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Voto de TOM REGAN:
9
8,1
17.464
Drama. Bélico
Segunda Guerra Mundial. Estando Roma ocupada por los nazis, la temible Gestapo trata de arrestar al ingeniero Manfredi (Marcello Pagliero), un comunista que es el líder del Comité Nacional de Liberación. Pero en la redada Manfredi consigue escapar y pide ayuda a Francesco, un camarada tipógrafo que en unos días se casará con su novia Pina (Anna Magnani), una viuda con un niño. Además el cura de la parroquia, Don Pietro (Aldo Fabrizi), ... [+]
6 de julio de 2016
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
111/12(21/06/16) Film icónico del séptimo arte, con esta mítica obra el cineasta romano creó un nuevo subgénero, lo que el crítico Umberto Barbaro acuñó “Neorrealismo italiano”, que tanta influencia ha tenido en décadas posteriores, no solo en el país transalpino, si no en todo el mundo, para Rossellinil, el neorrealismo más que una posición estética, era una actitud ética, la necesidad de explicar con sinceridad y objetividad el sufrimiento del mundo, su realismo se apoya en la neutralidad del relato, no hay juicios morales de condena, no suscita odio, ni compasión y sí lástima por los torturadores, sin sentimentalismos maniqueos, la reducción del dolor humano a niveles soportables para el espectador. Asimismo este movimiento cinematográfico anhelaba mostrar con crudeza y asentimentalismos las duras condiciones sociales en la post-guerra, potenciando en su feísmo ambiental el realismo y la autenticidad, con muchos exteriores mugrientos, con sentimientos desgarradores, ello maximizado por la utilización de actores no profesionales, y mucha improvisación que dotaba de frescura al metraje, siendo además grandes exponentes de esta corriente Vittorio De Sica con “Ladrón de bicicletas de1948 ,y Luchino Visconti con “La tierra tiembla” de 1947. Para Rossellini además esta fue la primera entrega de su “trilogía de la guerra”, le seguirían “Camarada” (1946) y “Alemania, año cero” (1948). Guión escrito durante los meses de ocupación alemana de Roma, por el propio director junto a Sergio Amidei (“Stromboli”) y Federico Fellini, ambos también realizadores de segunda unidad del film, desarrollan un argumento original de Sergio Amidei y Alberto Consiglio, inspirado libre en hechos y personajes reales. Los escenarios del film son los reales en que tuvo lugar resistencia y lucha. Un film intenso y emocionante que crea un ambiente opresivo, donde reina la pobreza, el hambre, la tiranía, las torturas, las vejaciones, y la muerte, en lo que es una loa a las personas anónimas que con su lucha y determinación combatieron al nazismo. Gana la Palma de Oro en Cannes (1946), siendo nominado el guión (original) al Oscar. Roma, tras ser declarada ciudad abierta y desmilitarizada, fue ocupada por fuerzas ejército nazi, permaneció sometida 9 meses, hasta su liberación.
La cinta se erige en un canto a la gente común, a su valor y capacidad de unión frente a las injusticias, a su integridad ante las peores circunstancias, a su solidaridad, a su oposición al avasallamiento, a su sacrificio por causas justas, a la búsqueda de la libertad, un brillante tributo a los héroes anónimos, a la esperanza en la rebelde Condición Humana, arremete contra los fascismos, contra el racismo, contra la deslealtad, contra la traición, contra el despotismo, contra la tortura, contra la drogadicción. Alaba la capacidad de entendimiento entre los que piensan diferentes, en este caso entre comunistas y católicos, representado esto en Pina, notoria creyente y en Francis, comunista acérrimo, ello por el bien de un bien común (algo que en la post-guerra italiana no sucedió, con guerras intestinas), . Esto el realizador lo hace radiografiando a personas que transpiran humanidad, veracidad, con aristas, con matices, con grietas, grises, complejos, un collage de situaciones equilibradas que se mezclan de modo fluido para hacernos tocar la fibra sensible, esto sin sensiblerías baratas, sin regodearse en escenas dramáticas, muestra las motivaciones de los personajes de modo entendible en su ambiguo mundo interior, con diálogos que transpiran autenticidad, componiendo secuencias que permanecerán indelebles en la retina del espectador, con un increscendo dramático sofocante.
Nos expone Rossellini como la sociedad romana se rebeló en todas sus capas, los hombres valientes en acciones de sabotaje, los más pasivos con un una imprenta como arma de propaganda antinazi, las mujeres con su resistencia, la Iglesia con un sacerdote dispuesto a hacer lo correcto aunque en ello le vaya la vida, incluso los niños son parte de esta imparable maquinaria, todos ellos forman parte de esta cadena imparable hacia la meta de la Libertad. Frente a esto el nazismo, reflejado en el mayor Bergmann, sibilino, desconfiado, sutil, amanerado, artero, torturador, no dudará en hacer todo lo necesario y más para exterminar a la resistencia, ello con la ayuda de una espía lesbiana, que utilizara el sexo e incluso las drogas como recurso para sus aviesos fines, el enfrentamiento clásico entre l bien y el mal, pero mostrado como nunca hasta entonces, con tridimensionalidad, donde no predominan el blanco y negro, son los grises los que mandan.
Film avanzado para su tiempo, valiente en lo políticamente incorrecto por mostrar imágenes y temas “tabú” hasta entonces en el cine, como la descarnada secuencia de tortura con un soplete en el cuerpo de un preso; como la prostitución utilizada por nazis como degradación; como las nada disimuladas muestras de lesbianismo como método de “seducir” a confidentes; la utilización de drogas como visión de la bajeza humana; La estremecedora muerte por ametrallamiento de una mujer embarazada; Vemos a niños metidos a ser partisanos violentos que utilizan armas; LA ejecución en la cabeza en primer plano de un sacerdote ante la impactada mirada de unos niños; Todo esto llevó al film a ser muy polémico y escandaloso para el momento, con problemas de distribución.
Gran parte del elenco de intérpretes era no profesional, impregnando en los secundarios gran naturalidad, aunque en sus principales roles son profesionales de la actuación: Aldo Fabrizi como el cura, derrocha humanidad, dignidad, y lo hace conmoviendo en su sencillez, su personaje está inspirado en dos curas reales, Don Giuseppe Morosini y Don Pietro Pappagallo, el primero fue torturado y asesinado por los nazis por colaboración con la Resistencia;... (sigue en spoiler)
La cinta se erige en un canto a la gente común, a su valor y capacidad de unión frente a las injusticias, a su integridad ante las peores circunstancias, a su solidaridad, a su oposición al avasallamiento, a su sacrificio por causas justas, a la búsqueda de la libertad, un brillante tributo a los héroes anónimos, a la esperanza en la rebelde Condición Humana, arremete contra los fascismos, contra el racismo, contra la deslealtad, contra la traición, contra el despotismo, contra la tortura, contra la drogadicción. Alaba la capacidad de entendimiento entre los que piensan diferentes, en este caso entre comunistas y católicos, representado esto en Pina, notoria creyente y en Francis, comunista acérrimo, ello por el bien de un bien común (algo que en la post-guerra italiana no sucedió, con guerras intestinas), . Esto el realizador lo hace radiografiando a personas que transpiran humanidad, veracidad, con aristas, con matices, con grietas, grises, complejos, un collage de situaciones equilibradas que se mezclan de modo fluido para hacernos tocar la fibra sensible, esto sin sensiblerías baratas, sin regodearse en escenas dramáticas, muestra las motivaciones de los personajes de modo entendible en su ambiguo mundo interior, con diálogos que transpiran autenticidad, componiendo secuencias que permanecerán indelebles en la retina del espectador, con un increscendo dramático sofocante.
Nos expone Rossellini como la sociedad romana se rebeló en todas sus capas, los hombres valientes en acciones de sabotaje, los más pasivos con un una imprenta como arma de propaganda antinazi, las mujeres con su resistencia, la Iglesia con un sacerdote dispuesto a hacer lo correcto aunque en ello le vaya la vida, incluso los niños son parte de esta imparable maquinaria, todos ellos forman parte de esta cadena imparable hacia la meta de la Libertad. Frente a esto el nazismo, reflejado en el mayor Bergmann, sibilino, desconfiado, sutil, amanerado, artero, torturador, no dudará en hacer todo lo necesario y más para exterminar a la resistencia, ello con la ayuda de una espía lesbiana, que utilizara el sexo e incluso las drogas como recurso para sus aviesos fines, el enfrentamiento clásico entre l bien y el mal, pero mostrado como nunca hasta entonces, con tridimensionalidad, donde no predominan el blanco y negro, son los grises los que mandan.
Film avanzado para su tiempo, valiente en lo políticamente incorrecto por mostrar imágenes y temas “tabú” hasta entonces en el cine, como la descarnada secuencia de tortura con un soplete en el cuerpo de un preso; como la prostitución utilizada por nazis como degradación; como las nada disimuladas muestras de lesbianismo como método de “seducir” a confidentes; la utilización de drogas como visión de la bajeza humana; La estremecedora muerte por ametrallamiento de una mujer embarazada; Vemos a niños metidos a ser partisanos violentos que utilizan armas; LA ejecución en la cabeza en primer plano de un sacerdote ante la impactada mirada de unos niños; Todo esto llevó al film a ser muy polémico y escandaloso para el momento, con problemas de distribución.
Gran parte del elenco de intérpretes era no profesional, impregnando en los secundarios gran naturalidad, aunque en sus principales roles son profesionales de la actuación: Aldo Fabrizi como el cura, derrocha humanidad, dignidad, y lo hace conmoviendo en su sencillez, su personaje está inspirado en dos curas reales, Don Giuseppe Morosini y Don Pietro Pappagallo, el primero fue torturado y asesinado por los nazis por colaboración con la Resistencia;... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Anna Magnani deslumbra por su carisma, fuerte personalidad, sentida encarnación que conmueve, siendo el zenit su seca y adusta muerte, personaje inspirado en Teresa Gullace, italiana asesinada por soldados nazis cuando trató hablar con su marido prisionero de los alemanes estando embarazada, inspirando la famosa escena; Marcello Pagliero estupendo como líder antinazi, dota a su rol de orgullo, fortaleza, inspirado el personaje en la figura real del jefe partisano Celeste Negarvile; Harry Feist como villano aporta sutilidad, arrogancia, sofisticación, elegante, educado, dejando entrever su retorcimiento perverso, excelente en su gestualidad mesurada; Giovanna Galletti pletórica como sibilina agente alemana, con artes de serpiente del paraíso intenta seducir a Marina, tiene una gran química con Harry Feist; Maria Michi está fenomenal como la patética Marina, manipulable chica que deja entrever un angustioso mundo interior. Hay más actuaciones de mérito que apuntalan a los principales.
La puesta en escena marcó tendencia para el resto del movimiento del neorrealismo italiano, con magnífica dirección de arte de Rosario Megna, con desoladores exteriores, feistas, ruinosos, montones de escombros, calles tristes, lugares muy amplios, en contraste con interiores que reflejan pequeñez, claustrofobia en los apartamentos, con el decadente cuartel de la Gestapo, con ventanas tapiadas, con un piano al lado de la sala interrogatorios (de torturas), con escalofriantes celdas, rodándose íntegramente en Roma, esto ensalzado por la extraordinaria de fotografía de Ubaldo Arata (“Cagliostro) en glorioso b/n, de claras reminiscencias documentalista para acentuar el verismo narrativo, de tonalidades crudas, jugando con los grises ambientales, en exteriores con días soleados-arenosos que emiten calor y sofoco, emitiendo desasosiego, zozobra, inquietud, con mucho plano-secuencia, con tomas generales que emiten naturalidad, frescura, labor excelente. Se suma la música, compuesta por el hermano del director, Renzo Rossellini (“Paisá”), melodías de acompañamiento orquestales, de viento, e incluso se oye música de piano de Schubert, jazz, y más..., trabajo nada intrusivo.
Spoiler:
Momentos recordables: Una de las icónicas escenas (quizás la más) del neorrealismo italiano (por ende del cine en general), cuando se llevan a la pareja de Pina los nazis en un camión de sospechosos, ella desgarrada (y embarazada), lo puedan matar corre gritando por la calle tras el camión, soldados germanos le disparan matándola en el acto, cayendo a plomo en medio del asfalto, imagen trémula coronada con la desconsolada llegada de su hijo a abrazar el cuerpo, escena filmada en medio de Montecuccoli Raimondo, barrio de Prenestino-Labicano (Roma), rodada con dos cámaras, Anna cayó antes de tiempo, pero el buen hacer de la edición, Eraldo Da Roma (“El ladrón de bicicletas”), alarga la toma lateral hizo pareciera más larga; Magníficamente planificada la secuencia de los partisanos liberando a los presos del camión nazi frente a un túnel; La disertación del capitán Hartmann (Joop van Hulzen) sobre el futuro nefasto les espera a los nazis (y alemanes) cuando pierdan la guerra por la violencia y crueldad sembrada por toda Europa; La brutal secuencia en que vemos la tortura con un soplete a un sospechoso; El turbador tramo de la ejecución al padre Pietro, en un descampado, el cura sentado a horcajadas en un silla, de espaldas al pelotón de fusilamiento italiano, el pelotón dispara y nadie atina (intencionadamente nadie quiere matar al párroco), un oficial nazi iracundo se acerca al cura y le pega un tiro en la cabeza, esto ante la atónita mirada de un grupo de chavales, símbolo de cómo desde pequeños mamamos la violencia.
Obra capital para todo cinéfilo que se precie, marcando un antes y después en la Historia del Cine. Fuerza y honor!!!
Crítica sesgada por el límite de caracteres, ver íntegra en : http://tomregan.blogspot.com/2016/07/roma-ciudadabierta.html
La puesta en escena marcó tendencia para el resto del movimiento del neorrealismo italiano, con magnífica dirección de arte de Rosario Megna, con desoladores exteriores, feistas, ruinosos, montones de escombros, calles tristes, lugares muy amplios, en contraste con interiores que reflejan pequeñez, claustrofobia en los apartamentos, con el decadente cuartel de la Gestapo, con ventanas tapiadas, con un piano al lado de la sala interrogatorios (de torturas), con escalofriantes celdas, rodándose íntegramente en Roma, esto ensalzado por la extraordinaria de fotografía de Ubaldo Arata (“Cagliostro) en glorioso b/n, de claras reminiscencias documentalista para acentuar el verismo narrativo, de tonalidades crudas, jugando con los grises ambientales, en exteriores con días soleados-arenosos que emiten calor y sofoco, emitiendo desasosiego, zozobra, inquietud, con mucho plano-secuencia, con tomas generales que emiten naturalidad, frescura, labor excelente. Se suma la música, compuesta por el hermano del director, Renzo Rossellini (“Paisá”), melodías de acompañamiento orquestales, de viento, e incluso se oye música de piano de Schubert, jazz, y más..., trabajo nada intrusivo.
Spoiler:
Momentos recordables: Una de las icónicas escenas (quizás la más) del neorrealismo italiano (por ende del cine en general), cuando se llevan a la pareja de Pina los nazis en un camión de sospechosos, ella desgarrada (y embarazada), lo puedan matar corre gritando por la calle tras el camión, soldados germanos le disparan matándola en el acto, cayendo a plomo en medio del asfalto, imagen trémula coronada con la desconsolada llegada de su hijo a abrazar el cuerpo, escena filmada en medio de Montecuccoli Raimondo, barrio de Prenestino-Labicano (Roma), rodada con dos cámaras, Anna cayó antes de tiempo, pero el buen hacer de la edición, Eraldo Da Roma (“El ladrón de bicicletas”), alarga la toma lateral hizo pareciera más larga; Magníficamente planificada la secuencia de los partisanos liberando a los presos del camión nazi frente a un túnel; La disertación del capitán Hartmann (Joop van Hulzen) sobre el futuro nefasto les espera a los nazis (y alemanes) cuando pierdan la guerra por la violencia y crueldad sembrada por toda Europa; La brutal secuencia en que vemos la tortura con un soplete a un sospechoso; El turbador tramo de la ejecución al padre Pietro, en un descampado, el cura sentado a horcajadas en un silla, de espaldas al pelotón de fusilamiento italiano, el pelotón dispara y nadie atina (intencionadamente nadie quiere matar al párroco), un oficial nazi iracundo se acerca al cura y le pega un tiro en la cabeza, esto ante la atónita mirada de un grupo de chavales, símbolo de cómo desde pequeños mamamos la violencia.
Obra capital para todo cinéfilo que se precie, marcando un antes y después en la Historia del Cine. Fuerza y honor!!!
Crítica sesgada por el límite de caracteres, ver íntegra en : http://tomregan.blogspot.com/2016/07/roma-ciudadabierta.html