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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Animación París, 1930. Salvador Dalí y Luis Buñuel son las principales figuras del movimiento surrealista, pero Buñuel ve cómo se le cierran todas las puertas después del escandaloso estreno de "La edad de oro", su primera película. Sin embargo, su buen amigo, el escultor Ramón Acín, compra un billete de lotería con la loca promesa de que, si gana, pagará el documental que su amigo quiere rodar sobre Las Hurdes, una de las regiones más ... [+]
31 de mayo de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
150/34(30/05/20) Sugestivo acercamiento a la figura de los grandes cineastas españoles, Luis Buñuel Portolés, aunque el grueso de su filmografía la llevó a cabo en Francia y México. Una mirada en cine animación 2D (muy simple, apoyándose esta en las imperfecciones físicas asimétricas, siendo notable los juegos en que se ponen clips reales de “Las Hurdes: Tierra sin pan” para reflejar el realismo de la animación) siendo el objetivo el público adulto, centrada en la realización de su famoso documental “Las Hurdes”, y mediante este tramo de su vida ofrecer un semblante matizado del aragonés, con sus defectos y virtudes, con sus manías y genialidades, con su afán provocador y con surrealismo creativo, mostrando sus luces y sombras, egocéntrico (repudia se de valor a Dalí en sus primeros cortos) y amigable, ateo pero dando valor al catolicismo. Película española de animación, Salvador Simó dirige y guioniza (junto a Eligio R. Montero) su primer largometraje basado en el cómic homónimo dibujado por Fermín Solís. La obra fue editada en 2008 por Astiberri, originalmente en blanco y negro, y ha sido reeditada en 2019 por Reservoir Books usando la misma gama de colores de la cinta. En su momento llegó a ser nominada al Premio Nacional del Cómic, aunque finalmente recayó en Arrugas de Paco Roca. Recién salido del éxito y la controversia de los polémicos cortos "Un Chien Andalou" y "L'Age d'Or", que coescribió con el igualmente iconoclasta Salvador Dalí, la simbología anti-clerical le llevó a ser repudiado por los productores para hacer películas, y gracias a la ‘suerte’ de su amigo Ramón Acín pudo realizar un documental alentado por Eli Lotar, sobre un pueblo extremeño que se decía era el más pobre sobre la Tierra. Por supuesto Buñuel no sería hoy premio PACMA, pues durante el film decapitó gallos, mató un equino y asesino íbices. También hay que entender el contexto temporal.

En este juego de meta-cine el film indaga en varias vertientes. Está la creatividad artística frente a la realidad, si se puede prostituir la verdad en pos de un hiperrealismo ad-hoc, esto ya expuesto desde el inicio con la conversación de cafetería entre artistas, donde se habla sobre si el arte está facultado para cambiar el mundo, o si el mundo está para ser moldeado cual arte. En este apartado me falta alguna introspección sobre el proceso creativo de Buñuel, no se indaga en el, se hablan de sus inquietudes, pero no de como gusta de plasmarlas.

Se explora la amistad de Buñuel (vos de Jorge Usón) con Ramón Acín (Fernando Ramos) un pintor y escultor aragonés (ferviente militante anarquista dela CNT que se obvia en la película saltando directamente a cómo murió, sin dar un contexto), relación que parece cervantina, pues Buñuel parce un Quijote soñador que vive una realidad paralela en la que todo es manipulable a su antojo, mientras Acín es el Sancho de la voz de la cordura, el pragmático al que le duele cada real gastado (pues es el financiador), el que ve los oprobios que Buñuel con su nihilista indolencia causa, los choques entre ambos forman parte del choque entre visiones del mundo, las ansias buñuelianas de provocar emociones frente al pragmatismo de atenerse a la denuncia social de Acín. Y es que este teme que la película se convierte en un vehículo para el infinito ego de Buñuel, dejando atrás la cruda exposición de un sub mundo de desgracia. También se roza otra relación aliéntate, sobre todo al inicio, me refiero la de Buñuel con Dalí (que aparece, de hecho en una ocasión lo hace pero en subjetivo fuera de campo y apenas unos instantes), antiguos amigos en la Residencia de Estudiantes de Madrid, dejando entrever la inquina que el aragonés tenía con el de Figueras por que le habían dado más importancia al catalán en su corto “El perro andaluz” que a él, esto atomizado en el inicio cuando una pareja a la salida de “La edad de oro” le pregunta por la aportación de Dalí a este corto. Aun así en la desesperación para obtener dinero para sus proyectos toca a la puerta de Dalí, y este pasa de él, lo cual incide en la enemistad. Hay dos personajes más en el rodaje (aparte de Luis y Ramón), Pierre Unik (Luis Enrique de Tomás) y Eli Lotar (Cyril Corral), alos que no se les pressta atención, meros comparsas en la historia.

Está la colisión cultural que se da entre los snobs artistas venidos del norte de España a rodar una película sobre un mísero pueblo, se dan cita las contradicciones que al querer entrar a exhibir esta pobreza se la glamurice, se la embellezca y convirtiéndose con esto en condescendencia del turista progre que luego se va su casa a tomarse una copa de ponche. Por mucho que se nos quiera hacer ver que el equipo de rodaje les dieran unas cabras que mataron, o que se conmovía Buñuel por el abrazo de los niños huérfanos del colegio. En realidad para Luis Buñuel Las Hurdes solo era un escenario de cine, no parecía tener demasiada empatía con sus lugareños, era una visión fría, como esa que le da a una niña enferma en medio de un callejón, se acerca a ella, pero termina dejándola abandonada a su suerte, ello con una sensación de crudeza sensacional cuando estos fotogramas se cruzan con los reales rodados por Buñuel. Con este modo de hacer cine documental moldeable se entra en aquella máxima maquiavélica de si el fin justifica los medios, Buñuel responde aquí que sí, pero entonces cual es el límite?

Y está la cavilación psicoanalítica de Luis Buñuel, ello entrando en como su visión artística adulta está sembrada de sus traumas infantiles derivados de su freudiana relación con su estricto padre, con el que tenía una relación complicada, del que anhela aprobación, esto mostrado con flash-backs y ensoñaciones, febriles representaciones que navegan entre lo onírico y lo pesadillesco, estas escenas sirven como homenajes a las cintas surrealistas del director de Calanda. Segmentos llenos de simbolismos, como esas manos de niño ensangrentadas mientras toca el tambor ... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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