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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Drama JR (Harvey Keitel) es un joven italoamericano sin trabajo, a pesar de lo cual está satisfecho de la vida que lleva con sus compañeros en el barrio neoyorquino de la “Pequeña Italia”. Pero, cuando se enamora de una mujer con estudios (Zina Bethune), se verá obligado a replantearse la vida. (FILMAFFINITY)
2 de enero de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
168/07(12/12/18) Primer largometraje del maestro Martin Scorsese (con 25 años), obra dispersa, desequilibrada, pero tiene ya algunas marcas han surtido su cine posterior, que tan buenos momentos nos ha hecho pasar, drama escrito y dirigida por Scorsese, además supone el debut del gran actor Harvey Keitel. Filmada a lo largo de varios años con cámaras de 35 mm y 16 mm, sufriendo muchos cambios, nuevas direcciones y diferentes nombres a lo largo del camino. La película comenzó en 1965 (rodándose fines de semana) como cortometraje estudiantil sobre JR y sus amigos que no hacen nada, llamado “Bring on the Dancing Girls”, en 1967, se agregó trama romántica con Zitha Bethune, para hacer un largometraje, presentada y empalmada junto con la película anterior, el título se cambió a “I Call First”. Esta versión de la película tuvo su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Chicago en noviembre de 1967. Finalmente, en 1968, el distribuidor de explotation Joseph Brenner ofreció comprar la cinta y distribuirla con la condición que se agregue una escena de sexo para dar ángulos de explotación sexual a la película con fines de marketing. Scorsese filmó y editó un montaje en gran parte gratuito de JR que fantaseaba con acostarse con una serie de prostitutas (filmadas en Ámsterdam, Holanda con un Keitel visiblemente más viejo) y la película finalmente se convirtió en “Who's That Knocking at My Door”, después de su canción final, escrita por Claude Johnson y Fred Jones, e interpretada por The Genies. Film concebido por Marty como el comienzo de una trilogía nunca completada sobre su mayoría de edad en Little Italy, cuya tercera entrega, “Season of the Witch”, derivó en “Malas calles” (1973), seis años después. Scorsese ha dicho el corto vanguardista “Scorpio Rising” (1963) de Kenneth Anger le dio la luz verde tácita para atacar sus propias cajas de LP, se inspiró en mezclar diferentes estilos musicales y escenas cotidianas de la calle (algunas violentas) se había absorbido solo mirando y escuchando por su ventana en el viejo vecindario.

Es una cinta donde Scorsese parece una esponja absorbiendo diferentes estilos e influencias estilísticas y narrativas, desde el Elia Kazan de “La ley del silencio” (la escena entre “The girl” y JR en la azotea de un edificio rodeados de palomas recuerda indefectiblemente a esta película), al Cassavetes de “Shadows”, o al Fellini de “Los inútiles”, pero sobre todo se nota muy embebido (por ese montaje singular y sincopado en que mezcla canciones en transiciones evocadoras) de la nouvelle vague francesa (de realizadores como Truffaut, Godard o Rivette), reflejando un estado de ánimo disoluto, especie de evocación idealizada de un tramo convulso de una vida. Aunque el tema central que subyace es muy de Scorsese, el del sentimiento de culpa católica, los complejos sexuales inherentes a la rigidez y asunción de unos dogmas enraizadamente machistas pueden socavar la mejor de nuestras ilusiones y esperanzas. También está la marcada cinefilia del realizador neoyorkino homenajeando al western de Ford (“Centauros del desierto”) y Hawks (“Río Rojo”), está su gusto por el retrato del barrio neoyorkino de Little Italy, la dureza de sus hombres, donde la violencia está siempre latente, la presencia etérea del catolicismo rancio (esa imagen inicial en casa del protagonista con la madre encarnada por Catherine Scorsese, madre real de Martin, con una cocina presidida por una estatua de la Virgen), una labor de cámara vibrante.

JR (Harvey Keitel) es un joven católico italiano-estadounidense en las calles de la ciudad de Nueva York, en paro y holgazaneando con su pandilla de Little Italy, Joey (Lennard Kuras) y Sally Gaga (Micheal Scala), regentan un bar, el "8th Ward Pleasure Club", de acceso restringido para sus juergas y trapicheos nocturnos. Un día conoce a una chica local de espíritu libre (Zina Bethune) en el ferry de Staten Island. Él piensa que ella es virgen.

Los vaivenes y tiempo en que se empezó con respecto a cuándo se acabó se nota en un relato disipado al que le cuesta centrarse, trabajo hecho a retazos, cuasi-experimental, con clara vocación amateur, demasiado carácter set-pieces, con muchos valles, pero con picos apreciables, y que son del gusto de todo cinéfilo con carácter antropológico y nostálgico, al ver por ejemplo a estos amigotes golfos (en medio de peleas, de encuentros sexuales comunales, en bares, borracheras,…)especie de antecedente de los De Niro, Pesci & Liotta de “Goodfellas”, o en los sentimientos de macho Alpha con marca de culpa por culpa de los códigos morales autoimpuestos (represiones y frustraciones sexuales) del protagonista JR se puede atisbar el Jake LaMotta de “Ranging Bull” o el Newland Archer de “La edad de la inocencia”, o en la cinefilia sé que ha goteado mucha de la filmografía del mítico director: la cinta se inicia como una radiografía de una juventud desorientada, sin referentes morales, quizás por el telón de fondo que se vivía entonces con la Guerra del Vietnam, donde reina la violencia y el darwinismo social, donde solo parece mandar el hedonismo de disfrutar del día. Hasta que JR conoce a una joven rubia, ello escenificado en una charla en que Scorsese vuelca su gusto cinematográfico en el western (“Centauros del desierto” o “El hombre que mató a Liberty Valance”), esto da pie a posteriormente a una cita en el cine para ver “Rio Bravo”, que le sirve a JR para disertar sobre su (cerril) visión del papel de la mujer, a propósito de cómo ve el personaje de Angie Dickinson en la mencionada película, como una fresca “tirada” (broads en inglés), y a él le gustan las “vírgenes”.

Harvey Keitel da muestras en su debut cinematográfico de su carisma y electricidad expresiva, muestra dualidad emocional gamberra con sus amigotes, tierno y cariñoso con Bethune, sabiendo sacar su vena demagógica sobre sus prejuicios morales con rabia y a la vez mucha autenticidad en su machismo;... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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