que lo vemos tirar dos vasos de agua a la basura por haberlos tocado dos fontaneros negros, pero luego acepta un trabajo para un negro, como si se supone tan racista no alabaría tanto la cultura negra como sus cantantes, para hacer de su asistente, no viendo entonces atisbo de racismo, esa escena me es incongruente con el personaje y cruje con lo que vemos después. El verdadero Tony Lip tuvo papeles en las películas y series de mafiosos ítalo-americanos como Goodfellas y The Sopranos; Masherhala Ali resulta brillante en su snob encarnación de este músico solitario, elegante, sofisticado, de labia sibarita, alejado del costumbrismo de los afroamericanos de una expresividad sutil,… (sigue en spoiler)
El relato tiene la sustancia sabrosa en el tour de forcé entre estos dos grandes intérpretes, el clásico choque entre dos personalidades antagónicas. Don es un tipo culto, educado, flemático, alejado del estereotipo de negro (el que tanto alardea de conocer Tony, y es que a Don es culpable de no conocer a Lil Richard, Aretha Franklin, y lo que es peor, no ha probado el pollo frito!) y muy calmado, ah, y negro que sufre por su tonalidad cutánea la marginación. En contraposición está Tony, e un italo-americano (comunidad de cliché altamente negro-foba, como demuestra que llaman berenjenas a los de color), vulgar, tosco, impulsivo, fumador, glotón incansable de fast-food, ah, y aparentemente racista (por como tira dos vasos en los que han bebido dos afroamericanos); Pero como sabemos que después del día viene la noche y viceversa, sabemos que los protagonista terminaran por conectar en el entendimiento mutuo, por lo que la película camina por una senda muy marcada, donde Don comprenderá lo que es la clase baja y donde Tony sufrirá una redención sobre su racismo. Hasta desembocar en un final demasiado acomodaticio y facilón, sin pizca de coraje.
Viggo Mortensen borda su rol, desborda humanidad y autenticidad, alterna rudeza con sensibilidad (como cuando tras sacar a Don de un apuro con la poli dice que entiende lo sucedido, "He estado trabajando en clubes nocturnos en la ciudad de Nueva York toda mi vida. Sé que es un... mundo complicado", sin juicios personales, eleva al personaje), maneja su orondo físico (ganó 14 kg para el papel) de modo excelente, con enorme expresividad en su rostro, con acento creíble, con sonrisa contagiosa (de ahí lo del apodo de Lip, labio en inglés), con modo tan verité de comer compulsivo, mostrando fluida evolución personal. Aunque me resulta chirriante que lo vemos tirar dos vasos de agua a la basura por haberlos tocado dos fontaneros negros, pero luego acepta un trabajo para un negro, como si se supone tan racista no alabaría tanto la cultura negra como sus cantantes, para hacer de su asistente, no viendo entonces atisbo de racismo, esa escena me es incongruente con el personaje y cruje con lo que vemos después. El verdadero Tony Lip tuvo papeles en las películas y series de mafiosos ítalo-americanos como Goodfellas y The Sopranos; Masherhala Ali resulta brillante en su snob encarnación de este músico solitario, elegante, sofisticado, de labia sibarita, alejado del costumbrismo de los afroamericanos de una expresividad sutil,… (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
... siempre mesurado, derrocha dignidad hasta en las peores situaciones, es vejado una y otra vez y su faz lo encara con nobleza, pero dejando entrever grietas de dolor y rabia latente silenciosa, sabiendo ofrecer notas de humor caustico, tipo al que se le atisbo un gran mundo interior, ello proyectado de modo notable en esas imágenes de él solo sentado junto a una botella de Cutty Shark mientras mira el mundo a su alrededor, sabemos secretos le bullen por dentro; Entre los dos hay una tremenda química.
La cinta se riega con algunos momentos de humor desequilibrado, aunque en sus buenos momentos resulta estimulante, como cuando Tony habla de su apellido y su complicada pronunciación, que es manejado en running gag cuando lo presentan en un sarao; O cuando Don hace de Cyrano soplando a Tony lo que debe escribir a su esposa Dolores, encadenado esto a cuando vemos a Dolores leer las misivas con sus hermanas y cuñados delante; O cuando Tony ve que en un teatro han puesto un piano asqueroso para que toque Don, la discusión que tiene con el operario, termina en una inteligente elipsis con el piano Steanway en primer plano; O cuando vemos a Tony en plan Carpanta, primero en una competición de Hot Dogs, o como constantemente está comiendo en el auto, o el zenit tumbado en su habitación de motel, en gayumbos y camiseta de tirantes, con su panza prominente sobresaliendo, coge una pizza y la dobla para comerla en modo bocadillo; o cuando hablan de lo que es un “cuentero”, teniendo su conexión con algo que sucede al final; Esto muy similar al tramo de la gema que Tony recoge de una gasolinera, con ese toque final que aporta Don que provoca una sonrisa agradable; Me falla en el humor caricatura que alienta los tópicos, me refiero a lo que se refiere al pollo frito, hastiante como presiona a Don para que coma alitas y pechugas KFC; o cuando alimenta hasta dar dentera el guiñol de lo que debe ser un “buen negro”, o sea, que le guste lo que le gusta a los “negros”, y entonces Tony se arroja sobre sí y le dice a Don que es más negro que él; Tampoco me resulta inteligente el humor que se quiere sacar de ridiculizar a la policía sureña racista, comedia de trazo grueso.
Me es estridente y metido con calzador se nos muestre en una escena que Shirley es gay, pero de esto no se habla en todo el resto del metraje, corriendo un tupido velo, como si pudiera molestar en este ambiente políticamente correcto; Tampoco me resulta que en ningún momento se lleve al límite los choques racistas, ellos tratados (como ya he mencionado) de modo aséptico, sin ganas de rasgar. Y es que tampoco hay un por parte de ninguno de los dos una valentía que les haga vencer batalla alguna del racismo, más bien son cuasi-observadores inanes de lo que sucede alrededor, no voluntad de cambiar algo, solo de exponer, y esto queda muy trillado; Como también me queda errático el modo de tratar el tema de que Don toca en un trío con dos músicos blancos, pero estos son una nebulosa en la película, con el juego que podrían haber dado, pero son un ente cuasi-invisible.
Puesta en escena sin estridencias sabe mostrar el ambiente de la América del interior, gracias al diseño de producción de Tim Galvin (“El mayordomo”), paseándonos mayormente por Louisiana y también en NYC; esto filtrado por la buena fotografía de Sean Porter (“Kumiko”), otorgando en su pastelosa patinado un aire nostálgico al metraje; La música son temas en su enormidad compuestos por el propio Don Shirley (1927-2013), aunque es tocada por Kris Browers, hace de doble de manos de Ali, aunque también se puede escuchar durante una charla entre los protagonistas el maravilloso y evocador “Arabesque No.1 and No.2” de Jean Claude Debussy.
En conjunto me queda una cinta estimable de ver, aunque cayendo en muchos lugares comunes del subgénero, y donde lo imprevisible brilla por su ausencia. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2019/01/green-book.html
La cinta se riega con algunos momentos de humor desequilibrado, aunque en sus buenos momentos resulta estimulante, como cuando Tony habla de su apellido y su complicada pronunciación, que es manejado en running gag cuando lo presentan en un sarao; O cuando Don hace de Cyrano soplando a Tony lo que debe escribir a su esposa Dolores, encadenado esto a cuando vemos a Dolores leer las misivas con sus hermanas y cuñados delante; O cuando Tony ve que en un teatro han puesto un piano asqueroso para que toque Don, la discusión que tiene con el operario, termina en una inteligente elipsis con el piano Steanway en primer plano; O cuando vemos a Tony en plan Carpanta, primero en una competición de Hot Dogs, o como constantemente está comiendo en el auto, o el zenit tumbado en su habitación de motel, en gayumbos y camiseta de tirantes, con su panza prominente sobresaliendo, coge una pizza y la dobla para comerla en modo bocadillo; o cuando hablan de lo que es un “cuentero”, teniendo su conexión con algo que sucede al final; Esto muy similar al tramo de la gema que Tony recoge de una gasolinera, con ese toque final que aporta Don que provoca una sonrisa agradable; Me falla en el humor caricatura que alienta los tópicos, me refiero a lo que se refiere al pollo frito, hastiante como presiona a Don para que coma alitas y pechugas KFC; o cuando alimenta hasta dar dentera el guiñol de lo que debe ser un “buen negro”, o sea, que le guste lo que le gusta a los “negros”, y entonces Tony se arroja sobre sí y le dice a Don que es más negro que él; Tampoco me resulta inteligente el humor que se quiere sacar de ridiculizar a la policía sureña racista, comedia de trazo grueso.
Me es estridente y metido con calzador se nos muestre en una escena que Shirley es gay, pero de esto no se habla en todo el resto del metraje, corriendo un tupido velo, como si pudiera molestar en este ambiente políticamente correcto; Tampoco me resulta que en ningún momento se lleve al límite los choques racistas, ellos tratados (como ya he mencionado) de modo aséptico, sin ganas de rasgar. Y es que tampoco hay un por parte de ninguno de los dos una valentía que les haga vencer batalla alguna del racismo, más bien son cuasi-observadores inanes de lo que sucede alrededor, no voluntad de cambiar algo, solo de exponer, y esto queda muy trillado; Como también me queda errático el modo de tratar el tema de que Don toca en un trío con dos músicos blancos, pero estos son una nebulosa en la película, con el juego que podrían haber dado, pero son un ente cuasi-invisible.
Puesta en escena sin estridencias sabe mostrar el ambiente de la América del interior, gracias al diseño de producción de Tim Galvin (“El mayordomo”), paseándonos mayormente por Louisiana y también en NYC; esto filtrado por la buena fotografía de Sean Porter (“Kumiko”), otorgando en su pastelosa patinado un aire nostálgico al metraje; La música son temas en su enormidad compuestos por el propio Don Shirley (1927-2013), aunque es tocada por Kris Browers, hace de doble de manos de Ali, aunque también se puede escuchar durante una charla entre los protagonistas el maravilloso y evocador “Arabesque No.1 and No.2” de Jean Claude Debussy.
En conjunto me queda una cinta estimable de ver, aunque cayendo en muchos lugares comunes del subgénero, y donde lo imprevisible brilla por su ausencia. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2019/01/green-book.html