197/21(17/06/11) Notable segundo western dirigido por Clint Eastwood del que es un icono, demuestra haber aprendido de sus maestros, Leone y Siegel, y nos obsequia con un film muy entretenido, de los que se recuerdan, eso sí, con el defecto de su larga duración. Posee un protagonista carismático, caracterizado de modo prodigioso, con un singular guardapolvo, un par de revólveres primitivos, con la costumbre de mascar tabaco y escupirlo cuando se avecina ‘tormenta’. La cinta es una especie de road-movie o en este caso horse-movie, en la que un granjero de Missouri, Josey Wales (buen Clint Eastwood), sufre la pérdida de su mujer e hijo, asesinados por una facción del ejército yanky, los despiadados botas rojas, sucede una escena que es precursora de otra que aparece en su Obra Maestra ‘Sin perdón’, unas prácticas de tiro penosas, por venganza se une a los sudistas, con ellos se convierte en un pistolero hábil y fiero, al término de la Guerra se resiste a entregarse a los unionistas, por lo que es perseguido despiadadamente poniendo precio a su cabeza, en esta huída se le irán uniendo toda una galería de personajes, un viejo indio cherokee, una muchacha india navajo, una vieja y su nieta, hasta un perro, unos desheredados, en una especie de travesía por el desierto hasta la Tierra Prometida, una tierra donde espera tener Paz pero para poder optar a ella deberá de enfrentarse al ejército, cazarecompensas, comancheros o indios, por el camino a Clint le da tiempo a homenajear al Gran John Ford en una toma mítica en la que se ve a Josey en el umbral de una puerta, un nítido tributo a ‘Centauros del desierto’ y la silueta de Ethan-John Wayne . Eastwood quiso que el propio guionista Philip Kaufman la dirigiera y él solo actuaría, pero después de una semana de rodaje lo despidió y se puso él al frente de la realización, regalándonos un western con ínfulas de spagueti, puesta en escena sucia, protagonista hierático, grandes dosis de violencia y con muchas escenas en el desierto. El ritmo narrativo es ágil, siempre están pasando cosas, la tensión es constante, con escenas muy conseguidas, con unos tiroteos muy logrados, impresionante el que tiene con cuatro soldados en una calle, impresionante el que tiene con unos comancheros, con unos diálogos inteligentes, hay un soliloquio del viejo cherokee Lone Watie (Maravilloso Jefe Dan George), en el que habla de su visita a Washington que es portentoso hablando de ´los civilizados’, hay un encuentro con un cazarecompensas al que Josey le dice una frase de las que se quedan, <Hoy no es buen día para morir>, otro diálogo de Josey con un jefe indio, Diez Osos (correcto Will Sampson) negociando la paz memorable o un encuentro final con su amigo-perseguidor magnífico.
Continua en spoiler sin spoilers.