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Voto de TOM REGAN:
8
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Bélico
Coproducción Surcoreana y estadounidense sobre la II Guerra Mundial, en concreto sobre la invasion de Normandía. (FILMAFFINITY)
12 de abril de 2022
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115/12/08/04/22) Film bélico a reivindicar producida, coescrita y dirigida por Kang Je-gyu (tras siete años sin dirigir cine), una superproducción surcoreana, la de más presupuesto hasta entonces con 24 millones de dólares, dinero que brilla especialmente en sus atronadoras escenas bélicas, una miscelánea abracadabrante de efectos especiales coordinados por Do-ahn Jung (“El bueno, el malo y el raro”), edición de Gok-ji Park (“Shiri”), fotografía Mo-gae Lee (“El bueno, el malo y el raro”), con tomas a mano que nos hacen sentir el ardor en primera persona, y coreografía espectaculares, que te hacen sentir el caos y confusión dela situación. Compite con los mejores films del género, llámense “Salvar al soldado Ryan” o “Banderas de nuestros padres”, lástima que prácticamente pasará sin pena ni gloria por el panorama mundial cinéfilo, absolutamente fascinantes en su poderío sensorial que te arrastra, tanto que parece que la metralla te roza, un formidable recorrido en modo odisea de dos desventurados soldados asiáticos que son vapuleados bélicamente desde batallas en la frontera mongola, gulags soviéticos, la Batalla de Dedovsk, hasta desembocar en las playas de Normandía el Dia-D, ello con un corazón central en la disfuncional amistad entre un coreano y un japonés (protagonizada por unos correctos Jang Dong-gun y Joe Odagiri, aunque les falta garra), dos deportistas maratonianos que son arrastrados a ser enemigos, y que por azar sufren toda una travesía por Asia y Europa durante la WWII, transformando sus iniciales creencias prejuicios, en lo que es una loa a la amistad, al valor, y al espíritu de resistencia humano.
Historia basada en la historia de un coreano llamado Yang Kyoungjong (Jang Dong-gun) que supuestamente fue capturado por los estadounidenses el Día-D, reclutado en el Ejército Imperial Japonés, el Ejército Rojo y la Wehrmacht. Este escenario tiene una base en un hecho histórico, como muestra una foto de archivo, un coreano capturado con un uniforme alemán durante la acción en las playas de Normandía. Todo lo demás en “My Way” es pura ficción. Kang recibió por primera vez el guión original del escritor Kim Byung-in (también conocido como Justin Kim) el título provisional Día D en 2007 y luego, después de ver un documental coreano sobre el tema, decidió convertir el guión en una película en 2008.
La historia central puede ser simple, pero efectiva en mostrar los valores de los en principio antagonistas, peca de forzar en demasía el componente deux machine azarístico, juega en exceso con el clímax del último segundo, tiene giros un tanto metidos con fórceps. Pero todo esto es compensado con una agilidad narrativa sensacional, con una estética epidérmica. Con una evolución que alterna con inteligencia la acción y lo intimista para hacer ver la metamorfosis de los protagonistas a fuerza golpes y enfrentamientos.
La primera media hora presenta a Tatsuo Hasegawa (Joe Odagiri) y Kim Jun-shik (Jang Dong-gun) cuando eran niños durante los años de la ocupación japonesa de la península de Corea. El primero es nieto del gobernador militar, el segundo el hijo de un sirviente en la casa del gobernador, a ambos les encanta correr y compiten en su primera reunión. Pronto son competidores representando a sus naciones, intercambiando victorias y derrotas. Pero los japoneses excluyen a los coreanos de las pruebas olímpicas, lo que lleva a un episodio catárquico que les hace enemigos.
Es el año 1928 en Gyeong-seong (actual Seúl), Corea. El joven Kim Jun-shik (Shin Sang-yeob), su padre (Chun Ho-jin) y su hermana Eun-soo (Lee Yeon-hee) trabajan en la granja de la familia Hasegawa (Shiro Sano, Kumi Nakamura) en el territorio ocupado por los japoneses de Corea. Tanto Jun-shik como el joven Tatsuo Hasegawa (Sung Yu-bin) están interesados en postularse. Cuando son adolescentes (Do Ji-han , Yukichi Kobayashi), se han convertido en feroces competidores. El abuelo de Tatsuo (Isao Natsuyagi) muere en un atentado con bomba perpetrado por un luchador por la libertad de Corea y un corredor coreano, Sohn Kee-chung (Yoon Hee-won), luego gana una carrera de maratón contra competidores japoneses, lo que inflama aún más las tensiones entre Corea y Japón. En mayo de 1938, Jun-shik (Jang Dong-gun) está trabajando como conductor de rickshaw. A los coreanos se les ha prohibido participar en eventos deportivos, y Tatsuo (Joe Odagiri), ahora un feroz nacionalista japonés, ha jurado que un coreano nunca volverá a ganar una carrera. Ha sido aceptado por una facultad de medicina en Berlín, pero Tatsuo decide quedarse en Corea para correr en las pruebas de todo Japón para el maratón. Sohn respalda en secreto a Jun-shik, quien gana la carrera, pero Tatsuo recibe la medalla cuando Jun-shik es descalificado por presuntamente hacer trampa. Se produce un motín de espectadores coreanos y, como castigo, los que comenzaron el motín son reclutados por la fuerza en el ejército japonés, incluidos Jun-shik y su amigo Lee Jong-dae (Kim In-kwon), quien está enamorado de Eun-soo. En julio de 1939, se encuentran, junto con otros 100 coreanos, en la batalla de Nomonhan, en la frontera con Mongolia, donde una francotiradora china, Shirai (Fan Bingbing), vengando la muerte de su familia a manos de los japoneses, es capturada.
Tiene una primera media hora excelente como condensar y sintetizar la rivalidad de los némesis, en como mostrar la opresión del invasor japonés en Corea, en como exhibir sus códigos morales ancestrales, esto ejemplificado cuando un oficial nipón es conminado a hacerse el seppuku (brutal). Hasta que tenemos la primera escena bélica con el asedio de una francotiradora china que busca venganza, filmado esto con un pulso de violencia cruento, tenemos el ataque de los cazas soviéticos contra los que se escapan, con la ‘sniper’ haciendo de las suyas, en una secuencia impactante, para desembocar todo en la primer Batalla propiamente,... (sigo en spoiler)
Historia basada en la historia de un coreano llamado Yang Kyoungjong (Jang Dong-gun) que supuestamente fue capturado por los estadounidenses el Día-D, reclutado en el Ejército Imperial Japonés, el Ejército Rojo y la Wehrmacht. Este escenario tiene una base en un hecho histórico, como muestra una foto de archivo, un coreano capturado con un uniforme alemán durante la acción en las playas de Normandía. Todo lo demás en “My Way” es pura ficción. Kang recibió por primera vez el guión original del escritor Kim Byung-in (también conocido como Justin Kim) el título provisional Día D en 2007 y luego, después de ver un documental coreano sobre el tema, decidió convertir el guión en una película en 2008.
La historia central puede ser simple, pero efectiva en mostrar los valores de los en principio antagonistas, peca de forzar en demasía el componente deux machine azarístico, juega en exceso con el clímax del último segundo, tiene giros un tanto metidos con fórceps. Pero todo esto es compensado con una agilidad narrativa sensacional, con una estética epidérmica. Con una evolución que alterna con inteligencia la acción y lo intimista para hacer ver la metamorfosis de los protagonistas a fuerza golpes y enfrentamientos.
La primera media hora presenta a Tatsuo Hasegawa (Joe Odagiri) y Kim Jun-shik (Jang Dong-gun) cuando eran niños durante los años de la ocupación japonesa de la península de Corea. El primero es nieto del gobernador militar, el segundo el hijo de un sirviente en la casa del gobernador, a ambos les encanta correr y compiten en su primera reunión. Pronto son competidores representando a sus naciones, intercambiando victorias y derrotas. Pero los japoneses excluyen a los coreanos de las pruebas olímpicas, lo que lleva a un episodio catárquico que les hace enemigos.
Es el año 1928 en Gyeong-seong (actual Seúl), Corea. El joven Kim Jun-shik (Shin Sang-yeob), su padre (Chun Ho-jin) y su hermana Eun-soo (Lee Yeon-hee) trabajan en la granja de la familia Hasegawa (Shiro Sano, Kumi Nakamura) en el territorio ocupado por los japoneses de Corea. Tanto Jun-shik como el joven Tatsuo Hasegawa (Sung Yu-bin) están interesados en postularse. Cuando son adolescentes (Do Ji-han , Yukichi Kobayashi), se han convertido en feroces competidores. El abuelo de Tatsuo (Isao Natsuyagi) muere en un atentado con bomba perpetrado por un luchador por la libertad de Corea y un corredor coreano, Sohn Kee-chung (Yoon Hee-won), luego gana una carrera de maratón contra competidores japoneses, lo que inflama aún más las tensiones entre Corea y Japón. En mayo de 1938, Jun-shik (Jang Dong-gun) está trabajando como conductor de rickshaw. A los coreanos se les ha prohibido participar en eventos deportivos, y Tatsuo (Joe Odagiri), ahora un feroz nacionalista japonés, ha jurado que un coreano nunca volverá a ganar una carrera. Ha sido aceptado por una facultad de medicina en Berlín, pero Tatsuo decide quedarse en Corea para correr en las pruebas de todo Japón para el maratón. Sohn respalda en secreto a Jun-shik, quien gana la carrera, pero Tatsuo recibe la medalla cuando Jun-shik es descalificado por presuntamente hacer trampa. Se produce un motín de espectadores coreanos y, como castigo, los que comenzaron el motín son reclutados por la fuerza en el ejército japonés, incluidos Jun-shik y su amigo Lee Jong-dae (Kim In-kwon), quien está enamorado de Eun-soo. En julio de 1939, se encuentran, junto con otros 100 coreanos, en la batalla de Nomonhan, en la frontera con Mongolia, donde una francotiradora china, Shirai (Fan Bingbing), vengando la muerte de su familia a manos de los japoneses, es capturada.
Tiene una primera media hora excelente como condensar y sintetizar la rivalidad de los némesis, en como mostrar la opresión del invasor japonés en Corea, en como exhibir sus códigos morales ancestrales, esto ejemplificado cuando un oficial nipón es conminado a hacerse el seppuku (brutal). Hasta que tenemos la primera escena bélica con el asedio de una francotiradora china que busca venganza, filmado esto con un pulso de violencia cruento, tenemos el ataque de los cazas soviéticos contra los que se escapan, con la ‘sniper’ haciendo de las suyas, en una secuencia impactante, para desembocar todo en la primer Batalla propiamente,... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
... suntuosa, el ataque de los tanques boches, como aparecen cual demonio en columnas por el horizonte y comienza la carnicería, Salvaje se queda corto, con cuerpos aplastados, gritos, sangre a borbotones, cañonazos, muertos, etc; Llegamos al tramo del Gulag, de una ambientación cutánea, con todo blanco por la nieve, se respira estar en la antesala del Averno. Aquí aparece un antiguo amigo de Jun-shik, Lee Jong-dae (Kim In-kwon, único que tiene peso como secundario y lo borda con su carácter de bonachón que debe cambiar a tipo duro para poder vivir), ahora llamado por mor de su comunión con los soviéticos en Anton, jefe del barracón de prisioneros. Ejemplo dela persona que se adapta por sobrevivir a lo que hay. Aquí es donde hay tiempo para desarrollar más los caracteres de unos y otros. Las disputas por las condiciones paupérrimas se multiplican con constantes choques, y aquí sale la verdadera personalidad de cada uno, cuando uno está al filo de la muerte. Todo desembocando en un clímax de paredón resulto de ese modo tan manido del clímax del último segundo; Y hay otra elipsis y nos lleva al frente de la Batalla de Dedovsk. Grandioso reflejo de una batalla en medio de un ciudad, un akelarre de muerte y desolación del alma humana, o des-humana, el hombre es un Caín eterno para el hombre; Tras lo que hay una huida a través de los Urales, de una épica en las imágenes de los hombres surcado las crestas de esas interminables montañas nevadas, por supuesto que es poco creíble estos puedan sobrevivir a este viaje, pero hay que darle esta licencia y dejarte lleva por las emociones; Todo para en el rush final desembocar en el Muro del Atlántico en el Día del Desembarco de Normandía, donde te ves envuelto en una vorágine endemoniada de estar al vórtice de la asfixia anímica ante el maremágnum guerreo que se nos viene encima, con bombas, explosiones pantagruélicas, cuerpos destrozados, el desembarco con las icónicas barcazas con cuerpos baleados antes de tocar la playa, con soldados quemados por lanza llamas, el Horror del Jinete de la Guerra nos empapa y nos hace sentir (al menos a mí) el temor que deben sufrir estos soldados en primera línea; En su debe que el final entre ambos resulta en exceso sentimentaloide (*spoiler). Aunque el *epílogo merece la pena en el valor del tributo al amigo y el sacrificar lo que uno desea por lo que alguien merecía.
A reseñar la bella música del compositor Lee Dong-jun (“Encontré al diablo”), con melodías epopéyicas, der resonancias celestiales en sus orquestaciones y coros que elevan las emociones. Toto con la coda de Andrea Bocelli cantando el hermoso tema "To Find My Way".
Spoiler:
Vigorosa la escena en que los soldaos presos que viajan en un tren por la helada Siberia lanzan un cuerpo muerto al vacío, sobre un infinito puente sobre un impresionante valle, colosalmente CGI.
*Ese final con los dos amigos abrazados de rodillas, con el coreano letalmente herido en medio del Día-D, mientras este le pide se haga pasar con él con su medallón para no ser preso de los americanos, demasiado azucaroasdo, adornado por como los soldados americanos los rodean como si fueran estos unos objetivos importantes, cunado la verdad es que en medio del fragor los hubieran disparados sin compasión. Aunque el epílogo en las Olimpiadas, con el japonés corriendo con el nombre de su amigo haciéndose pasar por él y que sea este quien se lleve la gloria resulta bueno.
Localizaciones de rodaje en Letonia y Corea (Hapcheon, Parque Nacional Cheongoksan en la provincia de Gangwon, Saemangeum Seawall). Los tanques soviéticos BT-5 y BT-7 en la película eran copias construidas sobre el chasis de los APC británicos FV432.
Me queda un film bélico que me ha dejado un gran sabor de boca cinéfilo, quizás porque no esperaba mucho y me ha sido por momentos extasiante. Gloria Ucrania!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2022/04/my-way.html
A reseñar la bella música del compositor Lee Dong-jun (“Encontré al diablo”), con melodías epopéyicas, der resonancias celestiales en sus orquestaciones y coros que elevan las emociones. Toto con la coda de Andrea Bocelli cantando el hermoso tema "To Find My Way".
Spoiler:
Vigorosa la escena en que los soldaos presos que viajan en un tren por la helada Siberia lanzan un cuerpo muerto al vacío, sobre un infinito puente sobre un impresionante valle, colosalmente CGI.
*Ese final con los dos amigos abrazados de rodillas, con el coreano letalmente herido en medio del Día-D, mientras este le pide se haga pasar con él con su medallón para no ser preso de los americanos, demasiado azucaroasdo, adornado por como los soldados americanos los rodean como si fueran estos unos objetivos importantes, cunado la verdad es que en medio del fragor los hubieran disparados sin compasión. Aunque el epílogo en las Olimpiadas, con el japonés corriendo con el nombre de su amigo haciéndose pasar por él y que sea este quien se lleve la gloria resulta bueno.
Localizaciones de rodaje en Letonia y Corea (Hapcheon, Parque Nacional Cheongoksan en la provincia de Gangwon, Saemangeum Seawall). Los tanques soviéticos BT-5 y BT-7 en la película eran copias construidas sobre el chasis de los APC británicos FV432.
Me queda un film bélico que me ha dejado un gran sabor de boca cinéfilo, quizás porque no esperaba mucho y me ha sido por momentos extasiante. Gloria Ucrania!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2022/04/my-way.html