411/04(04/12/21) Uno de los hitos del trio de creadores comediantes de Wisconsin (los hermanos) David y Jerry Zucker y Jim Abrahams (conocidos colectivamente ZAZ), donde en apenas 90 minutos realizan un despliegue de gags de todo tipo y color alucinante, donde su estilo de atropellarte con una acumulación de situaciones risibles es colosal. Se agarran a ser parodia de los musicales protagonizados por Elvis Presley mezclado con las películas de espías de la época de la Segunda Guerra Mundial. Con un hilo argumental que le da para atacar a los totalitarismos, emparentando al régimen comunista de la antigua República Democrática (este apelativo sí que es un gran chiste) Alemana con la Alemania nazi en su iconografía de trajes militares y decoraciones (el periódico que lee el representante de Nick en el tren de camino a la RDA, "The Royal Opressor"). Todo un carrusel de momentos solaces, combinado el estilo caótico de los ZAZ, que seguro haría las delicias de Groucho Marx, un tsunami sin fin de gags más o menos encajados (unos mejor que otros), el provocarte las risas por saturación, donde no importa si uno de los gags no tiene igual fortuna, pues no habrá respiro y llegará el siguiente, y si no el que le continua, en un efecto bola de nieve que siempre consigue sacarte sonrisa, mezclando todo tipo de métodos, desde la sátira política (esas atletas alemanas encarnadas por fornidos hombres [el dopaje comunista con hormonas masculinas que provocó cambios de sexo], con el posterior himno; con incluso ataque a la cultura de las armas USA con ese tema musical a lo Beach Boys del inicio con surferos con escopetas; o cuando comentan de impedir que un actor pueda llegar a la presidencia germano-oriental, cuando era POTUS Ronald Reagan), los dobles sentidos (el representante de Nick yendo a visitarlo a prisión y le dice triste que lo ha intentado todo, la ONU, el gobierno, pero... su mujer no llega al orgasmo [¿?]), las bromas sexuales (algo más adultas de lo que nos tenían acostumbrados, con gags sodomitas con ese aparato sexual y con ese toro encelado, o con ese carnero mamando; o ese número de ballet clásico ‘Cascanueces’, con los bailarines bastante ‘contentos’), el surrealismo (El mapa de la llegada Nick a Alemania que se convierte en comecocos; ese cuadro que pinta Nick desde su vagón de tren; esa granada que un valiente tapa con su cuerpo con la posterior consecuencia; esa escena en la librería sueca; ese túnel que había hecho el científico; ahuyentando bicis cual si fueran caballos; el soldado al caer de una torre se rompe cual figura de porcelana; esa pelea clímax bajo el agua,...), el absurdo (el plan sobre la tierra de entrada a rescatar al profesor de prisión que acaba en una maqueta con tren circulando), el slapstick, los juegos de palabras, el running-gag, la parodia de las escenas bélicas (ejemplo la secuencia del asedio alemán a la resistencia [sacada de la resistencia francesa], con ese juego que dan las ventanas y su rotura de cristales, el negro con el cañón, el ametrallamiento indiscriminado que cuando vemos las consecuencias son épicas,...), la sátira de la cultura pop (guiños a películas como a “El Lago azul” [el flash-back de los náufragos], “La Gran evasión” [Nick con la moto de Steve McQueen], “Casablanca” [con diálogos calcados y escena final similar], "En busca del Arca Perdida" [la pelea por el camión], “El Mago de Oz” [Adiós Espantapájaros!]; Una marquesina anuncia a Nick y en segundo lugar Stevie Wonder, Linda Ronstadt...y si da el tiempo Frank Sinatra [menudo ataque a ‘La Voz’]), el humor negro (cuando es flagelado un personaje delira sobre que no encuentra la clase en el instituto sufriendo con ello, despierta y se alegra de que solo está siendo latigado), esa persona en tacatá para llegar al teléfono para salvar una vida), el racismo (con ese negro de la resistencia prototipo del orangután), bromas en su segundo plano (en la escena musical en la cafetería hay bailarines que volean a sus partenaires siendo claramente peleles), los escatológicos (esa caca de perro), juegos de perspectiva visual (la estación de tren móvil, el teléfono que suena en primer plano, las botas sueltas, ...), y más en este akelarre sin fin, donde no hay tiempo para el aburrimiento, una fiesta del humor, que solo pretende desde la superficialidad hacerte pasar un rato divertido y ameno, el cine como pasatiempo.

Cuenta la historia de Nick Rivers (Kilmer), un cantante de rock (cuyas canciones suenan sospechosamente parecidas a las de Elvis Presley, The Beach Boys y Little Richard), que va a Alemania Oriental para participar en un festival cultural (curiosamente Alemania Oriental todavía parece estar controlada por los nazis y bajo ataque de la Resistencia francesa). Mientras tanto, Rivers se pone en contacto con la Resistencia y ayuda a la bella Hillary Flammond (Lucy Gutteridge) en el rescate de su padre (Michael Gough), un brillante científico que está en manos de los alemanes y al que obligan a construir la mortal mina Polaris.