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Voto de TOM REGAN:
7
7,5
24.884
Drama. Romance
Humbert Humbert, un profesor cuarentón, llega a Ramsdale (New Hampshire) y alquila una habitación en casa de la viuda Charlotte Haze que tiene una hija de once años. Humbert se enamora perdidamente de la chiquilla y concibe un perverso plan: casarse con la madre para poder estar siempre cerca de la irresistible Lolita... Adaptación de la novela homónima de Vladimir Nabokov. (FILMAFFINITY)
13 de mayo de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
85/26(30/04/13) Sexto film del genial Stanley Kubrick, una agria radiografía sobre la obsesión sexual pederasta, un amor intergeneracional que le sirve de excusa para criticar la hipocresía social y el abuso de poder, temas recurrentes en el director, aunque con el inconveniente de que no se muestra un solo detalle de esta escabrosa relación, Stanley se debe ceñir a imágenes alegóricas, aún así el director tuvo graves problemas con la censura, problemas que le llevaron a decir años más tarde que si llega a saber todas las modificaciones que le exigieron no la hubiera hecho. Kubrick y Vladimir Nabokov escriben el guión basándose en la famosa novela homónima (1955) del segundo, lo hacen cambiando algunos elementos narrativos que marcan diferencias de tono con el libro, libro muy polémico por su temática, no pudiendo venderse integro hasta tres años de su publicación.. Tras unos turbadores títulos de crédito en que sobre un fondo de una cortina vemos que aparece un piececito desnudo de chica, sobre el sobreimpresionado el título, Lolita, acto seguido entra una mano izquierda con un anillo de casado que lo sostiene, luego la mano derecha con algodón para separar los deditos, luego comienza a pintar con esmalte las uñas con mucho mimo, mientras aparecen todos los créditos pinta los cinco deditos, escena fetichista, metáfora de la sumisión masculina al encanto juvenil, la historia arranca con el profesor Humbert (gran James Mason), llega a una mansión con su camioneta, entra a ella y está descuidada, con botellas de licor y vasos por los suelos, una figura femenina de mármol tiene como sombrero un zapato de tacón de aguja, los muebles desordenados y polvorientos, muestras evidentes de una fiesta, tras curiosear un poco llama a gritos a un tal Quilty, de debajo de una sábana que cubría un sillón a aparece y tipo, Quilty (Peter Sellers), envuelto en una sábana y haciendo una broma sobre que es Espartaco, guiño más que evidente al anterior film de Kubrick, Humbert le cuestiona sobre si sabe quién es Dolores Haze, Quilty está hebrio y solo responde con bromas y cachondeo, terminando todo en un tiroteo de Humbert sobre Quilty que se ha escondido al final tras un cuadro de una joven bella, tras este prólogo la acción salta cuatro años atrás, Humbert es un novelista inglés de mediana edad, le han dado un trabajo de profesor en Ohio, así que antes de comenzar decide veranear en un pueblo turístico de New Hampshire, Ramsdale, decide instalarse en una habitación de alquiler de la vivienda de la viuda Charlotte Haze (gran Shelley Winters), y lo que le convence no es la residencia si no la fascinante visión en el jardín de la hija de esta, Lolita (buena Sue Lyon), es una bella jovencita de 14 años que toma el sol en tumbada en bikini, el profesor es atravesado por el amor, mientras veranea allí es Charlotte la que se enamora de él, pero Humbert solo tiene ojos para Lolita, y Lolita es una pícara que coquetea con él, manipulándolo a su antojo, a tal punto que Humbert se casa con Charlotte, aunque la detesta por ordinaria, todo por estar cerca de Lolita, brillante la escena en que mientras se besan y abrazan Humbert se fija en la foto de Lolita encima de la mesita de noche, la obsesión enfermiza de Humbert por la menor lo devorará por dentro, en el relato tiene bastante importancia un misterioso tipo, Clare Quilty. Kubrick arremete contra la burguesía, contra una sociedad hipócrita, como detrás de personas elegantes, sofisticadas y cultas se escondes los más bajos instintos, reflejados aquí en la obsesión sexual por una jovencita, la pederastia, los celos patológicos, y lo hace cogiendo como cabeza de turco a un culto protagonista, un retorcido ser que Kubrick lo arrastra hasta el límite. Kubrick cambia bastantes detalles de la trama para darle su particular sello, en el libro el relato es lineal, Kubrick incorpora aquí el prólogo de 10 minutos, la visita iracunda de Humbert a Quilty, en la novela esto va al final, lo hace para imprimir un halo de misterio a la historia, para despertarnos el interés, la intriga, el misterio sobre que ha llevado al profesor a esta situación de odio mortal, convirtiéndose todo el film en un largo flash-back, esto al parecer de acuerdo con Nabokov, Nabokov quería una niña de 12 años como en el libro, pero Kubrick le convenció que si no era mayor la censura le machacaría, y fue de 14, pero para mí la modificación más importante es una omisión, nada se dice de un hecho que le sucedió a Humbert de adolescente que le traumatizó, a los 14 años fue interrumpido antes de hacer el amor con una joven, Annabel Leigh, está muchacha poco después murió, esto le hizo desarrollar una obsesión por las jovencitas, de hecho en la novela llega a decir que <Lolita empezó con Annabel>, la anulación de esto junto a que tampoco se menciona relación alguna con mujer cosa que si se hace en el libro resta profundidad al protagonista, nos hurta la hondura y el calado que esto daría a Humbert, de hecho aquí se enamora de ella de un flechazo en el jardín, y en el libro lo hace cerca del final. (Continua en spoiler sin)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Asimismo Kubrick imprime dosis de comedia negra no presente esta acentuación en la novela, ejemplo la divertida escena en el autocine, la de Humbert recibiendo visitas mientras está en la bañera o la de la apertura de la cama plegable, además para ello se da mucho más presencia a Quilty, meros apuntes en el libro para potenciar la sorpresa final en su mansión, Kubrick convierte su presencia en uno de los motores del misterio, hace que el espectador se pregunte quien era ese bufonesco personaje que merece la animadversión mortal de Humbert, tanta relevancia se le otorga una escena bastante burlesca y que me descoloca, Quilty disfrazado se reúne con Humbert haciéndose pasar por un psicólogo escolar con acento alemán, el Dr. Zempf, papel a la medida de del camaleónico Peter Sellers, para convencer a Humbert de permitir a Lolita actuar en una obra de teatro escrita por Quilty, esto en la novela sucede pero con psicólogo de verdad, pues bien para mí esto es una tara pues rompe con cualquier credibilidad, canta que es Quilty, esto me descoloca entorpeciendo el complicado equilibrio de la cinta entre drama y comedia, resultando difícil volver a entrar en el descenso patético de Humbert tras esta esperpéntica escena. La novela está inundada de tramos de sexualidad explícita, pero Kubrick debió de tirar de ingenio para poder superar la censura, todo esto lo basa en sugerencias, metáforas visuales, susurros, dobles sentidos, y por supuesto la escena fetichista de la pedicura, este juego de sutilezas se me queda cojo, pues ni tan siquiera hay momento alguno en que se dicen que se aman por lo que esa huida hacia la nada a modo de road-movie me resulta forzada. Para el papel del profesor Humbert se barajaron nombres ilustres como Cary Grant, Noel Coward, Laurence Olivier, Rex Harrison o David Niven, al final fue James Mason que compone al perturbado profesor de modo magnífico, de voz aterciopelada, elegante, inteligente, flemático, esto al inicio, pero que sabe emitir esa angustiosa travesía al Averno mental por la obsesión, su evolución nos llega nítida, su pasión incontrolada por la ninfa, con una economía gestual prodigiosa. En el otro lado del ring está un Peter Sellers fuera de lugar, me es un personaje metido con calzador, deja patente su carisma en cada intervención pero me da la impresión que se ha equivocado de film, Kubrick creó una grieta n la película con este rol. Shelley Winters encarna de forma espléndida a la viuda con ansias de sexo, sabe traslucir que el refinamiento y elegancia es una pose tras lo que se esconde una mujer ordinaria, excelente. Sue Lyon no me llega, se me queda escasa su transmisión de bomba sexual, no la veo como una dulce ninfa, la veo mayor para la edad que quiere dar, resta veracidad, no me llega, no se eleva la temperatura con su presencia y le falta química con James Mason. Kubrick deja patente su maestría visual en cada plano, se nota su ascendencia de fotógrafo, sus encuadres, el mimo con que coloca a cada elemento y personaje, convirtiendo cada escena en un cuadro de bella factura, botón de muestra la icónica imagen de Lolita tomando el sol en el jardín, una de las postales representativas del Séptimo Arte, esto lo consiguió ayudado por la hermosa fotografía en glorioso blanco y negro de Oswald Morris (‘Moby Dick’, ‘El violinista en el tejado’ o ‘El hombre que pudo reinar’). En conjunto me queda la obra más floja de Kubrick durante su época de esplendor, floja en su caso es una buena cinta, queda una irregular comedia agridulce que pone como ejemplo esta relación amoral para atacar con sátira y sarcasmo la corrección política americana, como por debajo subyacen pasiones prohibidas, lástima lo de algunas torpezas en su desarrollo ya comentadas, me gustaría haber visto el relato que Kubrick tenía en mente y no el que el filtro censor le permitió exhibir. Fuerza y honor!!!