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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Drama Un tiránico y manipulador productor de cine (Kirk Douglas), que ha caído en desgracia, pide ayuda a un director (Barry Sullivan), a una actriz (Lana Turner) y a un guionista (Dick Powell), a los que ayudó a triunfar, pero que tienen sobradas razones para detestarlo. Los tres le reprocharán su falta de escrúpulos para alcanzar el éxito sin reparar en las personas a las que traicionaba o engañaba. (FILMAFFINITY)
16 de octubre de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
175/30(29/07/12) Notable y asfixiante melodrama sobre el mundo del cine, cine dentro del cine, Vincente Minnelli nos ofrece un tríptico sobre el Hollywood dorado, el centro es el alma de los films en esta época, el productor, y de cómo tenía que intentar sacar lo mejor de cada elemento afín a la causa aunque por ello dejará ‘cadáveres’ por el camino, el primero el de su alma. El productor ejecutivo Harry Pebble (buen Walter Pidgeon), cita en su casa a la bella actriz de éxito Geoorgia Lorrison (fría Lana Turner), al aclamado director Fred Amiel (buen Barry Sullivan), y al premio Pulitzer James Lee Bartlow (buen Dick Powell), su objetivo es convencerlos para ponerse a las ordenes del despótico productor Jonathan Shields (gran Kirk Douglas), sin trabajo durante dos años, para su próximo proyecto fílmico, la primera respuesta de los tres es NO!!! A través de tres emocionantes flashbacks vemos el porqué de esta negativa, en estos tres episodios asistimos a las relaciones enfermizas que establece Shields con este trío, es un manipulador, egocéntrico, ególatra, perfeccionista, autoritario, carente de escrúpulos, los destruye si con ello logra sus objetivos de sacar lo mejor de ellos, es un Maquiavelo, vive por y para crear grandes películas, él los ha encumbrado y roto sus corazones. El guión de Charles Schnee (‘Río Rojo’) se basa en un relato breve de 1951, ‘Tribute to Bad Man’, de George Bradshaw (‘Como robar un millón y …’), y crea un fresco crudo y descarnado de este mundo, en la fama todos te adoran pero en el fracaso eres la peste, ejemplo el sensacional entierro del padre de Jonathan, este ante la ausencia de amigos ha contratado a figurantes, lo que se llaman plañideras, alegoría de la soledad del ocaso. Shields como productor es un vampiro que chupa la sangre (saca lo mejor de cada uno) de los artistas, los despoja de alma y los abandona. Los tres relatos mantienen un gran equilibrio, su ritmo es fluido, se compenetran muy bien, en lo que quizás cualquiera de ellas por si sola se hubiera quedado corta con su suma crean una obra rebosante de alma con momentos espléndidos, aún así con el primero la previsibilidad del resto merma sorpresa. La puesta en escena es de una enrome brillantez con unos estupenda dirección artística de Cedric Gibbons (‘El Mago de Oz’ o ‘Cantando bajo la lluvia’), y que en lo de decorados de interiores recuerda a la Obra Maestra ‘Ciudadano Kane’, emitiendo estos emociones sofocantes, esto ayudado por la extraordinaria fotografía en blanco y negro de Robert Surtees (‘Ben-Hur’ o ‘La última película’), sabiendo combinar los concurridos planos con unos estremecedores primeros planos. (Continua en spoiler sin)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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