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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
9
Comedia. Drama. Fantástico Totó es un bondadoso huérfano que vive, igual que otros muchos desharrapados, en un mísero barrio de chabolas en las afueras de Milán. Cuando en los terrenos donde viven se descubre petróleo, Totó, tan ingenuo como bienintencionado, decide enfrentarse al poderoso señor Mobbi, el dueño del suelo. Aunque contiene elementos fantásticos, constituye con "Ladrón de bicicletas" y "Umberto D." la gran trilogía neorrealista de De Sica. (FILMAFFINITY) [+]
3 de marzo de 2021
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58/23/21/02/21) Notable película italiana al que le dedico mi particular homenaje a 70 años de su estreno (08/Feb/1951), dirigida por el maestro Vittorio De Sica, adaptando la novela “Tota il Buono” de Cesare Zavattini, que coescribe el guión junto al director y Suso Cecchi D'Amico (“Ladrón de bicicletas” o “Rocco y sus hermanos”), Mario Chiari (“Noches blancas” o “Guerra y Paz”), Adolfo Franci (“Ladrón de bicicletas” o “El limpiabotas”), para un relato impregnado de un maravilloso sentido de fábula mágica encuadrada de modo mordaz en el neorrealismo italiano (del que era uno de los grandes exponentes De Sica que venía de hacer la Obra Maestra “Ladrón de bicicletas”), pues tenemos las marcas del estilo con lugares de la vida real utilizados en toda su crudeza, seres humanos de la vida real pueblan esos lugares, muchos de ellos no actores profesionales, filmada en blanco y negro, tiene lugar en el presente, se cuenta una historia con raíces en problemática social (los estragos aun presentes de la post-Guerra Mundial), siendo una velada crítica al capitalismo deshumanizador (De Sica era un notorio comunista).

Pero sin embargo se aleja de la tristeza ambiental de esta corriente para transformar su metraje en una fascinante oda a la alegría de vivir, en emitir que hay que disfrutar con lo que la vida nos ofrece y siempre poner buena cara al mal tiempo, en base a sentimientos de solidaridad y amor puro. Es un una especie de cuento de hadas ya desde su inicio donde una tarjeta de título que informa "Érase una vez...", para una historia conmovedora, rebosante de imaginación, con un humor entrañable con muchos efluvios a Charles Chaplin, fruto de una comedia muy visual, y atomizado por un protagonista Francesco Golisano que con su Totó es la némesis de este universo darwinista, un idealista con una sonrisa permanente, es la nobleza, generosidad, honradez y solidaridad, destila humanidad cual mítico ‘vagabundo’ Charlot, con mucha gestualidad, mucha fisicidad, para un huérfano milanés pobre, que con su inventiva reinventa un barrio de chabolas de desheredados en un pueblo encantador. Y ello con un surtido de secundarios enternecedores en su humanidad. Para una historia que arremete contra las injusticias sociales y contra el clasismo, con cierto sentido capriano, pero que en su recta final se desliga de este estilo para una conclusión abierta a interpretaciones. Hay gente que ha encontrado pastelosa y sensiblera la película, lástima por ellos que no han sabido ver más allá con estos marginados que sienten como un privilegio incluso los rayos del sol que les son esquivos y deben perseguir. En 1951 y compartió el film el Gran Premio de Cannes con “Miss Julie” de Alf Sjöberg.

Este cuento de fantasía habla de Totò, quien, encontrado de bebé en un campo de coles, es adoptado por Lolotta (Emma Gramatica), una anciana sabia y amable. Cuando Lolotta muere, se muda a un orfanato. En la edad adulta Totò (Francesco Golisano) deja el orfanato y termina en un descampado con una colonia de pobres sin techo en las afueras de Milán. La capacidad organizativa de Totò, aprendida en el orfanato, y su simple bondad y optimismo adquirido de Lolotta, convierten por la solidaridad una ciudad de chabolas autosuficiente, ello a ritmo vitalista de la canción mantra de la película: "basta una cabaña para vivir y dormir, un poco de tierra para vivir y morir, y solo pedimos un par de zapatos, unos calcetines y un poco de pan". Humildes viviendas que son repartidas entre las que las necesitan. Pero la felicidad será socavada cuando el dueño del terreno donde se asienta la ciudad de los pobres sea vendida a un especulador.

La película ya marca su ingenioso humor cínico con el nacimiento entre las lechugas del protagonista, que cuando muere su madre adoptiva es él único en el cortejo fúnebre, pero en el camino se le une un desconocido, que resulta ser un fugitivo de la policía que se esconde allí. Para cuando sale del orfanato años después vemos es Totó un que derrocha ingenuidad y amabilidad, saludando a todo el mundo por la calle, y tras ‘tropezar’ con un vagabundo que le cae en gracia su maletín va a parar al descampado de los homeless. Un micro mundo en el que cae Totó donde los rayos de sol celestiales que se filtran entre las nubes en medio de un duro invierno son un regalo de Dios, un simple atardecer se convierte en un espectáculo, el agua en un motivo de alborozo festivo sin igual. Donde el ingenio está al servicio de causas nobles, como el poner a las calles de la ciudad de los pobres el nombre de multiplicaciones (ej.: 3x3=9), donde la gente se anima porque un ‘futurólogo low cost” les adule por su personalidad y físico (ello repitiendo a todos lo mismo), donde los romances se producen con solo una mirada. Donde un publicista contrata mendigos para que digan "El chocolate Fano es el mejor", pero uno es tartamudo y no puede, para conformar al gusto de todos las calles mueven las chabolas cual mesa, donde el ganador de un pollo frito no se cree su suerte, y termina comiéndoselo ante todos con la hambrienta mirada de los chabolistas, donde un enclenque vendedor de globos es elevado por los mismos, y deben hacer se coma un bocadillo para hacer peso, donde un niño hace de timbre con un cordel para anunciar visitas.

Con la entrada en escena de la Paloma de los Deseos la Ciudad de los pobres acoge un tono entre surrealista y absurdo, donde prima entre los vagabundos el materialismo, quizás podría haber ido por aquí la historia, de cómo el ser humano siempre tira al monte del materialismo. Pero ante de que los echen si aúnan esfuerzos con los paraguas y al final con las escobas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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