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Voto de TOM REGAN:
9
8,1
49.087
Musical. Comedia. Romance
Antes de conocer a la aspirante a actriz Kathy Selden (Debbie Reynolds), el ídolo del cine mudo Don Lockwood (Gene Kelly) pensaba que lo tenía todo: fama, fortuna y éxito. Pero, cuando la conoce, se da cuenta de que ella es lo que realmente faltaba en su vida. Con el nacimiento del cine sonoro, Don quiere filmar musicales con Kathy, pero entre ambos se interpone la reina del cine mudo Lina Lamont (Jean Hagen). (FILMAFFINITY)
1 de agosto de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
172/27(26/07/12) Se cumple el 60 aniversario de su estreno y para ella mi tributo en forma de crítica, la que es sin duda el más famoso musical de la Historia del Cine, un glorioso canto a la vida, un espléndido homenaje al cine, un huracán de vitalidad, al terminar de verla no puedes más que sentir una sensación de alegría y positivismo ante la vida. En pleno auge de los musicales adaptados de Broadway la MGM se atrevió con un guión original de Adolph Green y Betty Comden, donde 13 canciones son de archivo de la MGM, y solo ‘Moses Supposes’ es original, de hecho la famosa ‘Singing …’ fue creada para un espectáculo de revista e incorporada al film musical ‘The Hollywood Revue of 1929’. Dirigido por Stanley Donen y Gene Kelly, su 2ª colaboración de las 3 que tuvieron, el escenario es el Hollywood dorado de 1927, se centra en Don Lockwood (gran Gene Kelly), estrella del cine mudo, trabaja para los Estudios Monumental, en un desternillante flash-back nos relata sus inicios en el mundo del celuloide junto a su amigo Cosmo (gran Donald O’Connor), relata una idílica ascensión mientras lo que vemos es lo contrario, lo que es un tremendo homenaje al slapstick del mudo, en sus films de aventuras románticas tiene como pareja a Lina Lamont (gran Jean Hagen), su placentera existencia se ve sacudida durante el rodaje de ‘El caballero duelista’, ‘El Cantor de Jazz’ es el primer film sonoro y un gran éxito de taquilla por lo que el mandamás de los Estudios, R. F. Simpson (buen Millard Mitchell), decide rehacer la cinta para que tenga sonido, el problema es que Lina tiene una voz de pito horrenda, entre medias Don conoce a una bailarina, Kathy Selden (buena Debby Reynolds), de la que se enamora. Esta es una obra que radiografía en tono de sátira, como mejor se dicen las verdades, el pánico que sufrió Hollywood ante lo desconocido, hubo que cambiar de modo de actuar, el histrionismo necesario para transmitir emociones del mudo hubo que trasladarlo a la voz y aquí muchos intérpretes se derrumbaron. Se cuentan anécdotas reales vividas por el productor Arthur Freed en tono humorístico, como la de la filmación de una escena y Lina se olvida una y otra vez de donde está el micrófono, acabando esta con la aparición estelar de R. F., o la de los profesores de dicción, o las previas de los estrenos acudiendo de incógnito los protagonistas, asimismo los personajes son alter egos de conocidos, el productor es una autoreferencia de Freed, o Lina que se basó en la estrella Norma Talmadge, que se colapsó en la transición al sonoro. Hay un excelente equilibrio entre el musical, la comedia, el romance y el reflejo pedagógico de una época, todo encaja como piezas de puzle, el ritmo resulta trepidante, fluye desde su magnífico inicio, parodia del estreno de una película en el Teatro Chino, un gran homenaje al slapstick del cine mudo, donde la insultante fisicidad de Gene Kelly es manejada de modo divertidísimo, luego viene su extraordinaria evolución… (continua en spoiler sin)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
… donde el ingenio de las situaciones es abrumador con un humor muy bien hilado, y por supuesto sus colosales números musicales. Gene Kelly como coreógrafo plasma en pantalla unas secuencias iconos del Cine, es una hemorragia de brillantez, una tras de otra, las canciones de Nacio Herb Brown y Arthur Freed nos regala melodías pegadizas y entusiastas, temas creados en la década de los 20 y 30. Pero si por algo ha pasado a la historia es por su colosal número musical ‘Singing In The Rain’, 4 minutos catalogados como uno de los 10 momentos más mágicos que ha parido el Cine, a Gene Kelly no le hacía gracia este momento, de hecho no estaba en el guión, y lo hizo a regañadientes por la presión del productor Freed, que ya impuso el titulo contra todos y para darle sentido tenía que meter la canción, una explosión de felicidad, Don acaba de descubrir que está enamorado y nos lo transmite con un baile entre la lluvia (agua y leche mezclada para que se viera en pantalla), sus chapoteos, sus movimientos de paraguas, su rostro, su fascinante coreografía son antológicos, el espíritu jovial y optimista se ve en esta escena, el agua te salpica con sus emociones impresas de ganas de vivir, quien diría que Gene la rodó con 39 grados de fiebre, se inspira libremente en uno cantado y bailado por Maurice Chevalier 15 años antes. Donald O´Connor demuestra ser un gran acierto, es capaz de mantener el tipo frente al Titán Kelly, impresionante número ‘Make ‘Em Laugh’ (plagio de ‘Be a Clown’ de Cole Porter), un delicioso desafío a las leyes de la gravedad, Donald demuestra unas enormes dotes para el baile y la comedia, Debbie Reynolds era una gimnasta de 18 años que tuvo que aprender a bailar y a actuar, su candidez y alegría son emitidas de forma nimia, curiosamente, en un perverso juego de espejos la realidad se da la mano de la ficción, Freed no quiso su voz y fue doblada en las canciones, en la escena en que ella en el escenario presta su voz a Lina-Jean Hagen en una canción, en realidad es la propia Jean con su timbre normal, y en el tema ‘Would You’ hace el playback Betty Noyes, que ironía. La puesta en escena es sensacional, unos decorados rebosantes de colorido, enaltecidos por la estupenda y cromática fotografía en technicolor de Harold Rosson (‘El mago de Oz’). Una escena me resulta forzada, por si sola es espectacular pero en el contexto de la obra se nota metida con calzador, es la prodigiosa de ‘Broadway Melody’, 14 minutos delirantes de vigor, ritmo, una coreografía sobresaliente, con una Cyd Charise sublime, unos decorados fantásticos, un cortometraje maravilloso, rebosante de sensualidad, pero no encaja en la trama, de hecho lo lógico era que lo protagonizara Debby Reynolds y no Cyd que no pinta nada en el desarrollo del argumento, y es que es como si hubiera que rellenar un hueco y se encontraran en un cajón esta hermosa escena, mucho tiempo gastado en una minitara. Un chute de vitalidad recomendable a TODOS. Fuerza y honor!!!