79/20(25/04/13) Ameno y tramposo y desaprovechado thriller británico de acción y con sugerentes dosis de terror. En una torre de pisos londinense de la periferia solo queda habitada la última planta, allí viven unas cuantas personas resistiéndose a marcharse, un día un joven es apaleado en el pasillo por dos rufianes hasta matarlo, solo una muchacha, Becky (inane Sheridan Smith) intenta socorrerlo, el resto de los habitantes observan la escena por la mirilla, a la policía todos atestiguan haber visto nada. Un año más tarde, una mañana un francotirador comienza a disparar y a los residentes desde un bloque de enfrente, las ventanas son una trampa mortal, mueren varios, el resto sale despavoridos y asustados al pasillo, los móviles no funcionan, no hay luz, ni teléfono, el ascensor está bloqueado, las escaleras también, y a cada movimiento que intentan para salir de la trampa mortal se encuentran una sorpresa fatídica. El año pasado nos llegó ‘Attack The Block’ desde U.K., ahora nos llega ‘Tower Block’, una idea similar, en esta los aliens son sustituidos por un despiadado psicópata. La historia no es muy original, recuerda a muchas otras La cinta gracias a su recortado metraje posee un buen ritmo, nos presenta rápido a los personajes, con unos trazos gruesos sin profundizar, son estereotipos, y cuando arranca la acción lo hace de un modo que nos deja petrificados, es de una sequedad explosiva, en medio de ordinarios desayunos la a sangre lo salpica todo, esto nos involucra en un trepidante desarrollo con bastantes giros sorpresa donde el instinto de supervivencia primará. Los dos realizadores James Nunn y Ronnie Thompson debutan en un largometraje y exponen unas cuantas buenas escenas de tensión, ello en un increscendo dramático inteligente, para desembocar en un clímax final asfixiante pero previsible. Su moralina sobre como la sociedad ¡s e desentiende de los problemas de los demás y esto puede traernos graves consecuencias es bastante liviana. La puesta en escena es de enorme sobriedad, pocos escenarios fotografiados en espléndida semioscuridad por Ben Moulden. Los actores cumplen sin más, no sientes empatía por alguno, el único que le pone algo es el macarrilla interpretado por Jack O’Connell, que si llegas a creerte que es así de malote, lo malo es que no te involucras con personaje alguno, es todo impersonal, no tienes conexión emocional lo cual resta capacidad de sensaciones, no te cala su angustia. Es una obra sin más pretensión que pases un rato distraído y esto al menos lo consigue, te pone en la tesitura de que harías tu en esta situación, esto siempre predispone al espectador a un juego que hace te acerques al relato, aunque no de modo apasionado. Recuerda en muchos aspectos y salvando las distancias a ‘Cube’, verdadera matriz de muchos de estos argumentos. En conjunto es una cinta que veras, te entretendrá y olvidaras con la misma rapidez, pero que no te dejará un mal sabor de boca. Fuerza y honor!!!