52/21(23/02/11) Una nostálgica película, un relato crepuscular que cuenta el ocaso de un grupo de cuatro amigos londinenses que van a cumplir el último deseo de Jack Dodd (gran Michael Caine), ha muerto y quería que sus cenizas sean esparcidas en el puerto de Margate, el viaje les lleva unas horas en coche, y por el camino les sirve a todos para que afloren los recuerdos, los buenos y los malos, que tienen como nexo a Dodd. La historia es un relato agridulce, no es original pues ya han sido unas cuantas las veces que se ha visto en cine una reunión de amigos por la muerte de uno de ellos, pero no por ello deja de ser agradable su visión. La cinta tiene sus cimientos en un reparto actoral sobresaliente, Michael Caine, Bob Hoskins, Tom Courtenay, David Hemmings, Hellen Mirren y Ray Winstone, unos intérpretes de la vieja escuela británica, donde la sobriedad y la nula sobreactuación dan como resultado unos trabajos espléndidos, todo un recital de cómo transmitir sensaciones, sentimientos, sin caer en la fácil manipulación sensiblera, los personajes quedan muy bien dibujados, son tridimensionales, tienen defectos, poseen muchas aristas que los hacen humanos, chocan entre ellos saltando chispas, entre todos destacan Hoskins y Mirren, son los que dan fuerza a la narración, los que mejor quedan descritos con unos encuentros hermosos que nos abren su corazón herido que intentan curar uno al otro quedando en medio el mejor amigo y el esposo, muy bonitos sus encuentros. Se desarrolla a través de varios flash-backs un tanto dispersos y aquí está uno de sus hándicaps, su estructura es un tanto difusa y cuesta saber en qué tiempo narrativo está, puede que aquí tenga que ver su australiano realizador Fred Schepisi (Roxanne, La Casa Rusia o Criaturas feroces), un director irregular que jamás ha hecho un gran trabajo, se ha movido entre lo fallido y lo pasable, aún así de lo que he visto de él esta obra es sin duda lo mejor. Reseñable es su banda sonora una delicia para los oídos que le sienta como un guante al film, emite el clima de perdedores en el que nos movemos. Me ha gustado que no pretenda sentar maniqueas moralinas, es solamente el retrato de varias vidas con sus defectos y sus virtudes, donde se mezclan el humor y el drama muy equilibradamente. Fuerza y honor!!!