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Voto de TOM REGAN:
5
5,7
81.810
Ciencia ficción. Acción. Terror
Adaptación de la novela homónima de H.G. Wells. La invasión de la Tierra por los marcianos y la terrible batalla que tiene que librar la humanidad para sobrevivir se centra en una familia americana. Ray Ferrier (Tom Cruise) es un estibador divorciado y un padre nada modélico. Estando sus hijos de visita en su casa, estalla una tremenda e inesperada tormenta eléctrica. Unos momentos después, Ray es testigo de un acontecimiento ... [+]
14 de diciembre de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
339/12(13/12/23) Funcional y ordinario drama de ciencia ficción, siempre se espera mucho más de Steven Spielberg que no un rutinario film de catástrofes sobre una (ya muy manida) invasión alienígena, enfocada en un padre divorciado y sus dos hijos, siendo una obra que no aporta nada original, siendo muy previsible y sin chispa alguna, aun teniendo algunos elementos apreciables se queda en un pasable entrenamiento con algunos bajones y muchas lagunas argumentales. Dirige el ya mencionado cineasta de Cincinnati, adaptando el guion de Josh Friedman (“La Dalia Negra”) y David Koepp (“Jurassic Park”), basado libremente en la popular novela homónima de HG Wells de 1898, cambiando el escenario de la Inglaterra de finales de SXIX a los USA post 11-S, centrándose únicamente en una familia partida que huye de la invasión. Tom Cruise protagoniza el papel principal en una actuación simplemente correcta, junto a una Dakota Fanning sensacional, ella le otorga carácter y dulzura en su mirada angelical, esta niña desprendía luz, imán para la cámara, da igual que su papel sea el de una chica constantemente gritona, Miranda Otto, como la madre en un papel plano y Tim Robbins, demostrando vigor en los pocos minutos en pantalla, con narración de Morgan Freeman. Sigue a un trabajador portuario estadounidense que debe cuidar a sus hijos, de quienes vive separado, mientras lucha por protegerlos y reunirlos con su madre cuando los extraterrestres invaden la Tierra y devastan ciudades con máquinas de guerra gigantes. Tercera de Spielberg sobre el tema de las visitas extraterrestres, junto con “Encuentros en la tercera fase” (1977) y “ET, el extraterrestre” (1982, siendo la primera en que se nos muestran como hostiles.
Historia donde el heroísmo nos está en los actos contra los invasores, si no que la victoria es sobrevivir, seguimos a esta familia mientras intentan encontrar un lugar seguro, con los que vemos las grandes masas de personas que hacen lo mismo, cual refugiados en busca de la supervivencia que hemos visto en informativos sobre las guerras. También tiene como referente los atentados contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre, como son las imágenes de gente corriendo por las calles llenándose de cenizas, la paranoia del terror ejemplificado cuando preguntan al inicio si lo que ocurre es por los terroristas, o ya hilando con esto hay paralelismos claros con el militarismo que vemos contra los invasores con las Guerras de Irak y Afganistán, entonces muy presentes en los informativos, esto reforzado por el recurso de guion de hacer que el hijo del protagonista hace un artículo sobre los franceses en Argelia, o cuando el perturbado Harlan comenta Ray: “Las ocupaciones nunca funcionan. La historia nos lo ha enseñado mil veces” (los europeos encabezados por ingleses invadieron Norteamérica hace varios siglos, y aún siguen allí ¿?).
Spielberg en vez de jugar a lo macro de la batalla contra los Aliens, se atiene a una historia intimista con bordes épicos, un padre intentando poner a salvo a sus dos hijos, es su única misión, todo lo demás no le importa, y si para ello debe matar a humanos lo hará. Pero nunca desde una vertiente vengativa o violenta contra los invasores, un canto a las ganas de vivir de los civiles en las guerras. En este caso es parecido a otro film ‘spielbergiano’ como “Jurassic Park” en como los Dynos vendrían a ser los aliens y los que huyen de ellos pues los humanos. Aquí, como en las pelis de zombis, se examina el comportamiento humano en condiciones extremas, aquí reflejado en dos ocasiones, una cuando hordas de personas atacan la van de los protagonistas comportándose cual monstruos linchadores; el otro momento se da en el encuentro de Ray y su hijita con Harlan en el sótano de este. Harlan deseoso de entrar en lucha contra los invasores, frente a Ray que solo desea pasar desapercibido y seguir huyendo con su niñita, tomando Ray una drástica determinación cuando ya no puede ‘negociar’ con Harlan.
Pero lo malo es que estos protagonistas resultan planos, nunca empatizo con el padre, un mero estereotipo con patas, sin dilemas morales, siempre hacia adelante, no empatizo con el insoportable hijo adolescente al que da vida un grimante Justin Chatwin), irritante hasta dar arcadas, la única es la hijita, pero no es suficiente para que me enganche la historia, la sigo, pero nunca me apasiona lo más mínimo. A estos se le suma que estos seres se comportan en muchas (demasiadas) ocasiones de forma atropellada, sobre todo a la razón. Todo avanza sin que me termine de hincar el diente, hasta desembocar en un final pasteloso hasta no ser apto para diabéticos. No ayuda que Spielberg quiera ser apto para el público familiar, y con ello se amansa de modo pueril, nada que ver con la casquería impactante de “Salvar al soldado Ryan”, aquí no hay visión apenas de muertos, a pesar de suponerse estamos ante un genocidio humano, no hay sangre, con ello llega uno de los elementos estridentes, y es que los malos se cargan a humanos con un rayo que los hace evaporarse, pero extrañamente dejan la ropa vacía, pueden exterminar la carne pero no la tela, todo sea para que Spielberg nos pueda regalar imágenes turbadoramente poéticas como la del bosque en que llueven decenas de vestimentas del cielo.
En lo bueno está que es Spielberg, y por tanto es una superproducción con unos valores colosales, con una ambientación impresionante en sus efectos visuales CGI entrelazados a la fotografía (del de siempre con Spielberg desde “La lista de Schindler”, el polaco Janusz Kaminski), con una labor de sonido tremenda, ejemplo es el sonido mantra de cuando se acercan los Aliens en sus naves, o esas mismas naves espectaculares influenciadas por la propia descripción de HG Wells, titanes grandiosos en forma de calamar, moviéndose con sus tentáculos, surcando las ciudades de forma avernal, e incluso es original el diseño de los extraterrestres inspirados por el número tres.
Historia donde el heroísmo nos está en los actos contra los invasores, si no que la victoria es sobrevivir, seguimos a esta familia mientras intentan encontrar un lugar seguro, con los que vemos las grandes masas de personas que hacen lo mismo, cual refugiados en busca de la supervivencia que hemos visto en informativos sobre las guerras. También tiene como referente los atentados contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre, como son las imágenes de gente corriendo por las calles llenándose de cenizas, la paranoia del terror ejemplificado cuando preguntan al inicio si lo que ocurre es por los terroristas, o ya hilando con esto hay paralelismos claros con el militarismo que vemos contra los invasores con las Guerras de Irak y Afganistán, entonces muy presentes en los informativos, esto reforzado por el recurso de guion de hacer que el hijo del protagonista hace un artículo sobre los franceses en Argelia, o cuando el perturbado Harlan comenta Ray: “Las ocupaciones nunca funcionan. La historia nos lo ha enseñado mil veces” (los europeos encabezados por ingleses invadieron Norteamérica hace varios siglos, y aún siguen allí ¿?).
Spielberg en vez de jugar a lo macro de la batalla contra los Aliens, se atiene a una historia intimista con bordes épicos, un padre intentando poner a salvo a sus dos hijos, es su única misión, todo lo demás no le importa, y si para ello debe matar a humanos lo hará. Pero nunca desde una vertiente vengativa o violenta contra los invasores, un canto a las ganas de vivir de los civiles en las guerras. En este caso es parecido a otro film ‘spielbergiano’ como “Jurassic Park” en como los Dynos vendrían a ser los aliens y los que huyen de ellos pues los humanos. Aquí, como en las pelis de zombis, se examina el comportamiento humano en condiciones extremas, aquí reflejado en dos ocasiones, una cuando hordas de personas atacan la van de los protagonistas comportándose cual monstruos linchadores; el otro momento se da en el encuentro de Ray y su hijita con Harlan en el sótano de este. Harlan deseoso de entrar en lucha contra los invasores, frente a Ray que solo desea pasar desapercibido y seguir huyendo con su niñita, tomando Ray una drástica determinación cuando ya no puede ‘negociar’ con Harlan.
Pero lo malo es que estos protagonistas resultan planos, nunca empatizo con el padre, un mero estereotipo con patas, sin dilemas morales, siempre hacia adelante, no empatizo con el insoportable hijo adolescente al que da vida un grimante Justin Chatwin), irritante hasta dar arcadas, la única es la hijita, pero no es suficiente para que me enganche la historia, la sigo, pero nunca me apasiona lo más mínimo. A estos se le suma que estos seres se comportan en muchas (demasiadas) ocasiones de forma atropellada, sobre todo a la razón. Todo avanza sin que me termine de hincar el diente, hasta desembocar en un final pasteloso hasta no ser apto para diabéticos. No ayuda que Spielberg quiera ser apto para el público familiar, y con ello se amansa de modo pueril, nada que ver con la casquería impactante de “Salvar al soldado Ryan”, aquí no hay visión apenas de muertos, a pesar de suponerse estamos ante un genocidio humano, no hay sangre, con ello llega uno de los elementos estridentes, y es que los malos se cargan a humanos con un rayo que los hace evaporarse, pero extrañamente dejan la ropa vacía, pueden exterminar la carne pero no la tela, todo sea para que Spielberg nos pueda regalar imágenes turbadoramente poéticas como la del bosque en que llueven decenas de vestimentas del cielo.
En lo bueno está que es Spielberg, y por tanto es una superproducción con unos valores colosales, con una ambientación impresionante en sus efectos visuales CGI entrelazados a la fotografía (del de siempre con Spielberg desde “La lista de Schindler”, el polaco Janusz Kaminski), con una labor de sonido tremenda, ejemplo es el sonido mantra de cuando se acercan los Aliens en sus naves, o esas mismas naves espectaculares influenciadas por la propia descripción de HG Wells, titanes grandiosos en forma de calamar, moviéndose con sus tentáculos, surcando las ciudades de forma avernal, e incluso es original el diseño de los extraterrestres inspirados por el número tres.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Tiene tramo inicial atractivo, cómo nos enteramos a través de Ray de la invasión. Abro paréntesis sobre una escena donde en medio del caos un mecánico consulta a Ray sobre que le pasa a una van y este le aconseja sobre un solenoide, en vez de correr como alma que lleva el diablo está preocupado por un motor, venga ya! Cierro paréntesis. Este comienzo es trepidante, con sus cosillas que me crujen, la gente se pone a mirar como si nada los rayos entrando en la tierra, cuando el instinto humano real hubiera exigido estar lejos de allí, máxime cuando el suelo comienza a abrirse bajo sus pies, estos humanos son de otra pasta y les puede la curiosidad más tontuna y aguantan hasta que comienzan a exterminarlos.
Luego Spielberg nos involucra en varias viñetas cual videojuego pasando de pantalla hacia la meta final, pero nunca haciéndonos de carne y hueso a estos protagonistas insípidos. Tenemos espectacular secuencia de un tren en llamas con sus vagones ardiendo de forma infernal mientras surca las vías a toda velocidad, pero esto se muestra sin generar dramatismo alguno, como ver fuegos artificiales; Está la escena en que Ray encuentra afuera de la casa de su ex un Boeing 747 que ha destruido todo el barrio, pero milagrosamente ha dejado intacta la van, es buena la secuencia pero al no haber contexto emocional me es superficial.
Está la mencionada de humanos como zombis a por la van; El ferry cruzando el rio Hudson atacado por los aliens, brillante, pero me falta emoción, no vemos el drama humano de gente sufriendo; El tramo en que Robbie quiere unirse al ejército para guerrear contra aliens, Ray intenta impedírselo en medio de una escena bastante metida con calzador, no me creo lo que veo, el chico no debe ser tan tonto para no saber no lo dejaran unirse a los militares porque sí, y el padre tres cuartos de lo mismo. Debería de ir a una oficina de reclutamiento o unirse a milicianos que no hemos visto. El padre en vez de darle dos hostias a ida y vuelta lo deja ir, queriendo Spielberg esto me emocione, y me pone de mala leche comulgar con ruedas de molino, pues además nos cuelan de fondo que quiere llevarse un matrimonio a la niñita, y Ray parece no importarle mucho, esta forma de sentimentalismo barato me hace torcer el gesto por lo mal planteado que está.
Tras ello llega el mejor tramo del film, el refugio en el sótano de Harlan. Emocionante la incursión del tentáculo-ojo para detectar vida, jugando con sonidos, con silencios, con miradas, y ya en el zenit está la aparición por vez primera de los extraterrestres de tres patas y tres dedos, moviéndose de forma perturbadora por el lugar, mientras los humanos intentan esconderse, recordando a una similar en el ‘spielbergiano’ “Jurassic Park”, cambiando el sótano por una cocina. Pero el clímax de esto es cuando Ray cree que Harlan es un peligro para la seguridad de ambos, esto está bien como premisa de proponer al espectador que haría él, pero encuentro varias salidas mejores que la que toma Ray, tampoco veía a Harlan tan amenazante, es como si Ray ante la duda se dijera que lo mejor es lo que va a hacer y ya está. Esto debería haberme emocionado de algún modo, pero el director no ha conseguido crear un clima real para empatizar con la situación; Luego está la viñeta de la nave calamar atrapando a la niña y a Ray no me pega con el resto del metraje donde Ray no se muestra combativo, y la forma de arremeter contra el ‘Calamar’ me ha resultado poco realista conforme a la fortaleza que le habíamos visto.
La información sobre la invasión es bastante esquemática, prácticamente todo se circunscribe como recurso de instruir al espectador cuando Ray se encuentra con un equipo de reporteros en una furgo.
Me queda un film hecho sin alma, manufacturado con unos estereotipos, cual churrería fabricando su producto sin poner originalidad o algo que destacar. Gloria Ucrania!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://tomregan.blogspot.com/2023/12/la-guerra-de-los-mundos.html
Luego Spielberg nos involucra en varias viñetas cual videojuego pasando de pantalla hacia la meta final, pero nunca haciéndonos de carne y hueso a estos protagonistas insípidos. Tenemos espectacular secuencia de un tren en llamas con sus vagones ardiendo de forma infernal mientras surca las vías a toda velocidad, pero esto se muestra sin generar dramatismo alguno, como ver fuegos artificiales; Está la escena en que Ray encuentra afuera de la casa de su ex un Boeing 747 que ha destruido todo el barrio, pero milagrosamente ha dejado intacta la van, es buena la secuencia pero al no haber contexto emocional me es superficial.
Está la mencionada de humanos como zombis a por la van; El ferry cruzando el rio Hudson atacado por los aliens, brillante, pero me falta emoción, no vemos el drama humano de gente sufriendo; El tramo en que Robbie quiere unirse al ejército para guerrear contra aliens, Ray intenta impedírselo en medio de una escena bastante metida con calzador, no me creo lo que veo, el chico no debe ser tan tonto para no saber no lo dejaran unirse a los militares porque sí, y el padre tres cuartos de lo mismo. Debería de ir a una oficina de reclutamiento o unirse a milicianos que no hemos visto. El padre en vez de darle dos hostias a ida y vuelta lo deja ir, queriendo Spielberg esto me emocione, y me pone de mala leche comulgar con ruedas de molino, pues además nos cuelan de fondo que quiere llevarse un matrimonio a la niñita, y Ray parece no importarle mucho, esta forma de sentimentalismo barato me hace torcer el gesto por lo mal planteado que está.
Tras ello llega el mejor tramo del film, el refugio en el sótano de Harlan. Emocionante la incursión del tentáculo-ojo para detectar vida, jugando con sonidos, con silencios, con miradas, y ya en el zenit está la aparición por vez primera de los extraterrestres de tres patas y tres dedos, moviéndose de forma perturbadora por el lugar, mientras los humanos intentan esconderse, recordando a una similar en el ‘spielbergiano’ “Jurassic Park”, cambiando el sótano por una cocina. Pero el clímax de esto es cuando Ray cree que Harlan es un peligro para la seguridad de ambos, esto está bien como premisa de proponer al espectador que haría él, pero encuentro varias salidas mejores que la que toma Ray, tampoco veía a Harlan tan amenazante, es como si Ray ante la duda se dijera que lo mejor es lo que va a hacer y ya está. Esto debería haberme emocionado de algún modo, pero el director no ha conseguido crear un clima real para empatizar con la situación; Luego está la viñeta de la nave calamar atrapando a la niña y a Ray no me pega con el resto del metraje donde Ray no se muestra combativo, y la forma de arremeter contra el ‘Calamar’ me ha resultado poco realista conforme a la fortaleza que le habíamos visto.
La información sobre la invasión es bastante esquemática, prácticamente todo se circunscribe como recurso de instruir al espectador cuando Ray se encuentra con un equipo de reporteros en una furgo.
Me queda un film hecho sin alma, manufacturado con unos estereotipos, cual churrería fabricando su producto sin poner originalidad o algo que destacar. Gloria Ucrania!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://tomregan.blogspot.com/2023/12/la-guerra-de-los-mundos.html