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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Comedia Película compuesta por tres historias independientes presentadas por Tyrone Power y con Irlanda como telón de fondo. En la primera, basada en un relato de Frank O'Connor titulado "The Majesty of the Law", se aborda el tema del orgullo y las viejas costumbres: un campesino prefiere ir a la cárcel antes que pagar una multa por haber dado una paliza a un vendedor de whisky de mala calidad. En la segunda, adaptación de la obra teatral de ... [+]
7 de agosto de 2017
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
159/24(26/07/17) Soplo de aire fresco esta notable cinta a reivindicar de la espléndida filmografía del maestro John Ford, una de sus obras más personales y donde se nota más su mano, considerada obra menor por su carácter de tríptico compuesto por tres cortometrajes, con único nexo de estar rodados en Irlanda, rezumando una alegría y vitalidad fulgurantes. Film irlandés en b/n de 80 minutos, filmada en su totalidad con actores reclutados principalmente del Abbey Theatre dublinés. Ford hizo la que iba a ser su última película irlandesa completa, historias se alimentarían de la rica de la ficción irlandesa del primer cuarto del siglo pasado. Ford trabajó gratis, cinta de bajo presupuesto, sin actores conocidos (excepto el maestro de ceremonias, Tyrone Power, también rehusó salario), costó 256.000 $, y fue un fracaso taquillero, recaudando menos de 100.000 $. Ni siquiera los irlandeses estimaron: Prohibido en Irlanda del Norte por su carácter revolucionario contra los ingleses, e incluso por los de la República de Irlanda, por recurrir a parodiar estereotipos del país, como por poner a irlandeses (en el último bloque) parte del régimen represivo inglés. Ford realiza sentido fresco de la Irlanda él tenía idealizada en su mente de descendiente de la Verde Erín, algo parecido a lo que ya hizo en la majestuosa “El Hombre Tranquilo”, lienzo rebosante de nostalgia y melancolía, nos embarca en tres relatos diferentes, pero todos juntos dan semblanza bucólica de la tierra de los padres de John Ford (provenían de Galway), de sus gentes, sus códigos éticos, sus raíces, su costumbrismo, su peculiar modus vivendi, sus paisajes, sus ambientes, desbordando la pantalla con personajes con radiante encanto, y carisma, hermosa elegía sobre Irlanda, bañándonos con tres temas centrales en sus respectivos cortos, el Honor, el saber saborear los placeres de la Vida sin prisa, y el Patriotismo. El libreto es obra del guionista de cámara de Ford, Frank S. Nugent (escribió 11 guiones para él, entre ellos “El Hombre Tranquilo” o “Centauros del desierto”), adaptando tres relatos irlandeses, el de Frank O'Connor "The Majesty of the Law", de Michael J. McHugh "A Minute's Wait", y el de Lady Augusta Gregory "The Rising of the Moon" (da título al film).

Tres episodios que derrochan cariño a Irlanda, retratan con ternura entrañable a sus gentes, su carácter alegre, tradiciones, idiosincrasia, valores vitales, personas que hacen del honor, orgullo, amistad, y patriotismo su identidad, ello aprovechando los escenarios naturales para dotar de vigor compenetrándose con los relatos, desde los bellos paisajes rurales, una bulliciosa estación de tren o una urbe gótica, demostrando su genio para la ambientación climática, creando algunas escenas que son lienzos magníficos. Tríptico en el que subyace mucha melancolía crepuscular sobre los antepasados fordianos, transformando en la pantalla una poesía su ancestral tierra, ello con mucho amor, ironía, dignidad y optimismo, tratando géneros tan distintos como el drama costumbrista, la comedia alocada, y el thriller, y a cada registro le impregna de un estilo visual distinto y a la vez prodigioso. Apoyándose en guiones maravillosamente perfilados, describiendo a personajes con maestría en la economía de tiempo memorable, con galería de actores fenomenales derrochan humanidad en sus imperfecciones, con una naturalidad radiante. Sabiendo moverse

1ª "La Majestad de la Ley": Rezuma un lirismo incisivo desde su bucólico arranque con efluvios claros “EL Hombre Tranquilo”, el delicioso paseo del agente a la casa de su amigo, llegando a esa vivienda con efluvios claros a “Blanca Mañana” del mencionado film protagonizado por John Wayne. Con esa charla amistosa entre los dos tipos que desborda nostalgia por un tiempo ya pasado, por una era moderna del “progreso” que en su afán por hacerlo todo rápido arrasa con las ancestrales tradiciones, las canciones o como en este caso alrededor del poteen (licor que hay que destilar con calma), un relato que inunda la pantalla de integridad, de orgullo, de nobleza, de un sentido de cercanía que nos hace querer ser uno más allí, es la exaltación de un modo de vida que tiende a extinguirse con las nuevas generaciones. Diálogos punzantes, humorísticos, con giros sorpresa, con la irrupción de los amigos, toda una oda las raíces; Cyril Cusack está maravilloso, dotando de comprensión y camaradería a su rol; Noel Purcell como el viejo rebelde está sensacional, no te puedes creer que actúe, sublime su encarnación de la Dignidad; Jack MacGowran en papel de Mickey J., recuerda el que hizo en “The Quiet Man”, muy jocosa su curiosidad.
Escena: Una torre en ruinas monumento nacional eclipsa la humilde casa de Purcell, Mickey J. le dice al inspector "De allí a una pequeña cabaña de paja ...(la casa de O'Flaherty está a la sombra de Latorre)", Cusack responde inmediatamente "Bueno, no es el castillo el que hace al rey".

2ª "Un minuto de espera”: El que desparrama más comedia de los tres, prodigio en tono coral (los intérpretes rayan a altura homérica) de como meter tropecientas historias en tan poco tiempo y tan bien insertadas orgánicamente, con fluidez narrativa arrolladora en su trepidante ritmo, inundando de alegría vital la pantalla. Especie de extensión a veintitrés minutos del comienzo de la ya mencionada “The Quiet Man” (1952) de Ford, cuando Sean Thornton baja del tren y pregunta por el camino a Innisfree. Posee encanto y energía avasalladores, deja el realizador sus marcas de humor genuino en cada fotograma, con personajes marcados en apenas unos esbozos y ya sabemos cómo son, impresionante síntesis, deja crisol del carácter irlandés en poco metraje, su gusto por beber en el bar, tomarse las cosas con calma, no atada a la rigidez de los horarios, acordar matrimonios, cotillas, pendencieros, su religiosidad, el deporte gaélico (en este caso el hurling), su desprecio a las clases altas, la sencillez de sus gentes,... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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