84/23(28/04/17) Entretenida y visualmente atractiva esta cinta de aventuras (fantásticas) de animación por ordenador de la Disney (su largometraje 56) dirigida por Ron Clements y John Musker , co-dirigida por Don Hall y Chris Williams, obra que se ve con la misma facilidad que se olvidará, y es que es un producto manufacturado en un molde mil veces visto, no toma riesgos, discurre por senderos ya muy transitados, road-trip en que una heroína debe salvar su mundo, y en esta odisea se descubrirá a sí misma, el tránsito del despertar a la madurez. Teniendo los clásicos estereotipos de personajes que parecen hechos exprofeso para ser muñecos achuchables (mercadotecnia) a vender en sus tiendas, protagonistas simpáticos, de buenos sentimientos, con dudas, pero con un enorme corazón, nada nuevo bajo el sol. Recibió nominaciones a los Oscar para Mejor Película de Animación y canción original ("How far i’ll go”).

Vaiana, hija y heredera del jefe de la isla de Motunui en la Polinesia, es una chica con ansias de conocer mundo, pero su pueblo tiene prohibido salir de la isla, pero esta se encuentra en precario, la pesca escasea y las plantaciones se pierden. La inquieta Vaiana tiene una conversación con su abuela Tala que le abre los ojos sobre el porqué de no salir a otras islas, todo tiene que ver con una piedra preciosa llamada el Corazón del Mar que fue robado por el semi-Dios Maui y debe ser devuelto, iniciando Vaiana una aventura por el océano en contra de las órdenes de su temeroso padre.

Es la típica historia en que los protagonistas en su aventura deben superar sus miedos, sus fantasmas interiores, ello para triunfar, al menos intentarlo, por supuesto trufando la historia de humor blanco, mayormente este tono enarbolado por un gallo bizco y un tattoo agitado. Son una pareja protagonista (Vaiana y Maui) con mucha química, destacando que sea una oda a la amistad, sin tener que meternos con calzador un romance. Vaiana una chica valiente, curiosa, decidida, solidaria y con un gran sentido del deber, Maui es un semi-Dios arrogante, fanfarrón, egoísta, intrépido, y entre los dos surgirán inseguridades y dudas, y entre los dos deberán superarlas. A Maui se le da un fondo dramático cuando este cuenta su pasado (de lo mejor del film sin tener que recurrir a flash-back), pero incomprensiblemente este elemento que daba para más se olvida. Siendo apabullante su sentido de la estética, con esos cromatismos, esas hermosas islas, esos océanos inmensos, esas profundidades, ese monstruo volcánico, esas texturas en los personajes que se sienten naturales, arrolladora por su poesía es la escena en que la abuela convertida en una raya marina se acerca en la noche brillando a la barca de Vaiana, de un lirismo exquisito.

Pero estas bondades no son maximizadas por algo fresco u original, asimismo que casi todo el metraje sea sostenido por dos únicos personajes hace que con el paso de los minutos el ritmo decaiga. La narración no se atreve a surcar caminos nuevos, navega por lugares comunes en la factoría del castillo, dando cariño a su público más ferviente, los niños que son agasajados con un mensaje y desarrollo infantil, donde la pretendida fuerza emocional queda amortiguada por su superficialidad y absoluta previsibilidad, con una moralina tan evidente como falta de fuerza incisiva, donde todas las piezas encajan de modo simétrico y artificioso. Quizás que haya tantos directores (4) y guionistas (8) haga que se caiga en lo convencional para estar todos de acuerdo y esto resta capacidad de cautivar. Tampoco el humor termina de funcionar, pues el gallo bizco es un recurso running-gag que termina por hacerse cansino, solo brilla el tattoo revoltoso y respondón. Tampoco entiendo ataque de cinismo, se la respuesta, elemento de mercadotecnia) tiene sentido orgánico el ataque de los piratas-cocos a Maui y Vaiana, espectacular tramo, pero metido con calzador. Tampoco hay una gran escena climática, lo porfían todo a lo aparatoso en la pelea con el monstruo volcánico, donde la tensión es nula.

Musicalmente tiene temas interesantes "Shiny" o "You're welcome", pero sobre todo sugerente es el nominado al Oscar “How far i’ll go”, con letras en Inglés, Samoa y el idioma de Tokelau, en conjunto nada que nos saque de lo agradable pero falto de punzamiento.

En conjunto queda un film pasarratos, que entra por la vista por su sensacional puesta en escena, pero resta que adolece de querer transgredir y se queda en lo ya visto. Fuerza y honor!!!

PD. Pregunta sin respuesta: Porque le han cambiado el título de Moana a Vaiana en castellano? Acaso es ofensivo el nombre de Moana y no lo sé?