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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Acción. Drama. Thriller Los hermanos MacManus viven escondidos junto a su padre, Il Duce, en los tranquilos valles de Irlanda, alejados de su antigua vida como vigilantes. Un día se enteran del asesinato de un amigo sacerdote católico a manos de la mafia en Boston. Los dos hermanos regresarán entonces para hacerle justicia. (FILMAFFINITY)
29 de abril de 2013
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
64/07(06/04/13) Esperaba mucho más después del agradable recuerdo de la primera parte, esta segunda parte de la cinta de culto de Troy Duffy, un realizador-guionista que hizo su debut con la primera entrega y desde entonces nada, diez años después desempolva a los hermanos MacManus de su retiro para volver introducirlos en una trama sangrienta en Bostón. Arranca con el asesinato en Bostón de un sacerdote, la policía cree que sigue el mismo patrón que los asesinatos acaecidos en la ciudad 10 años atrás por dos hermanos vengadores. Entonces la acción se desplaza a una granja irlandesa allí viven en tranquilidad los hermanos McManus, Connor (Sean Patrick Flanery) y Murphy (Norman Reedus), con su padre, Noe (Billy Connoly) crían cerdos, les llega la noticia del asesinato lo que les remueve la conciencia, deciden volver a Bostón, aunque en el país americano están en busca y captura por los hechos de la primera parte, se montan de incógnito en un barco de carga hacia Bostón, allí conocen a un dicharachero Romeo (Clifton Collins jr.), que los reconoce y se une a ellos, en la urbe comienza a investigar quien está detrás del homicidio, el FBI está tras ellos con la inteligente y bella agente Eunice Bloom (Julie Benz) tras sus pasos. La cinta es un autoplagio bastardo de la anterior, Duffy no se ha calentado mucho la cabeza, si no tienes algo nuevo que contar, cuenta lo mismo a ver si cuela. En esta prima aúna más la comedia sobre la acción, cambian actores y nombres pero no las personalidades, el testigo dejado por el chistoso David Della Rocco (muerto en la primera pero con cameo en esta) es recogido aquí por chicano Clifton Collins, lo hace muy pasado de vueltas, muy sobreactuado, el único momento que salvaría de su histriónico rol es cuando a un rehén le pide le dé un divertido latiguillo para después de matar a alguien, el resto de su papel va de lo inane a lo hastioso, el agente del FBI Paul Smecker, que era lo mejor de la primera, fue interpretado por un delirante Willem Dafoe (también hace un cameo), su carisma empapaba cada fotograma, aquí el género cambia a femenino con la sensual Julie Benz, pero la personalidad es similar, incluso posee la misma capacidad de Paul de visualizar la recreación de la escena de un tiroteo, reseñable el cameo de un Peter Fonda complicado de reconocer. Estos elementos contribuyen a una nula originalidad y una sensación de copia torticera de la primera. Los personajes son aún más caricaturescos, los tiroteos son aún más surrealistas, los diálogos son muy pobres, con reflexiones que van de lo machista a lo fascista, las situaciones aún más absurdas, esto contribuye a un film plano, flash-backs penosos e innecesarios, eso sí con un buen ritmo que ayuda a no te aburras, y se agradece no nos metan un chirriante romance. Y es que para disfrutarla debes poner el piloto automático, desconectar de la realidad para imbuirte en un ambiente pulp-comicquero donde el humor negro prima sobre los esperpénticos baleos, con escenas de acción a cámara lenta para resaltar su inane importancia y nulo calado emocional. Lo mejor es que no me he aburrido, aunque ya me cuesta recordarla. El resultado final es una secuela prescindible, nada aporta, nada te deja en la retina. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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