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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
10
Comedia Harry Block, un escritor de mediana edad y con un cierto éxito, se ha servido con frecuencia de sus experiencias sentimentales y familiares para escribir sus obras, razón por la cual la mayor parte de sus amigos, parientes y ex-mujeres lo odian. En tales circunstancias, le resulta muy difícil encontrar a alguien que quiera acompañarlo en un viaje a su vieja universidad para recibir un homenaje. (FILMAFFINITY)
5 de julio de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
109/17(29/06/15) Woody Allen en su madurez creativa nos regaló otra Obra Maestra, su labor más ácida, transgresora, políticamente incorrecta, malhablada, una trituradora, no deja títere con cabeza, arremete con saña e ingenio contra su temario acostumbrado, pero redobla la artillería de modo Impresionante, siendo objetivos, la familia, la matrimonio, la religión, la psiquiatras, la sexo, las prostitutas, la literatura, la monogamia, la muerte, todo metido en una batidora nos da un film Colosal. El guión de Allen está en plena ebullición, diálogos frescos, chispeantes, hirientes, una estructura en que rinde homenaje a una mezcla entre la “Fresas Salvajes” (1957), de Bergman por lo del viaje para recoger un premio y en la travesía de modo onírico el protagonista repasa su vida, algo similar a la alleniana “Recuerdos” (1980), con “Ocho y medio” (1963) de Fellini, por lo de la crisis del creador y como le atacan sus recuerdos, también posee referencias literarias a Dante Alighieri con su “Divina Comedia”, componiendo un relato que te atrapará en su tela de araña de personajes y alter egos literarios.

Allen nos sumerge en una historia alambicada, quizás al principio te resulte algo confusa (a mí no), pero prestando atención en pocos minutos cogerás su entramado de personajes reales que se cruzan con sus alter egos literarios, todos delineados de modo sobresaliente, todo visto a través de los ojos de un protagonista en crisis existencial, quedando una muy divertida mezcolanza, interactuando diferentes personajes salidos de la mente de un escritor pero que han tomado personalidad, y llegan a discutir con su “creador”, en este coctel también hay cabida para flash-backs, y para trucos que beben de “Cuento de Navidad” de Dickens, o con elipsis cortas y abruptas. Crea una amalgama de personajes alejados de la ternura habitual, aquí todos poseen aristas, matices, grises, aunque mantiene el componente habitual de neurosis, los adereza con mala leche, siendo el alma del film un Harry Block apoteósico, alejado de los simpáticos que nos tenía acostumbrado, el personaje más salvaje de todos los interpretados por este genio neoyorkino, egoísta, machista, narcisista, soez, de expresiones sexuales explícitas, y en sus relaciones con los demás personajes brotan chispas de humor sarcástico, cinismo, ironía, nihilismo, misantropía, produciendo situaciones que van de lo hilarante o lo epicúreo, poniendo en el diván sus filias y fobias. Allen con un aguijón envenenado realiza una radiografía de cómo un artista en crisis lidia con sus demonios, con sus dudas, con sus fracasos, con sus frustraciones, poniendo en solfa el amor, la existencia de Dios. Allen despliega en esta valiente comedia un poso de amargura y desesperanza, un tipo que cercano al otoño de la vida se da cuenta que está solo,

Woody Allen borda esta puede su mejor actuación, le imprime dosis de malicia y egolatría formidable, emite un toque de nihilismo, pragmatismo, mujeriego constante, inmaduro, inseguro, psicótico, lo dota de tremendo carisma, de aura de personaje que trasciende en su funcional filosofía de vida, fabuloso. El fastuoso elenco de secundarios cumple con excelencia. Hazelle Goodman como la prostituta que acompaña a Harry en su viaje, muy creíble en su pose y lenguaje barriobajero. Judy Davis como siempre maravillosa, ejemplo ese arranque tremendo en el piso de Harry amenazándolo de muerte con la pistola, delirante. Kirstie Alley notable en su papel de doliente cornuda, desternillante en la sesión con cliente mientras discute furibundamente con Harry. Julia Louis-Dreyfus estupenda en alter ego de Lucy, con un toque muy jocoso. Billy Cristal resulta muy bien en su doble papel, sobresaliendo en su sustancioso y gratificante rol de Jefe del Infierno, fabuloso. Caroline Aaron hace de hermana de Harry, extraordinaria en su pelea con Harry sobre el judaísmo. Robin Williams resulta muy tierno en su rol de tipo fuera de lugar, tanto que está difuso de ver. Demi Moore meritoria en su papel de esposa que se hunde en el judaísmo. Y más y más.

La puesta en escena es de gran brillantez, con un buenísimo diseño de producción de Santo Loquasto (“Balas sobre Broadway”), destacando sobremanera la creación del Averno, Carlo DiPalma (“Hannah y sus hermanas” o “Poderosa Afrodita”), de un cromatismo fulgurante, con tomas precisas, con valiosos movimientos de cámara, captando los detalles en segundo plano, los fuera de campo, y viniéndose arriba en el averno, emitiendo calor y un rojo intenso-fuego, todo punteado por temas coordinados por Carmel Malin (“Todos dicen I love You” o “Acordes y desacuerdos”), una galería de temas deliciosos, desde Django Reinhardt a Cole Porter y más. Asimismo cobra importancia el espléndido trabajo en el montaje de Susan E. Morse (“Manhattan”), por los continuos saltos entre personajes, las elipsis rupturistas, muy bueno haciendo entendible la historia.

Momentos recordables: El inicio con esa relación adultera en la cocina de una casa, mientras en el exterior celebran una barbacoa, a los amantes los pilla en “faena” la abuela, lo bueno es que es ciega, entonces se produce un diálogo con un doble sentido sobre el verbo “correr” hilarante; La historia de Harvey , como acaba en manos de “La Muerte” por suplantar a un amigo, cuando él lo único que quería era acostarse con una prostituta asiática; La muy simbólica trama de Mel (Robin Williams), actor que en pleno rodaje de un film sufre una extraña patología, queda desenfocado, y como el mundo no es capaz de verlo como es, debe ponerse su familia unas gafas para corregir su imagen, alegoría de cómo cuando no vemos bien a alguien debemos corregir nuestra visión de él; Cuando Joan, esposa psiquiatra de Harry se entera de que este le ha sido infiel, entonces le llega un cliente, y en medio de la sesión se produce una divertidísima pelea con el paciente como convidado de piedra (algo parecido ocurre en la anterior “Maridos y mujeres” de 1992);... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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