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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
4
Thriller. Drama Narra la historia de Tim Ballard, un ex agente de Seguridad Nacional de Estados Unidos que dejó su trabajo para dedicar su vida (sumergiéndose en el submundo del tráfico sexual de menores a lo largo de Latinoamérica), a intentar salvar las vidas de cientos de niños. (FILMAFFINITY)
17 de abril de 2024
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
91/10(15/04/24) Decepcionante thriller dirigido y coescrito (junto a Rod Barr) por el mexicano Alejandro Monteverde, protagonizado por Jim Caviezel, Mira Sorvino y Bill Camp. Caviezel interpreta a Tim Ballard, ex agente del gobierno estadounidense que se embarca en misión para rescatar a niños de traficantes sexuales en Colombia. producida por Eduardo Verástegui, quien también desempeña un papel en la película, también en la producción Mel Gibson. La trama se centra en la Operación Ferrocarril Subterráneo de Ballard, organización contra el tráfico sexual. Se basa en la vida de Ballard, aunque varios periodistas de investigación han escrito sobre Ballard y OUR en la vida real, señalando que los eventos de la película se parecen poco a la realidad. Fue un sleepper (éxito inesperado), convirtiéndose en una de las películas independientes de mayor éxito de la historia, recaudando 250 millones de dólares frente a un presupuesto de 14,5 millones de dólares.

Film de esos que las buenas intenciones no pueden opacar su baja calidad, enfocado el argumento a denunciar el tráfico de niños raptados con intenciones pedófilas, pero que su desarrollo resulta muy plano, sin emocionar por la forma abrupta en que te lo quieren dar todo masticado, sin que la puesta en escena rellene carencias. Donde no hay giros, no hay diálogos de calado, no hay personajes con enjundia (solo tiene algo de presencia Bill Camp), no hay actuaciones para marcar, no hay un villano que contrapese a los buenos, no hay historia como para tanto revuelo mediático sobre la supuesta ‘censura’ a la que al parecer se dice ha sido sometido el film. No hay un argumento que nos haga ver el tráfico que denuncia como algo global, no hay mimbres para el arrogante sermón que nos pega Caviezel entre los créditos finales, arrogando a la cinta el poder de ser un espolón contra este tráfico de niños. Al terminar de verla me he sentido presa del ‘Esto era todo?’, para esto tanto revuelo, que si el trumpismo, que si los QAnon, que si film religioso, cuando lo que he visto no pasa de telefilm de antena tres por la tarde un domingo mientras acabo de comer y me tumbo a echar la siesta con ruido de fondo. No hay andamiaje emocional, todo me resulta impostado, sentimentaloide, lacrimógeno. Ejemplo epítome de esto es la interpretación de un Caviezel con solo dos registros, el hierático y el de llantos, dónde parece estar diciendo a cámara ‘enfócame que veras que bien llanteo!’.

Producto tan liso que todo sucede de forma previsible, en medio de situaciones que se resuelven de modo mecánico, sin provocar sensación alguna. Y eso que su comienzo promete, con un primer tramo medio esperanzador, pero esta promesa de algo bueno por venir no se cumple. Vemos a esa vampiresa latina (Yessica Borroto) en Tegucigalpa (Honduras) que irrumpe en un humilde hogar con un padre y sus dos hijitos, embaucando al progenitor con promesas de un futuro mejor con un casting artístico para y terminan secuestrados. Está la presentación del protagonista Ballard, exponiendo su enorme sentido del deber y de la justicia en su labor de rescatar a niños de las garras de depredadores. Pero cuando la historia debe de evolucionar la cosa naufraga, ya con esa forma fría en que la esposa de Ballard (una desaprovechada Mira Sorvino, en el rol de una mujer que se dice fue clave para el objetivo de Ballard, y aquí es poco más que un cameo).

La peli salta a Colombia, con epicentro en Cartagena de Indias, aquí aparece el único actor que despliega algo de alma, un genuino Bill Camp, capaz de insuflar vida a papel cliché de tipo con un pasado del que espera redimirse ayudando a Ballard, pero tampoco es que sea impresionante, solo que en medio de un erial pues destacar. Mencionar que comenta este personaje que (por una epifanía) dedica su dinero a comprar niños para luego liberarlos, esto en realidad perpetua el círculo del negocio, pues fomentas que haya gente dispuesta a pagar por ellos, pues los depredadores creen su labor recompensada para continuarla, esto me es chirriante. Pues el gran mantra del film es “Los niños de Dios no están en venta”, pues al parecer si, pues hay quien los compra. Por cierto, este lema quiere decir que los niños np bautizados si pueden ser secuestrados, comprados y vendidos? Puaj!!!

Aquí hay un par de planes para rescatar ya acabar con malos malísimos, donde Ballard debe encubrirse primero como un hedonista pederasta, y luego como un altruista sanitario los primeros una organización pedófila en una isla, y la segunda con un grupo terrorista (se supone las FARC), con niños esclavos sexuales. Pues ambas sub tramas se exponen de forma sin intensidad dramática, ocurren sin que te impliques, sin generar tensión, sin por supuesto, escenas de acción con alguna potencia.

Llega el final y me deja frío, nada me ha enganchado a esta retahíla de lugares comunes sin pizca de tratamiento original. Todo se circunscribe al drama personal de rescatar a dos hermanitos, con los que nunca hemos conectado, pues la dirección los hace ver como clichés sin fondo (por no hablar del tratamiento al padre, mera figura sin carácter alguno), no hay una cosmovisión de la tragedia, por lo que la intención de que veamos esto como algo a nivel mundial se me hace bola. Y es que, tras asistir a este film, solo esto podría hacer trascenderlo, pero me queda todo esto muy forzado, lo digo por la homilía final, donde si la analizas un poquito, viene a decir que saques tu móvil, escanees el código QR y gastes dinero para los productores, pues nunca te dicen para que otros puede ir la plata de la recaudación, quedándome tramposo su mensaje, cuando en realidad solo quieren llenarse los bolsillos aprovechándose de una lacra.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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