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Voto de TOM REGAN:
6
6,0
5.787
Comedia. Drama
La estrella del mundo del espectáculo Vince Chase (Adrian Grenier), para mantener los pies en el suelo con el éxito que tiene, decide llevarse a sus amigos de toda la vida a que le acompañen en su vida en Hollywood. Eric (Kevin Connolly), Drama (Kevin Dillon) y Turtle (Jerry Ferrara) acompañan a Vince en su carrera, guiada por el agente Ari Gold (Jeremy Piven), mientras ven la exagerada, excéntrica y despiadada vida de la meca del cine. (FILMAFFINITY) [+]
21 de enero de 2016
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
10/10(11/01/16) Para los seguidores de la producción de culto (entre los que me cuento) esperado film continuación de la serie, me deja la sensación de volver a juntarme con un viejo amigo al que no veo en años, en donde yo he madurado pero él sigue estancado en su inmadurez, donde sigue haciendo los mismos chistes y lo que queda patente es la grieta que se ha abierto entre los dos. Con lo dicho es una cinta que me ha entretenido, ha sido un grato reencuentro, me ha sido un chute vitalista, volver a lugares y situaciones que me ha retrotraído a años a… pero a una película le pido algo más que un producto televisivo, los 96 episodios de sus ocho temporadas (2004-2011), exprimieron el tema de la crítica paródica al Hollywood moderno a su superficial y henchida portada de glamur, tanto que en las últimas temporadas caían irremediablemente en aquello contra lo que tanto arremetían, se convirtieron en una parodia de sí misma agotándose de tanto sacudirla, donde lo más estimable eran los arranques furibundos de verborrea ácida caustica que expelía Ari Gold. Así que con el tiempo transcurrido esperaba algo más fresco y original, cierta introspección, algún elemento catárquico, y no, con lo que me hayo es con un episodio alargado, una capítulo triple, donde lo más reseñable es su tsunami de cameos.
Como la serie, seguimos a cuatro amigos de Queens (Nueva York) de toda la vida, Vincent Chase (Adrian Grenier), tuvo éxito como actor y marchó a Hollywood, allí le acompañaron su hermano Johnnny “Drama” (Kevin Dillon), aspirante a actor, Eric (Kevin Connolly), que hará de su asistente, y “Tortuga” (Jerry Ferrara), que será su chófer. Cuatro años después, Vincent Chase (Adrian Grenier), tras un divorcio express, se encuentra inmerso en su primer trabajo de dirección con él de protagonista, “Hyde”, una superproducción de 100 millones $, tiene a su hermano de actor de reparto, su ex agente Ari Gold (Jeremy Piven) es ahora jefe de un gran estudio de cine, el que produce el film de Vince, el problema surge cuando el actor y novel realizador necesita 15 millones $ para acabar el film, entonces tendrán que enfrentarse a uno de los que ponen la plata, un magnate texano, Larsen McCredle (Billy Bob Thornton), que pone a dar el visto bueno a su caprichoso hijo, Travis (Haley Joel Osment). Eric está separado amistosamente de Sloan (Emmanuelle Chriqui), aunque esta está embarazada de él. “Tortuga” está prendado de la luchadora de UFC Ronda Rousey (ella misma).
Escrita y dirigida por su creador Doug Ellin, en la raíz de la serie estaba hacer una un programa seguimiento a Mark Wahlberg y su séquito de amigos en su ascenso por el océano de rapiñas en Hollywood, la idea se deshecho a favor de una serie de televisión que produciría la HBO, conservando la idea matriz, la odisea de joven actor que viaja de Nueva York al Hollywood actual, lo hace con sus amigos de toda la vida de su barrio, esto le hará mantener los pies en el suelo sobre sus orígenes, conviviendo todo el grupo con los excesos de un Universo rebosante de bacanales hedonistas que envidiaría el propia Nerón.
No entiendo a la gente que dice que la serie cierra las tramas que el último episodio dejó abiertas, yo al terminar el film las encuentro tan cerradas como la serie, o tan abiertas, el film es solo un punto y seguido sin más, como he dicho solo un buen capítulo de hora y media. Un episodio con un gran ritmo, con buenos momentos de humor, con muchas tías (perdón, mujeres) guapas en paños menores (cuando no quitados), con mucho lujo, con fiestas desmadradas, sexo, alcohol, drogas, mansiones impresionantes, cochazos, sobre todo desprendiendo un buen rollo y un tremendo compañerismo, y camaradería que me deja envidioso (malsanamente) de no ser el quinto del séquito. Cinta superficial, sí, pero cuando acaba no puedes por un rato dejar de esbozar una sonrisa por lo bien que te los has pasado en este sarao vacuo. La trama es solo un McGuffin para seguir montados en esta larga fiesta de fin de curso, no tiene más pretensión que hacerte pasar un rato ameno con unos amigos de toda la vida, probablemente no aguantarías sus tonterías otro día, pero un rato sí que lo agradeces para evadirte de tu ordinario mundo.
Una especie de cuento de hadas, fábula fachosa, con diálogos rápidos, mordaces, irónicos, repleto de humor sarcástico, con constantes guiños a la serie. Esto ya desde su icónico arranque, homenaje a la cabecera de la serie con el tema “Superhero” de Jane’s Addiction, con los cuatro colegas entrando en el coche descapotable (símbolo de libertad) en el plano cenital, y ya ha enganchado a cualquier fan de la serie. Mantiene el tono cínico hacia al circo hollywoodiense, se burla con saña de los caprichos de los productores, la pomposidad de los actores, su petulancia y narcisismo, aunque lo hace de un modo liviano, sin mínima capacidad de profundidad, ello con un puntito socarrón de misoginia, de machismo, de algún momento políticamente incorrecto (en esto el amo y señor es el gran Ari).
Doug Ellin al igual que en la serie deja su huella con la trepidante cadencia rítmica, siempre están pasando cosas, siempre llena sus secuencias de algo llamativo, con una puesta en escena atractiva, con un diseño de producción de Chase Harlan (“Empire” o “Ballers”) moviéndonos por lugares hermosos, mansiones lujosas, grandes despachos, fiestas formidables junto al mar, ello con una fotografía de Steven Fierberg (“Buscarse la vida en América” o “The affair”) de marcado tinte hiperlunimoso de emisión optimista de la vida, lo hace con planos-secuencia sugestivos, y como no adornado por una música que resulta todo un chute de alegría, una galería de temas que envuelven la acción en un chispeante tono naif, varios de Rich Skillz, de Snoop Dog, de Johnny Cash, de Pharrell Williams, de Who, de Kool And The Gang, y hasta de los Rolling Stones. (sigue en spoiler)
Como la serie, seguimos a cuatro amigos de Queens (Nueva York) de toda la vida, Vincent Chase (Adrian Grenier), tuvo éxito como actor y marchó a Hollywood, allí le acompañaron su hermano Johnnny “Drama” (Kevin Dillon), aspirante a actor, Eric (Kevin Connolly), que hará de su asistente, y “Tortuga” (Jerry Ferrara), que será su chófer. Cuatro años después, Vincent Chase (Adrian Grenier), tras un divorcio express, se encuentra inmerso en su primer trabajo de dirección con él de protagonista, “Hyde”, una superproducción de 100 millones $, tiene a su hermano de actor de reparto, su ex agente Ari Gold (Jeremy Piven) es ahora jefe de un gran estudio de cine, el que produce el film de Vince, el problema surge cuando el actor y novel realizador necesita 15 millones $ para acabar el film, entonces tendrán que enfrentarse a uno de los que ponen la plata, un magnate texano, Larsen McCredle (Billy Bob Thornton), que pone a dar el visto bueno a su caprichoso hijo, Travis (Haley Joel Osment). Eric está separado amistosamente de Sloan (Emmanuelle Chriqui), aunque esta está embarazada de él. “Tortuga” está prendado de la luchadora de UFC Ronda Rousey (ella misma).
Escrita y dirigida por su creador Doug Ellin, en la raíz de la serie estaba hacer una un programa seguimiento a Mark Wahlberg y su séquito de amigos en su ascenso por el océano de rapiñas en Hollywood, la idea se deshecho a favor de una serie de televisión que produciría la HBO, conservando la idea matriz, la odisea de joven actor que viaja de Nueva York al Hollywood actual, lo hace con sus amigos de toda la vida de su barrio, esto le hará mantener los pies en el suelo sobre sus orígenes, conviviendo todo el grupo con los excesos de un Universo rebosante de bacanales hedonistas que envidiaría el propia Nerón.
No entiendo a la gente que dice que la serie cierra las tramas que el último episodio dejó abiertas, yo al terminar el film las encuentro tan cerradas como la serie, o tan abiertas, el film es solo un punto y seguido sin más, como he dicho solo un buen capítulo de hora y media. Un episodio con un gran ritmo, con buenos momentos de humor, con muchas tías (perdón, mujeres) guapas en paños menores (cuando no quitados), con mucho lujo, con fiestas desmadradas, sexo, alcohol, drogas, mansiones impresionantes, cochazos, sobre todo desprendiendo un buen rollo y un tremendo compañerismo, y camaradería que me deja envidioso (malsanamente) de no ser el quinto del séquito. Cinta superficial, sí, pero cuando acaba no puedes por un rato dejar de esbozar una sonrisa por lo bien que te los has pasado en este sarao vacuo. La trama es solo un McGuffin para seguir montados en esta larga fiesta de fin de curso, no tiene más pretensión que hacerte pasar un rato ameno con unos amigos de toda la vida, probablemente no aguantarías sus tonterías otro día, pero un rato sí que lo agradeces para evadirte de tu ordinario mundo.
Una especie de cuento de hadas, fábula fachosa, con diálogos rápidos, mordaces, irónicos, repleto de humor sarcástico, con constantes guiños a la serie. Esto ya desde su icónico arranque, homenaje a la cabecera de la serie con el tema “Superhero” de Jane’s Addiction, con los cuatro colegas entrando en el coche descapotable (símbolo de libertad) en el plano cenital, y ya ha enganchado a cualquier fan de la serie. Mantiene el tono cínico hacia al circo hollywoodiense, se burla con saña de los caprichos de los productores, la pomposidad de los actores, su petulancia y narcisismo, aunque lo hace de un modo liviano, sin mínima capacidad de profundidad, ello con un puntito socarrón de misoginia, de machismo, de algún momento políticamente incorrecto (en esto el amo y señor es el gran Ari).
Doug Ellin al igual que en la serie deja su huella con la trepidante cadencia rítmica, siempre están pasando cosas, siempre llena sus secuencias de algo llamativo, con una puesta en escena atractiva, con un diseño de producción de Chase Harlan (“Empire” o “Ballers”) moviéndonos por lugares hermosos, mansiones lujosas, grandes despachos, fiestas formidables junto al mar, ello con una fotografía de Steven Fierberg (“Buscarse la vida en América” o “The affair”) de marcado tinte hiperlunimoso de emisión optimista de la vida, lo hace con planos-secuencia sugestivos, y como no adornado por una música que resulta todo un chute de alegría, una galería de temas que envuelven la acción en un chispeante tono naif, varios de Rich Skillz, de Snoop Dog, de Johnny Cash, de Pharrell Williams, de Who, de Kool And The Gang, y hasta de los Rolling Stones. (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Entiendo en que es complicado que alguien que no haya degustado la serie puede entrar en esta “fiesta” y entender las bromas, yo lo entiendo como un film-club en que los no socios se encontraran fuera de lugar, este es uno de sus efectos. Doug Ellin en vez de arriesgar con hacer algo mínimamente distinto, innovar en algo, ahondar en algún personaje, quedan en caricaturas de sí mismos, ni una pizca de humanización, es la idealización de su microcosmos lo que prima, ha preferido darnos más de lo mismo, sin tener en cuenta el formato cine, ideas para el final de cualquier temporada, navegando por rutas ya surcadas, valentía cero, pero al mismo tiempo el espectador saldrá satisfecho, pero sin dejarle marca, ni algo perdurable, quedando en un buen rato, con personajes fatuos y divertidos a la vez, un placebo inofensivo. Qué más da que nadie se crea que el nihilista y despreocupado Vince pueda dirigir un film, nunca mostró el más escaso interés por hacerlo, no tiene carisma para hacerlo, pero este es solo una broma envuelta en un papel precioso.
En cuestión de actuaciones, como en la serie el amo de la función es un Jeremy Piven, el alma de la serie, el pegamento que une a todos los personajes, una fuerza desatada de la naturaleza, su lengua viperina nos hace desear que tuviera aún más peso en la trama, una actor racial, impetuosos, enérgico, una interpretación que le valió tres Emmy y un Globo de Oro. De los cuatro amiguetes, destaca el carismático Kevin Dillon, con una tremenda vis cómica, un tipo entrañable en su patetismo. Kevin Connolly queda un poco confuso en su ahora personalidad mujeriega, no propia del personaje visto en la serie, queda un tanto disperso. Jerry Ferrara se le ha dado una subtrama bastante ramplona teniendo que enamorar a una experta en lucha extrema. Adrian Grenier como siempre el más flojito, cuasi-etéreo en su despreocupación, inverosímil verlo de director, se le ve flotar en la pantalla, nada parece afectarle. Haley Joel Osment resulta divertido en su rol de niño crecidito caprichoso. Billy Bob Thornton es una presencia poderosa, pero escasa. Del resto ni fú ni fa.
Si por algo se distinguió la serie es por su torbellino de cameos haciendo de sí mismos, el film no podía ser una excepción, los más importantes: Liam Neeson, Jon Favreau, Kelsey Grammer, Mark Wahlberg, Jessica Alba, Martin Landau, Armie Hammer, Jessica Alba, Pharrell Williams, Bob Saget, el quarterback de los Patriots de Nueva Inglaterra, Tom Brady, o su homólogo en Los Halcones Marinos, Russell Wilson, que se enfrentaron en la Super Bowl de ese año, Greg Louganis, Andrew dice Clay, Mike Tyson, Ed O’Neill, Warren Buffett,George Takei, David Faustino, o Common.
Spoiler:
Momentos recordables: Su potente arranque con la fiesta de divorcio de Vince en un lujoso yate en medio del mediterráneo cerca de Ibiza; La fiesta-bacanal en la mansión de Vince; La aparición de un delirante Billy Walsh (Rhys Coiro) en la fiesta, sin camiseta y con el gran tatuaje en la espalda de Vince haciendo de Pablo Escobar; La reunión de Eric con sus dos amantes del día anterior; Como la “caga” Tortuga en la cita con Ronda por culpa de los consejos de Drama; El video viral de Drama, y como la gente por la calle le va reconociendo y riéndose de él; La irrupción de Ari en la reunión en la mansión de Larsen; El gran momento de este capítulo especial, cuando el perdedor Drama es premiado con el Globo de Oro y escuchamos su clásico grito de guerra, VICTORIA!; El regalo para los que aguantan lo créditos finales, con la boda gay-judía de Lloyd en casa de Ari, es su casa y la boda debe ser judía, aunque sea gay, con el autoguiño con la idea de Billy Walsh de hacer una serie sobre la vida de los cuatro amigos.
En conjunto, como he leído es como pasar un rato en la Mansión Playboy, lo pasas pipa, aunque sabes a lo que vas, la hondura dramática se deja fuera, esto es solo diversión escapista. Fuerza y honor!!!
En cuestión de actuaciones, como en la serie el amo de la función es un Jeremy Piven, el alma de la serie, el pegamento que une a todos los personajes, una fuerza desatada de la naturaleza, su lengua viperina nos hace desear que tuviera aún más peso en la trama, una actor racial, impetuosos, enérgico, una interpretación que le valió tres Emmy y un Globo de Oro. De los cuatro amiguetes, destaca el carismático Kevin Dillon, con una tremenda vis cómica, un tipo entrañable en su patetismo. Kevin Connolly queda un poco confuso en su ahora personalidad mujeriega, no propia del personaje visto en la serie, queda un tanto disperso. Jerry Ferrara se le ha dado una subtrama bastante ramplona teniendo que enamorar a una experta en lucha extrema. Adrian Grenier como siempre el más flojito, cuasi-etéreo en su despreocupación, inverosímil verlo de director, se le ve flotar en la pantalla, nada parece afectarle. Haley Joel Osment resulta divertido en su rol de niño crecidito caprichoso. Billy Bob Thornton es una presencia poderosa, pero escasa. Del resto ni fú ni fa.
Si por algo se distinguió la serie es por su torbellino de cameos haciendo de sí mismos, el film no podía ser una excepción, los más importantes: Liam Neeson, Jon Favreau, Kelsey Grammer, Mark Wahlberg, Jessica Alba, Martin Landau, Armie Hammer, Jessica Alba, Pharrell Williams, Bob Saget, el quarterback de los Patriots de Nueva Inglaterra, Tom Brady, o su homólogo en Los Halcones Marinos, Russell Wilson, que se enfrentaron en la Super Bowl de ese año, Greg Louganis, Andrew dice Clay, Mike Tyson, Ed O’Neill, Warren Buffett,George Takei, David Faustino, o Common.
Spoiler:
Momentos recordables: Su potente arranque con la fiesta de divorcio de Vince en un lujoso yate en medio del mediterráneo cerca de Ibiza; La fiesta-bacanal en la mansión de Vince; La aparición de un delirante Billy Walsh (Rhys Coiro) en la fiesta, sin camiseta y con el gran tatuaje en la espalda de Vince haciendo de Pablo Escobar; La reunión de Eric con sus dos amantes del día anterior; Como la “caga” Tortuga en la cita con Ronda por culpa de los consejos de Drama; El video viral de Drama, y como la gente por la calle le va reconociendo y riéndose de él; La irrupción de Ari en la reunión en la mansión de Larsen; El gran momento de este capítulo especial, cuando el perdedor Drama es premiado con el Globo de Oro y escuchamos su clásico grito de guerra, VICTORIA!; El regalo para los que aguantan lo créditos finales, con la boda gay-judía de Lloyd en casa de Ari, es su casa y la boda debe ser judía, aunque sea gay, con el autoguiño con la idea de Billy Walsh de hacer una serie sobre la vida de los cuatro amigos.
En conjunto, como he leído es como pasar un rato en la Mansión Playboy, lo pasas pipa, aunque sabes a lo que vas, la hondura dramática se deja fuera, esto es solo diversión escapista. Fuerza y honor!!!