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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Drama. Aventuras Takezo abandona su condición de samurai errante para vivir tranquila y humildemente con su amada Otsu, rechazando trabajar como maestro samurai para el líder del clan más poderoso del Japón. No obstante, Takezo accede a luchar con el joven y habilidoso guerrero Sasaki Kojiro. El combate final tendrá lugar en la isla Ganryu. (FILMAFFINITY)
9 de junio de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
212/12(05/06/21) Notable conclusión a la trilogía dirigida por Hiroshi Inagaki y protagonizada por Toshiro Mifune como Musashi Miyamoto y Kōji Tsuruta como Kojirō Sasaki, basadas en la vida de Musashi, novelada por Eiji Yoshikawa sobre el famoso duelista y autor de “El libro de los cinco anillos”, originalmente lanzada como serie en el periódico japonés Asahi Shimbun, entre 1935 y 1939. Novela basada libremente en la vida del famoso espadachín japonés, Miyamoto Musashi, siendo las dos anteriores “Samurái I: Musashi Miyamoto” (1954) y “Samurai II: Duelo en el templo Ichijoji”, saga que sigue el crecimiento del mencionado personaje de un joven soldado impetuoso, pero fuerte, a samurái reflexivo e introspectivo. Siendo para mi esta la mejor, en una progresión de entregas de menos a más. La que menos quiere abarcar en sus tramas, centrándose en lo crucial, siendo menos dispersa, aunque quedan esos personajes de mujeres enamoradas de Musashsi que resultan demasiado melodramáticas en su tono telenovelesco exagerado.

Posee un crescendo dramático más incisivo, vibrantes escenas de acción, desarrollo de antagonistas muy bueno, con una cinematografía portentosa en Eastmancolor, con unas actuaciones de los dos némesis excelente. Pero sobre todo tiene un Duelo Final que da título al film que es todo un hito en el cine chambara, un rush climático Homérico en cómo se desarrolla, apenas unos seis minutos que dan sentido a toda la saga, que justifican la espera, de una belleza poética asombrosa en el modo de manejar la luz del sol, de utilizar una playa de escenario para contraste la serenidad del agua rompiendo contra la arena con la épica de la Batalla que se produce en la superficie, con un prodigioso contraluz. Duelo real que aconteció entre Miyamoto vs Kojiro Sasaki el 13 de abril de 1612 en la isla de Ganryu, ubicada frente a la costa de la provincia de Bizen.

La saga recoge la travesía espiritual de Musashi, su metamorfosis de salvaje aldeano pendenciero, hasta ir conociendo la sabiduría pura en clara comunión con la cultura ancestral nipona, la maduración personal que lo lleva a ser un gran samurái, ello mientras se enfrenta a dudas y frustraciones que lo hacen avanzar hasta el estado que llega en esta parte.

La primera película se centró en el desarrollo del personaje principal de campesino rudo y tosco desando se un famoso guerrero; La segunda se centró más en los romances cruzados con las dos mujeres de Musashi, germinando la semilla del duelo que será el zenit de la tercera y última parte, habiendo más acción, con un final de un gran enfrentamiento, y con un epílogo agrio en como Musashi se entrega por completo a su fe en la espada por encima del amor carnal; y en esta tercera entrega al abocarse todo al duelo a muerte final da un cariz elegiaco a todo lo que acontece. Habiendo más ritmo y fluidez narrativa. Saga donde se nos habla del honor, la nobleza, los sacrificios por el sentido d evocación, de cómo el amor puede ser obstáculo o salvación, dilemas morales a los que el protagonista se aboca, ello mientras desea la perfección del samurái, cual pistolero del oeste desea ser el mejor retando a los que suponen mejores, pero en esta parte, cual pistolero en “The Gunfighter” (1950), ya siente ha demostrado suficiente y desea la tranquilidad de volver a ser lo que era, retornando a los orígenes de un pueblo de campesinos, donde la historia vira a un “Los 7 Samuráis” abreviado, pero con solo Kikuchiyo/Musashi. Ello teniendo en el horizonte el Duelo final contra Kojiro Sasaki, cual “Los Duelistas” (1978) de Ridley Scott, por lo de un duelo que se va posponiendo hasta el inevitable momento

Se abre esta entrega con un soliloquio de Kojiro Sasaki, mostrando su obsesión por enfrentarse a muerte contra Musashi, pues cual vampiro espera derrotarlo y con ello adquirir su fama, ascendiendo con ello al oficioso trono de los mejores samuráis, cual realmente el espejo del Musashi de la segunda parte. Ello con un tramo inicial donde vemos a los dos antagonistas pelear a su modo en diferentes circunstancias. Mientras Musashi lo hace por defender a su ‘escudero’ contra un arrogante monje con lanza, al que rehúye el enfrentamiento hasta que es inevitable. Mientras Kojiro con una katana de madera contra un guardia con una lanza, lo hace para poder entrar a trabajar para un noble.

Mientras Musashi tras un encuentro frustrante con el maestro del Lord Shogun, intentando dar entierro digno a unos guerreros, este reniega de ellos, ello marca aun desencantado Musashi, y decide dar un giro a su vida. Está ya de vuelta, desea la paz, reúsa pelear, vuelve a sus orígenes humildes para volverse un simple campesino. Esta tranquilidad, es interrumpida cual descanso de los Dioses para volver a luchar, primero por sus vecinos aldeanos contra bandidos, ello con claros efluvios a la kurowasiana “Los 7 Magníficos”, aunque a un nivel cuasi-minimalista en la comparación, aunque por sí sola vibrante. Y luego peleará por su honor.

Teniendo entrelazada la historia el amor de dos mujeres, una es el Ángel Otsu (Kabru Yachigusa) y la otra la más compleja en un papel que la acerca a la femme fatale Demonio Akemi (Mariko Okada), con caracteres desiguales, en lo que es, con el filtro de los 65 años pasados desde su estreno la parte más débil en el modo histriónico y teatral propio del kabuki que resulta demasiado monocorde en el sentido de que las mujeres se desviven por un hombre que pasa de ellas una y otra vez. En esta vertiente queda patente el machismo imperante en este tiempo, así como la dependencia total de la mujer al hombre, con una Akemi que fue vendida por su madre a un poderoso hombre, con muy baja autoestima ("Los hombres me han convertido en un juguete. Ahora no me importa nada", ello con respecto a un viaje en solitario por una hostil región), capaz de lo que sea por conseguir a Musashi y si no, le queda la venganza. Otsu es la abnegada cual mártir acepta todo de su amado, incluso que la abandone una y otra vez.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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