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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Thriller. Drama Francisco Paesa (Eduard Fernández), ex agente secreto del gobierno español, responsable de la operación contra ETA más importante de la historia, se ve envuelto en un caso de extorsión en plena crisis de los GAL y tiene que huir del país. Cuando regresa años después está arruinado. En tales circunstancias, recibe la visita de Luis Roldán (Carlos Santos), ex Director General de la Guardia Civil, y de su mujer Nieves Fernández Puerto ... [+]
17 de marzo de 2017
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
45/05(12/02/17) Esperado última dirección del sevillano Alberto Rodríguez tras su exitosa “La isla Mínima”, pero la frescura motriz de esta se ha quedado en un entretenido sin más este film, que se ve con tanta facilidad como se olvida, paso atrás del realizador, que ha tirado por lo convencional, dejando eso sí algún momento reseñable, pero no me saca de lo ordinario, relato tan lineal como previsible, dos horas con una voz en off desequilibradamente usada, subrayando lo obvio, con personajes de los que sabremos lo mismo al empezar que al acabar, sin saber bien sus motivaciones y comportamientos arbitrarios. El guion del propio director y Rafael Cobos (“La isla Mínima”), basado en el libro periodístico de Manuel Cerdán “Paesa, el espía de las mil caras”, la idea de esta película sobre Paesa pasó por diversos directores antes de llegar a Alberto Rodríguez, que decidió limitar la película a la historia de la huida de Roldán que sirve para retratar a Paesa, en lo que es un retrato de un tiempo de corruptelas, corruptos, y mucha corrupción moral (nada cambia con el paso del tiempo, si acaso los nombres). Paesa y Roldán es el fruto de un tiempo de oportunistas, de trileros, de mentirosos, de conspiradores, la fuga del segundo, director general de la Guardia Civil, Luis Roldán, huyó de España con 1.500 millones de pesetas (unos 9 millones de euros para las nuevas generaciones) y al que Paesa ocultó durante varios meses en París, participando posteriormente en su entrega y detención. Paesa, que se embolsó una fortuna con tal “colaboración” fue capaz de sostener la gran mentira y fingir su propia muerte. A través de diferentes capítulos sobreimpresionados (comienza con “El Algarrobo”, sobrenombre de Roldán) vamos conociendo a diferentes “tahúres” que se movían alrededor del poder para sacar “tajada”, donde el protagonista Paesa era un as manipulando a unos y a otros, y este mosaico de roles son presentados por el cineasta sin pretender hacer juicios de valor, esto inteligentemente se lo deja al espectador.

Aborda la relación entre el que fuera agente secreto español Francisco Paesa (Eduard Fernández) y el exdirector general de la Guardia Civil, Luis Roldán (Carlos Santos). Paesa (Eduard Fernández), responsable de la operación contra ETA más importante de la historia, se ve envuelto en un caso de extorsión en plena crisis de los GAL y tiene huir del país. Cuando regresa, años después, está arruinado. En tales circunstancias, recibe visita de Luis Roldán y su mujer Nieves Fernández (Marta Etura), le ofrecen un millón de dólares si les ayuda a salvar 1.500 millones de pesetas sustraídos. En colaboración con su inseparable amigo Jesús Camoes (José Coronado), el Piloto, Paesa diseña un plan infalible.

La historia (irregularmente) es contada en off por Jesús Camoes (José Coronado) fiel amigo de Paesa, personaje ficticio creado por los guionistas basándose en varias personas cercanas al espía, con lo que vemos es en realidad filtrado por la visión de una persona parcial en los hechos, con lo que a veces podemos sentirnos despistados y manipulados, aunque también es manejada para dar luz a diversos temas complejos, para dar fluidez a todo el farragoso entramado político de la época, aunque no siempre bien logrado.

Una narración ágil gracias a su dinámica edición y asu vigorosa música, que sumada a la susodicha voz en off (Henry Hill y Sam Rothstein) por momentos tiene efluvios las scorsesianas cintas “Goodfellas” y “Casino”. Cinta con bastantes trampas, que se suman a sus lagunas argumentales, a sus vacíos de información, a la confusión a algunos tramos, y es que su complejidad evolutiva no es salvada con éxito, con elipsis temporales desconcertantes. Lo bueno es su elegante creación de atmósfera inquietante cercana, por su falta de acción, por su ritmo sereno, sus muchos intercambios conversacionales, al espíritu literario del especialista en cine de espías, el inglés John Le Carré, esto también sustentado en su modo de filmar alternando con nervio planos largos, planos fijos y cámara en mano vibrante, donde tienen importancia las miradas, el mundo interior nada idealista de los protagonistas, pragmáticos supervivientes. Enmarcando a los personajes en una tela de araña (hecha de mentiras, dudas, timos,...) que se va cerrando y haciendo más pegajosa a medida que avanza. Rodríguez dosifica de modo caustico goteo de humor seco, adusto, ejemplo el running-gag del cuadro que va y viene de Paesa, su Modigliani (flaso), alegoría de la personalidad del anti-héroe del film.

Las taras son bastantes, como el nulo desarrollo de los personajes, a los que no se les da fondo alguno, con lo que derivan en acartonados y encorsetados, con los que empatizar es misión nula, su interrelación es hosca, solo Roldán tienen peso con la que mantiene con su esposa, aunque se nota impostada y poco clara. Nunca sabremos de donde viene Paesa, siempre de gesto estoico, no sabremos su motor de comportamiento, tampoco Roldán es una figura atractiva, presentado de modo tosco, como una caricatura, es difícil (por no decir increíble) que esa personalidad frágil e insegura hubiera sido el director de la guardia civil y azote de ETA. Tampoco crece en su capacidad de síntesis, pues con tanto personaje (mucho prescindible) que entra y sale desvía la atención de lo crucial, con giros enrevesados que despistan y llevan a la confusión y con ella el alejamiento del espectador. A todo esto se añade su falta de emoción, de escenas verdaderas de tensión, su carencia de intensidad, no habiendo escenas reales que recordar, todo tan inane y aséptico, como lineal.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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