258/09(12/10/10) Irregular comedia que parte desde una idea que podría haber dado mucho de sí pero que se les va de las manos, se les escurre sin saber darle una buena forma, quedándonos un coctel donde se mezclan ocurrencias inteligentes, reflexiones ético-religiosas apreciables con situaciones cursis y tópicas. La historia arranca de un modo atractivo, presentándonos un mundo utópico en el cual todos dicen la verdad, aunque duela, nadie sabe lo que es mentir, hasta que un tipo normal, Mark Bellison (insulso Ricky Gervais), en un momento desesperado dice la primera mentira y entonces se da cuenta que tiene un poderoso Don, por el cual espera aliviar muchos males, incluso en este periplo inventa la religión como medio para que la gente no piense que la vida se acaba con la muerte. Uno de los más grandes fallos es que no es que sea un mundo donde todos dicen la verdad, es que es un mundo donde todos dicen lo que piensan, por que uno puede decir la verdad pero también puede callársela, lo otro es que es un universo donde nadie se enfada, todos son como robots que hablan sin pensar y no parecen pensar lo que dicen, parecen autómatas sin sentimientos, con lo que todo es bastante superficial y banal, nunca te llega a emocionar lo que les pasa a los personajes, a lo que no ayuda Gervais, un tipo sin carisma, ni personalidad, es una nulidad como actor solo comparable a la expresividad de Chuck Norris. Lo más destacable es su reflexión sobre lo que es la religión, un mero placebo para que no pensemos que la vida se acaba con la segura muerte y que si somos buenos tendremos una mansión en el más allá, es un tema que podría haberse explotado mucho más, pero como en el resto del metraje se quedan en la trivialidad. Todo sumado resulta una muy fallida comedia, con buenas ideas pero mal desarrolladas y mal protagonizada. Fuerza y honor!!!