101/15(21/05/17) Popular y exitosa continuación de legendaria “Star Wars”, en términos cronológicos internos quinta película de la saga Star Wars, en realidad la segunda película de la saga en ser estrenada, considerada por la crítica general la mejor de todas las partes. Despierta en mí sensaciones contradictorias, está mi lado nostálgico de que cuando la vi en mi adolescencia la encumbre a los altares del cine de aventuras, y por otro está mi “yo”, que viéndola me he sentido cual niño al que le dicen que los Reyes Magos son los padres, se me ha desinflado el globo. Y es que si bien tiene un arranque poderoso en el planeta helado de Hoth, luego en su tramo central se hunde al bifurcarse en dos subtramas insulsas, por mucho que me quieran hacer que Yoda es la quintaesencia del carisma (no trago), en su rush final entramos en un artificioso clímax con el galáctico cliffhanger en modo frase icónica, pero todo ello en un argumento simple y con demasiados agujeros. Por supuesto que me ha entretenido, pero sus intentos por ser más oscura e introspectiva resulta pellizcos de ursulina sin poder de arraigo, quedando en un producto con preciosas hechuras de fábula infantil, con una magnífica ambientación, con unos fenomenales (aun hoy, casi medio siglo después) efectos especiales. Guión obra de Leigh Bracket (“El sueño eterno” o “Río Bravo”), este murió y dejó el libreto inacabado, continuo las ideas de Lucas (de él fue la idea que es el deux machine de toda la saga el mítico…) el pujante escritor Lawrence Kasdan (“Indiana Jones en busca del arca perdida”), quedando del primero los momentos los momentos screw-ball entre la princesa Leia y Han Solo, siendo un argumento más serio, desarrollando más los personajes, con más recursos sombríos.

La espectacularidad se respira en cada fotograma (con algún elemento desfasado), ejemplos: La Batalla de Hoth (rodado en Noruega a temperaturas de 20 grados bajo cero), los tauntaun, la persecución del Halcón Milenario en el cinturón de asteroides, la elegante Ciudad de las Nubes, o el duelo final de espadas láser entre Luke Skywalker y Darth Vader, ello adornado por la fascinante música de John Williams y su Apoteósica “Marcha Imperial”.

Relato de enorme sencillez, gran ritmo narrativo, numerosas escenas de acción espléndidas, estando el relato partido en tres: Primero es su arrollador inicio en el planeta gélido de Hoth, unos primeros 35 minutos de una brillantez prodigiosa, aunque solo sea por esto ya es merecida la visión de la película, con Luke en un animal patrullando por las heladas estepas, siendo atrapado por una especie de “Yeti” local, la tensión romántica entre Han y Leia a través de divertidos diálogos, como en un acto de amistad pura Han sale en busca de su amigo Luke desaparecido, como Luke en la cueva se sirve de “La Fuerza” ( o lo que el resto de mortales antes de comenzar la saga galáctica llamábamos telequinesis) se zafa de la bestia, como le salva la vida Han; y por supuesto la Im-presionante contienda bélica, Sublime metraje; Llegamos a la segunda parte tras la batalla, donde lo que da valor a este tramo bifurcado (quedan separados Luke por un lado y por otro Han y Leia) es la formidable danza espacial del Halcón Milenario (con Han y Leia) para salvar el tsunami de asteroides mientras le persiguen cazas imperiales, del resto se adueña una bajada de ritmo, acentuado esto por la sosa subtrama de Luke con Yoda, muy cargante y muy envejecida, intentando desprender un misticismo chirriante, con frases y mantras estridentes por lo manido y poco original en lo del maestro “sensei” adoctrinando espiritualmente a su pupilo, además en un escenario que por mucho que se gastaran en él, rezuma cartón y falsedad, este planeta Dagobath desprende que es un plató a la legua, las ansias de reflexión que anhela emitir me quedan ñoñas, donde lo único destacable es el sueño que tiene luchando contra quien parece ser Darth Vader y al final se da cuenta que es...; La tercera parte es en el planeta Bespin, gobernado por Lando Calrisian, donde todos los personajes volverán a confluir, aunque en situaciones un tanto forzadas e incongruentes (spoiler), siendo el zenit el duelo a espada láser de Luke frente a Darth Vader, pésima la coreografía, pero por el contrario está su final de los que retumban en la eternidad; Todo sumado siendo el total bueno, deja algunas taras en el sentido orgánico, pues el hilo argumental denota sus costuras impostadas.


Prosigue como en la anterior la eterna lucha entre el Bien y el Mal, los Jedis frente al Lado Oscuro, la República frente al Imperio. En esto último nunca sabremos porque el Imperio es tan malo, no sabemos si ponen muchos impuestos, si la sanidad es pública o privada, si tienen sus gobernantes mucha corrupción, si la educación es pésima, si hay separación de poderes, si tiene un buen plan de pensiones, si tienen subsidio por desempleo, y más temas sociales importantes, simplemente son malos por que están en guerra frente a los buenos, me falta información, pues todo es tan básico como el mecanismo de un martillo.

Tenemos a los mismos protagonistas de la anterior a los que se les hace una mayor introspección, se les da maduración en su arco evolutivo: A Han y Leia se les amolda una relación de tensión sexual no resuelta, con divertidos diálogos de réplicas y contrarréplicas, tiras y afloja, teniendo la habilidad de no caer en lo pasteloso o sensiblero; Luke Skywalkercon tiene una subtrama es cuasi-independiente del resto, el místico del trío de héroes, el llamado por La Fuerza, teniendo asociación alumno-mentor con un nuevo personaje que se convierte en icónico de la saga, Yoda, cargando aquí las tintas con una pseudo-filosofía del todo a cien, muy superficial, impostada, acartonada, sirve para veamos al muy seguro de sí mismo Luke, ahora con dudas y zozobras;… (sigue en spoiler)