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Voto de TOM REGAN:
8
7,8
15.605
Drama
Invierno de 1943. Durante la ocupación alemana de Francia, en un internado católico para chicos, Julián, un muchacho de trece años, queda impresionado por la personalidad de Bonnet, un nuevo compañero que ingresa en el colegio después de iniciado el curso. (FILMAFFINITY)
30 de abril de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
128/24(19/04/21) Buen drama dirigido y guionizado por el galo Louis Malle que ganó el León de Oro en el Festival de Cine de Venecia de 1987, siendo también nominado a dos Oscar que no ganó (a Mejor Película en Habla No Inglesa y a Mejor Guión Original), la película obtuvo siete Césars, incluido el de mejor película y el de mejor director en 1988. Película en parte autobiográfica, Malle vivió esta historia que ocupó su mente durante mucho tiempo, según sus propias palabras: “Durante mucho tiempo, me negué pura y simplemente a abordarlo, porque este hecho me había traumatizado y tuvo un impacto y enorme influencia en mi vida". El proyecto original se llamó “Ma petite Madeleine” (en referencia a la Madeleine de Proust) antes de titularse “Le nouveau” y finalmente “Goodbye the children”. Sin embargo, el director nunca ha pretendido decir la verdad como un documental, se trata de una ficción compuesta por los recuerdos que tiene de esta historia vivida, a la que añadió elementos y anécdotas recuperados de otros lugares, y elementos puramente ficticios. En general, la profunda amistad entre Julien y Jean es puramente ficticia.
Durante el invierno de 1943-1944, en la Francia ocupada, Julien Quentin (notable Gaspard Manesse), que tenía 12 años de edad, hijo de una familia burguesa, era un interno en el colegio Saint Jean de la Croix, a cargo de los Padres Carmelitas. Regresa a la escuela tras la Navidad, y el Padre Jean (buen Philippe Morier-Genoud) presentar a tres nuevos estudiantes. Uno de ellos, el joven Jean Bonnet (notable Raphael Fejtö), vecino en el dormitorio de Julien, este es un niño orgulloso, silencioso y misterioso durante un tiempo rechazado por toda la clase. Después de observarse, se familiarizan día a día y se crea un vínculo de amistad entre ellos. Julien acaba comprendiendo el secreto de su amigo, su nombre no es Bonnet sino Kippelstein, es judío.
El joven Malle no desarrolló realmente una amistad con el Bonnet real (declaró en varias entrevistas que este arrepentimiento motivó la película). El personaje de Julien corrige lo que Louis Malle no tuvo tiempo, oportunidad o presencia de ánimo para hacer en ese momento. Su forma de buscar pistas sobre la identidad de Jean (como un Sherlock Holmes, citado en la película) puede verse como la investigación del director de su pasado después del hecho. Cuando Louis Malle tenía solo 11 años, fue testigo de una redada de la Gestapo en su escuela católica romana, los nazis se llevaron a tres niños judíos y, más tarde, los matones regresaron por su heroico director Jean. Más de 40 años después del evento, Malle, finalmente se puso a abordar el material. Siendo un homenaje a las personas que ayudaron altruistamente a los judíos durante el nazismo, siendo un ataque incisivo al antisemitismo y a los colaboracionistas. También se convierte en un retrato del despertar de la inocencia. Ello en un contexto ingenioso donde los horrores de la ocupación nazi y sus colaboradores franceses son vistos durante la mayor parte del metraje como algo tangencial, para explotar de modo desgarrador en el tramo final, donde los hechos te conmueven por su crudeza, y además explorando los sentimientos de culpa por los errores del pasado.
Es un film marcado por un grácil naturalismo en la convivencia en el colegio, trasladándonos con realismo las interrelaciones entre alumnos y profesores, las travesuras y trapicheos (Julien tiene una especie de mercado negro con un piche de cocina), un reflejo del día a día, de las convivencias entre chicos, sus alegrías, peleas, celos, disputas, y sobre todo amistades, esas que nunca más volveremos a sentir en la edad adulta. Esto entrelazado sutilmente a pequeños elementos que nos dan el contexto de estar en medio de una Guerra Mundial (ejemplo los simulacros de bombardeo; cuando los dos amigos son ‘rescatados’ del bosque por unos soldados nazis; la comida con la madre al lado de unos militares nazis, y llegando al local unos agentes franceses colaboracionistas buscando judíos; o las burlas a los judíos, sin saber bien porque). Esto también entrelazado a como estos niños despiertan su sexualidad, ello ingeniosamente mediante la lectura (Las mil y una noches) como elemento generador de la imaginación, también surge ese primer amor (platónico), en este caso por la bella profesora de piano Señorita Davenne (Irène Jacob).
Malle hace un retrato valiente de la sociedad francesa del momento, donde convivían colaboracionista franceses (ejemplo los que intentan echar del restaurante al anciano judío; o la monja antisemita), soldados nazis católicos sin aparente maldad (joven soldado alemán que pide a uno de los sacerdotes que escuche su confesión), franceses que se resistían a la sinrazón (el Padre Jean; o incluso el camarero que se opone a que echen al cliente judío), los alemanes que intentan ser amables a ojos franceses (los nazis en el restaurante echando a los colaboracionistas), los franceses que conviven sin problema con la ocupación nazi (Un joven, al ver a un hombre con una estrella amarilla cosida en su abrigo salir del baño público, comenta: "Tiene valor". Se oye a otro niño con respecto a la Ocupación: "Mejor los Krauts que los judíos o los comunistas"; o el antisemitismo de la monja). Muestra en una gran escena el sinsentido de la intolerancia al diferente, cuando Julien pregunta a su hermano mayor, "Qué es un judío?", este le responde, "Alguien que no come cerdo", también le cuestiona sobre el odio al judío, su hermano responde, "Son más inteligentes que nosotros, y mataron a Jesús”, pero Julien le responde, “Pero fueron los romanos quienes mataron a Jesús”.
Durante el invierno de 1943-1944, en la Francia ocupada, Julien Quentin (notable Gaspard Manesse), que tenía 12 años de edad, hijo de una familia burguesa, era un interno en el colegio Saint Jean de la Croix, a cargo de los Padres Carmelitas. Regresa a la escuela tras la Navidad, y el Padre Jean (buen Philippe Morier-Genoud) presentar a tres nuevos estudiantes. Uno de ellos, el joven Jean Bonnet (notable Raphael Fejtö), vecino en el dormitorio de Julien, este es un niño orgulloso, silencioso y misterioso durante un tiempo rechazado por toda la clase. Después de observarse, se familiarizan día a día y se crea un vínculo de amistad entre ellos. Julien acaba comprendiendo el secreto de su amigo, su nombre no es Bonnet sino Kippelstein, es judío.
El joven Malle no desarrolló realmente una amistad con el Bonnet real (declaró en varias entrevistas que este arrepentimiento motivó la película). El personaje de Julien corrige lo que Louis Malle no tuvo tiempo, oportunidad o presencia de ánimo para hacer en ese momento. Su forma de buscar pistas sobre la identidad de Jean (como un Sherlock Holmes, citado en la película) puede verse como la investigación del director de su pasado después del hecho. Cuando Louis Malle tenía solo 11 años, fue testigo de una redada de la Gestapo en su escuela católica romana, los nazis se llevaron a tres niños judíos y, más tarde, los matones regresaron por su heroico director Jean. Más de 40 años después del evento, Malle, finalmente se puso a abordar el material. Siendo un homenaje a las personas que ayudaron altruistamente a los judíos durante el nazismo, siendo un ataque incisivo al antisemitismo y a los colaboracionistas. También se convierte en un retrato del despertar de la inocencia. Ello en un contexto ingenioso donde los horrores de la ocupación nazi y sus colaboradores franceses son vistos durante la mayor parte del metraje como algo tangencial, para explotar de modo desgarrador en el tramo final, donde los hechos te conmueven por su crudeza, y además explorando los sentimientos de culpa por los errores del pasado.
Es un film marcado por un grácil naturalismo en la convivencia en el colegio, trasladándonos con realismo las interrelaciones entre alumnos y profesores, las travesuras y trapicheos (Julien tiene una especie de mercado negro con un piche de cocina), un reflejo del día a día, de las convivencias entre chicos, sus alegrías, peleas, celos, disputas, y sobre todo amistades, esas que nunca más volveremos a sentir en la edad adulta. Esto entrelazado sutilmente a pequeños elementos que nos dan el contexto de estar en medio de una Guerra Mundial (ejemplo los simulacros de bombardeo; cuando los dos amigos son ‘rescatados’ del bosque por unos soldados nazis; la comida con la madre al lado de unos militares nazis, y llegando al local unos agentes franceses colaboracionistas buscando judíos; o las burlas a los judíos, sin saber bien porque). Esto también entrelazado a como estos niños despiertan su sexualidad, ello ingeniosamente mediante la lectura (Las mil y una noches) como elemento generador de la imaginación, también surge ese primer amor (platónico), en este caso por la bella profesora de piano Señorita Davenne (Irène Jacob).
Malle hace un retrato valiente de la sociedad francesa del momento, donde convivían colaboracionista franceses (ejemplo los que intentan echar del restaurante al anciano judío; o la monja antisemita), soldados nazis católicos sin aparente maldad (joven soldado alemán que pide a uno de los sacerdotes que escuche su confesión), franceses que se resistían a la sinrazón (el Padre Jean; o incluso el camarero que se opone a que echen al cliente judío), los alemanes que intentan ser amables a ojos franceses (los nazis en el restaurante echando a los colaboracionistas), los franceses que conviven sin problema con la ocupación nazi (Un joven, al ver a un hombre con una estrella amarilla cosida en su abrigo salir del baño público, comenta: "Tiene valor". Se oye a otro niño con respecto a la Ocupación: "Mejor los Krauts que los judíos o los comunistas"; o el antisemitismo de la monja). Muestra en una gran escena el sinsentido de la intolerancia al diferente, cuando Julien pregunta a su hermano mayor, "Qué es un judío?", este le responde, "Alguien que no come cerdo", también le cuestiona sobre el odio al judío, su hermano responde, "Son más inteligentes que nosotros, y mataron a Jesús”, pero Julien le responde, “Pero fueron los romanos quienes mataron a Jesús”.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Amistad loada por la que tienen Julien y Bonnet, iniciándose la relación con los celos por la inteligencia del primero al segundo, gradualmente torna, a medida junta piezas se da cuenta en realidad es un judío (el libro que le encuentra en la taquilla; cuando va a tomar la ostia y el cura lo salta sutilmente; o cuando lo descubre por la noche rezando frente a dos velas). Todo esto desarrollado sin manierismos sentimentaloides almibarados, transmitiendo realismo, azuzado por su adusto rush final.
De la puesta en escena destaca la estupenda cinematografía de Renato Berta creando un clima opresivo que se va cerrando paulatinamente entre las paredes del colegio, siendo formidable en el bucólico tramo de ‘cuento de hadas’ donde los amigos se pierden en medio de una ventisca.
Spoiler:
Momentos recordables (aparte de los mencionados): El hermoso guiño al cine como elemento liberador y de regocijo, cuando en el colegio ponen el cortometraje de Chaplin “El emigrante”. Precisamente el cineasta que hizo la sátira contra ese militar que le copió el bigotito; Cuando Julien lee la carta de la madre de Jean que escondía entre sus libros.
‘El último acto de la película, tan desgarrador que es difícil pensar en él sin emocionarse. Joseph (Francois Negret), joven trabajador recientemente despedido, alivia su rencor al delatar la existencia de judíos en la escuela a los oficiales alemanes. Como resultado, la escuela se cierra, y los soldados se abren paso entre los estudiantes y el profesorado, deteniendo a todos los responsables. Algunos intentan esconderse, pero son atrapados; otros intentan huir y sus destinos no están claros. Para Jean, los alemanes se lo llevan, pero no antes de que suceda lo más peculiar. Los soldados entran a su salón de clases y les exigen que señalen al estudiante llamado Jean Kippelstein. Primero, todo el mundo está completamente en silencio, tiene miedo de moverse y correr el riesgo de ser capturado. Pero entonces, aparentemente de la nada, Julien vuelve la cabeza y mira directamente a Jean, exponiéndolo a los nazis. Por qué Julien hizo esto, sabiendo lo que pasaría y lo que significaría para su amigo? Malle hizo exactamente lo mismo cuando ocurrió el momento real? Malle de alguna manera se siente responsable de que se lleven a esas personas? Es la última escena, en los momentos finales, donde reside el verdadero poder de la película. Los estudiantes, alineados en el patio, presencian cómo el sacerdote director (Philippe Morier-Genoud), junto con Jean y otros dos niños judíos, son escoltados fuera de las instalaciones. Antes de irse, el sacerdote se vuelve hacia ellos y les dice "Au revoir les enfants", línea tan poderosa, proveniente de un hombre que solo quería hacer lo que sentía que era correcto y para el mejoramiento de la humanidad. Luego, antes de que lo saquen, Jean se vuelve una última vez hacia Julien, quien le saluda con la mano sabiendo que este será el último recuerdo que tendrá de su amigo. El plano final del rostro de Julien, conteniendo las lágrimas, está acompañado por una voz en off de nada menos que el propio Malle describiendo cómo Jean y los otros dos niños morirían en Auschwitz y el sacerdote en Mauthausen. Esta narración puede verse ya no como parte de la película en sí, sino como el director tratando de liberar todo lo que ha tenido en sí mismo desde ese día de invierno de 1944. Podemos sentir la angustia en su voz, el dolor de los amigos que se van su lado para siempre.’
El diseñador de producción Willy Holt, nacido en 1921, ganó un César en 1988 por los decorados de esta película, con un discurso que ha quedado memorable en la historia del cine. Willy Holt, resistente, fue deportado en un convoy en febrero de 1944, el mismo convoy en el que los 3 héroes de la película son deportados a Auschwitz.
Muy bonito film, de los que te deja pensando y tocado un tiempo. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2021/04/adios-muchachos.html
De la puesta en escena destaca la estupenda cinematografía de Renato Berta creando un clima opresivo que se va cerrando paulatinamente entre las paredes del colegio, siendo formidable en el bucólico tramo de ‘cuento de hadas’ donde los amigos se pierden en medio de una ventisca.
Spoiler:
Momentos recordables (aparte de los mencionados): El hermoso guiño al cine como elemento liberador y de regocijo, cuando en el colegio ponen el cortometraje de Chaplin “El emigrante”. Precisamente el cineasta que hizo la sátira contra ese militar que le copió el bigotito; Cuando Julien lee la carta de la madre de Jean que escondía entre sus libros.
‘El último acto de la película, tan desgarrador que es difícil pensar en él sin emocionarse. Joseph (Francois Negret), joven trabajador recientemente despedido, alivia su rencor al delatar la existencia de judíos en la escuela a los oficiales alemanes. Como resultado, la escuela se cierra, y los soldados se abren paso entre los estudiantes y el profesorado, deteniendo a todos los responsables. Algunos intentan esconderse, pero son atrapados; otros intentan huir y sus destinos no están claros. Para Jean, los alemanes se lo llevan, pero no antes de que suceda lo más peculiar. Los soldados entran a su salón de clases y les exigen que señalen al estudiante llamado Jean Kippelstein. Primero, todo el mundo está completamente en silencio, tiene miedo de moverse y correr el riesgo de ser capturado. Pero entonces, aparentemente de la nada, Julien vuelve la cabeza y mira directamente a Jean, exponiéndolo a los nazis. Por qué Julien hizo esto, sabiendo lo que pasaría y lo que significaría para su amigo? Malle hizo exactamente lo mismo cuando ocurrió el momento real? Malle de alguna manera se siente responsable de que se lleven a esas personas? Es la última escena, en los momentos finales, donde reside el verdadero poder de la película. Los estudiantes, alineados en el patio, presencian cómo el sacerdote director (Philippe Morier-Genoud), junto con Jean y otros dos niños judíos, son escoltados fuera de las instalaciones. Antes de irse, el sacerdote se vuelve hacia ellos y les dice "Au revoir les enfants", línea tan poderosa, proveniente de un hombre que solo quería hacer lo que sentía que era correcto y para el mejoramiento de la humanidad. Luego, antes de que lo saquen, Jean se vuelve una última vez hacia Julien, quien le saluda con la mano sabiendo que este será el último recuerdo que tendrá de su amigo. El plano final del rostro de Julien, conteniendo las lágrimas, está acompañado por una voz en off de nada menos que el propio Malle describiendo cómo Jean y los otros dos niños morirían en Auschwitz y el sacerdote en Mauthausen. Esta narración puede verse ya no como parte de la película en sí, sino como el director tratando de liberar todo lo que ha tenido en sí mismo desde ese día de invierno de 1944. Podemos sentir la angustia en su voz, el dolor de los amigos que se van su lado para siempre.’
El diseñador de producción Willy Holt, nacido en 1921, ganó un César en 1988 por los decorados de esta película, con un discurso que ha quedado memorable en la historia del cine. Willy Holt, resistente, fue deportado en un convoy en febrero de 1944, el mismo convoy en el que los 3 héroes de la película son deportados a Auschwitz.
Muy bonito film, de los que te deja pensando y tocado un tiempo. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2021/04/adios-muchachos.html