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Voto de TOM REGAN:
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8,2
42.027
Comedia
José Luis, el empleado de una funeraria, proyecta emigrar a Alemania para convertirse en un buen mecánico. Su novia es hija de Amadeo, un verdugo profesional. Cuando éste los sorprende en la intimidad, los obliga a casarse. Ante la acuciante falta de medios económicos de los recién casados, Amadeo, que está a punto de jubilarse, trata de persuadir a José Luis para que solicite la plaza que él va a dejar vacante, lo que le daría derecho ... [+]
5 de noviembre de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
165/15(29/09/13) El gran Luis García Berlanga creó hace 50 años una de las mejores Obras Maestras que ha dado el Cine, y en España en particular, un Clásico imperecedero, un torpedo demoledor contra la pena de muerte con el ingenio de que la víctima sea el ejecutor, además se hace una radiografía arrolladora de la sociedad en tiempos de Franco, cuando el país intenta una apertura al mundo. Fue una coproducción con Italia, de ahí que el protagonista sea Nino Manfredi (Berlanga quería a José Luis López Vázquez), y que a los magníficos Berlanga y Azcona en el guión se les una Ennio Flaiano (‘Los Inútiles’, ‘La Dolce Vita’ o ‘Fellini 8 y Medio’). Se saltó la censura imperante, y solo tuvo que suprimir un escena en que el verdugo comprueba el garrote vil y anular el sonido del maletín con los aperos.
El escenario es la España de los años 60, José Luis Rodríguez (gran Nino Manfredi) trabaja en una funeraria que sueña con poder viajar a Alemania para hacer dinero de mecánico. Un día le toca recoger un cuerpo a la prisión, ha sido ejecutado por el garrote vil, allí conoce al verdugo, Amadeo (Grandioso Pepe Isbert), José siente rechazo hacia él, pero cuando conoce a su hija, Carmen (gran Emma Penella), se siente atraído por ella, los dos son unos repudiados sociales, él por su lúgubre empleo y ella por el macabro curro paterno, tras el embarazo de ella terminan casándose, Amadeo como funcionario tiene derecho a un piso de protección oficial pero su edad hace se tenga que jubilar y sin tener acceso a este, pero este intentará convencer a su yerno para que siga la tradición de verdugo profesional.
El COLOSAL film se apoya sobre todo en un guión impresionante, todo encaja, nada sobra, con mordaces diálogos, situaciones que conjugan la hilaridad con el patetismo más mezquino, con unas elipsis maravillosas. Desmembra con ingenio una sociedad que anula la individualidad, que te empuja, ANTOLÓGICO, primero José Luis no quiere llevar al verdugo en la furgoneta, luego no quiere llevarle el maletín, no quiere decirle a Amadeo que se va a casar con su hija, se casa porque está embarazada, no quiere ser verdugo, no quiere viajar a Mallorca y no quiere…, es un relato incisivo de cómo una persona puede llegar a perder la voluntad poco a poco. Además el guión sirve como documento histórico de una época, españoles que deseaban emigrar (José Luis a Alemania), los problemas para tener una vivienda digna, los problemas de empleo, la burocratización del estado, el enchufismo para obtener empleo, la marginación social, el turismo emergente (esto le sirve a Berlanga para exponer los contrastes entre la alegría de los turistas y la macabra historia del verdugo) y ello en un tono de humor agrio FASCINANTE. Berlanga deconstruye el ‘Sueño’ de una sociedad idílica franquista, ya lo dijo el Caudillo <Sé que Berlanga no es comunista, es algo peor… es un mal español >. Berlanga despliega su sapiencia para regalarnos un ágil y muy fluido relato plagado de planos secuencias primorosos que hacen todo nos resulte natural y realista, a esto se le suma un prodigioso uso de las elipsis temporales, un Berlanga MAGISTRAL.
Los actores están magníficos, comenzando por un grandioso Pepe Isbert, posee un carisma que es un aura, desprende una humanidad enternecedora, a pesar de su curro, derrocha naturalidad, sencillez y humor, su lenguaje corporal es maravilloso, fue su último papel en cine, falleciendo 3 años después con 80 años. Nino Manfredi encarna con de modo complejo a este José Luis que es manipulado de modo artero por todos a su alrededor, dota a su rol de angustia vital, su lenguaje gestual y mirada transmiten su tormento interior, excelente. Y Emma Penella, arrolladora, de fuerte personalidad, un torbellino que maneja a su antojo a José Luis, con un desparpajo y energía imperial emite maquiavelismo, espléndida. Además el elenco actoral destaca por la estupenda galería de intérpretes populares que aparecen, José Luis López Vázquez, María Luisa Ponte, Julia caba Alba, María Isbert, Lola Gaos, Chus Lampreave, Manuel Alexandre, Antonio Ferrandis, Alfredo Landa, José Sazatornil, Agustín González o José Luis Coll.
La puesta en escena resulta sobresaliente con una dirección artística de Luis Argüello (‘La Tía Tula’ o ‘El Año de Las Luces’), la prisión, la Iglesia, el piso, las cuevas, y creador del icónico escenario del patio blanco con la pequeña puerta, y todo esto embellecido por la fotografía del gran transalpino Tonino Delli Colli (‘El Bueno, El Feo Y El Malo’, ‘Hasta Que Llegó su Hora’ o ‘Erase Una Vez América’) que da un patinado cercano al neorrealismo italiano, dotando de veracidad a los fotogramas.
La cinta rebosa escenas soberbias que demuestran que Berlanga es quizás el mejor realizador español de la Historia. La escena en que Amadeo pilla a la parejita en ‘faena’, sublime toda ella, con el colofón de que mientras José le dice él es noble se le caen los pantalones, la de la boda, dardo envenenado contra la Iglesia y el clasismo social, hay una boda de unos ricos que tienen muy adornada la Iglesia, pues los protagonistas se casan tras ellos y los monaguillos (entre los que estaba Alfredo Landa) desmontan todo, las flores, los cojines, apagan las velas y recogen la alfombra en lo que es una delirante situación, esto basado en la boda del propio Berlanga y que le pasó algo parecido, cuando Amadeo y José van a la feria del libro a por la recomendación del escritor Corcuera con el divertido guiño cinéfilo a Bergman y Antonioni, cuando José Luis separa a unos tipos (entre ellos Agustín González) que se pelean pues se empieza por ahí y al final le toca actuar al verdugo, Amadeo midiendo a ojo la talla de cuello de José Luis, sombrío, cuando la pareja ya felices en el piso reciben el telegrama, DESCOMUNAL , de un humor ácido abrasante, y Amadeo con la esperpéntica coletilla <Ahí no he actuado yo>,… (continua en spoiler por falta de espacio)
El escenario es la España de los años 60, José Luis Rodríguez (gran Nino Manfredi) trabaja en una funeraria que sueña con poder viajar a Alemania para hacer dinero de mecánico. Un día le toca recoger un cuerpo a la prisión, ha sido ejecutado por el garrote vil, allí conoce al verdugo, Amadeo (Grandioso Pepe Isbert), José siente rechazo hacia él, pero cuando conoce a su hija, Carmen (gran Emma Penella), se siente atraído por ella, los dos son unos repudiados sociales, él por su lúgubre empleo y ella por el macabro curro paterno, tras el embarazo de ella terminan casándose, Amadeo como funcionario tiene derecho a un piso de protección oficial pero su edad hace se tenga que jubilar y sin tener acceso a este, pero este intentará convencer a su yerno para que siga la tradición de verdugo profesional.
El COLOSAL film se apoya sobre todo en un guión impresionante, todo encaja, nada sobra, con mordaces diálogos, situaciones que conjugan la hilaridad con el patetismo más mezquino, con unas elipsis maravillosas. Desmembra con ingenio una sociedad que anula la individualidad, que te empuja, ANTOLÓGICO, primero José Luis no quiere llevar al verdugo en la furgoneta, luego no quiere llevarle el maletín, no quiere decirle a Amadeo que se va a casar con su hija, se casa porque está embarazada, no quiere ser verdugo, no quiere viajar a Mallorca y no quiere…, es un relato incisivo de cómo una persona puede llegar a perder la voluntad poco a poco. Además el guión sirve como documento histórico de una época, españoles que deseaban emigrar (José Luis a Alemania), los problemas para tener una vivienda digna, los problemas de empleo, la burocratización del estado, el enchufismo para obtener empleo, la marginación social, el turismo emergente (esto le sirve a Berlanga para exponer los contrastes entre la alegría de los turistas y la macabra historia del verdugo) y ello en un tono de humor agrio FASCINANTE. Berlanga deconstruye el ‘Sueño’ de una sociedad idílica franquista, ya lo dijo el Caudillo <Sé que Berlanga no es comunista, es algo peor… es un mal español >. Berlanga despliega su sapiencia para regalarnos un ágil y muy fluido relato plagado de planos secuencias primorosos que hacen todo nos resulte natural y realista, a esto se le suma un prodigioso uso de las elipsis temporales, un Berlanga MAGISTRAL.
Los actores están magníficos, comenzando por un grandioso Pepe Isbert, posee un carisma que es un aura, desprende una humanidad enternecedora, a pesar de su curro, derrocha naturalidad, sencillez y humor, su lenguaje corporal es maravilloso, fue su último papel en cine, falleciendo 3 años después con 80 años. Nino Manfredi encarna con de modo complejo a este José Luis que es manipulado de modo artero por todos a su alrededor, dota a su rol de angustia vital, su lenguaje gestual y mirada transmiten su tormento interior, excelente. Y Emma Penella, arrolladora, de fuerte personalidad, un torbellino que maneja a su antojo a José Luis, con un desparpajo y energía imperial emite maquiavelismo, espléndida. Además el elenco actoral destaca por la estupenda galería de intérpretes populares que aparecen, José Luis López Vázquez, María Luisa Ponte, Julia caba Alba, María Isbert, Lola Gaos, Chus Lampreave, Manuel Alexandre, Antonio Ferrandis, Alfredo Landa, José Sazatornil, Agustín González o José Luis Coll.
La puesta en escena resulta sobresaliente con una dirección artística de Luis Argüello (‘La Tía Tula’ o ‘El Año de Las Luces’), la prisión, la Iglesia, el piso, las cuevas, y creador del icónico escenario del patio blanco con la pequeña puerta, y todo esto embellecido por la fotografía del gran transalpino Tonino Delli Colli (‘El Bueno, El Feo Y El Malo’, ‘Hasta Que Llegó su Hora’ o ‘Erase Una Vez América’) que da un patinado cercano al neorrealismo italiano, dotando de veracidad a los fotogramas.
La cinta rebosa escenas soberbias que demuestran que Berlanga es quizás el mejor realizador español de la Historia. La escena en que Amadeo pilla a la parejita en ‘faena’, sublime toda ella, con el colofón de que mientras José le dice él es noble se le caen los pantalones, la de la boda, dardo envenenado contra la Iglesia y el clasismo social, hay una boda de unos ricos que tienen muy adornada la Iglesia, pues los protagonistas se casan tras ellos y los monaguillos (entre los que estaba Alfredo Landa) desmontan todo, las flores, los cojines, apagan las velas y recogen la alfombra en lo que es una delirante situación, esto basado en la boda del propio Berlanga y que le pasó algo parecido, cuando Amadeo y José van a la feria del libro a por la recomendación del escritor Corcuera con el divertido guiño cinéfilo a Bergman y Antonioni, cuando José Luis separa a unos tipos (entre ellos Agustín González) que se pelean pues se empieza por ahí y al final le toca actuar al verdugo, Amadeo midiendo a ojo la talla de cuello de José Luis, sombrío, cuando la pareja ya felices en el piso reciben el telegrama, DESCOMUNAL , de un humor ácido abrasante, y Amadeo con la esperpéntica coletilla <Ahí no he actuado yo>,… (continua en spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
... la de las cuevas del Drac, con la Guardia Civil desde una barca llamando por altavoz a José Luis Rodríguez, la charla que tiene el alcaide con José Luis <Usted es un hombre, yo soy un hombre, el condenado también es un hombre, y entre hombres cual es el problema?>, y José Luis <El indulto!>, a lo que el alcaide responde estoicamente <No. Acabar cuanto antes>, por supuesto la escena clímax (spoiler), y el lapidario epílogo (spoiler), y más genialidades, entre ellas el diálogo en que Amadeo justifica ante José Luis su empleo: - Me hacen reír los que dicen que el garrote es inhumano. Qué es mejor la guillotina? Usted cree que se puede enterrar a un hombre hecho pedazos? - No, yo no entiendo de eso. - Y qué me dice de los americanos. La silla eléctrica son miles de voltios. Los deja negros, abrasados. A ver dónde está la humanidad de la silla! - Yo creo que la gente debe morir en su cama. No? - Naturalmente, pero si existe la pena de muerte, alguien tiene que aplicarla.
Berlanga tomó la idea del film de la historia que le conto un abogado, este le narró que en 1959 Pilar Prades Expósito ‘La Envenenadora de Valencia’ (la última mujer ajusticiada a muerte en España), iba a ser ejecutada y el verdugo, Antonio López Sierra, estaba abatido por ser fémina y por los gritos y llantos de esta, hubo que ponerle un sedante, teniendo que llevar a rastras a los dos, al verdugo y a la víctima. Años después del film, en la década de los 70, José Monero tomó el trabajo de verdugo creyendo que nunca tendría que ejercer, fue llamado a ejecutar al asesino alemán Heinz Ches, quiso dimitir, pero al final lo hizo.
Es una Obra tocada por la perfección, atemporal y universal, una comedia agridulce que radiografía con crudeza el patetismo de la Condición Humana, OBRA MAESTRA que rivaliza con ‘Los Santos Inocentes’ por ser la mejor de nuestro cine. Fuerza y honor!!!
Spoiler:
ICONO del Séptimo Arte es la escena a plano fijo en que José Luis, vestido de turista, desmayándose y sin poder mantenerse en pie es arrastrado por guardias por el gran patio, parte de la gente que lleva al reo (Manuel Alexandre) mucho más entero, deja a este para sostener a José y llevarlo hacia una diminuta puerta, con la nota de humor de Berlanga sosteniendo el plano para que veamos como uno de los funcionarios recoge el sombrero de turista de José Luis, Cumbre del cine patrio. Y por último su Magno epílogo, Carmen con el niño y su padre Amadeo esperan a José Luis en el barco, este llega traído por la Guardia Civil, se sienta apesadumbrado al lado de Carmen que da biberón al niño, le da la paga a Carmen y Amadeo lo ve y dice que han debido subir el trabajo, José Luis furioso le espeta <No lo haré más, entiende? No lo haré más!> y Amadeo le responde con el niño en brazos <Eso dije yo la primera vez>, Amadeo, la cámara se fija en un descapotable que llega con jóvenes de fiesta a un yate, los chicos bailan en cubierta el ‘Twist del Verdugo’, mientras se aleja del puerto, es el contrapunto berlanguiano en que le gusta confrontar dos situaciones antagónicas.
Berlanga tomó la idea del film de la historia que le conto un abogado, este le narró que en 1959 Pilar Prades Expósito ‘La Envenenadora de Valencia’ (la última mujer ajusticiada a muerte en España), iba a ser ejecutada y el verdugo, Antonio López Sierra, estaba abatido por ser fémina y por los gritos y llantos de esta, hubo que ponerle un sedante, teniendo que llevar a rastras a los dos, al verdugo y a la víctima. Años después del film, en la década de los 70, José Monero tomó el trabajo de verdugo creyendo que nunca tendría que ejercer, fue llamado a ejecutar al asesino alemán Heinz Ches, quiso dimitir, pero al final lo hizo.
Es una Obra tocada por la perfección, atemporal y universal, una comedia agridulce que radiografía con crudeza el patetismo de la Condición Humana, OBRA MAESTRA que rivaliza con ‘Los Santos Inocentes’ por ser la mejor de nuestro cine. Fuerza y honor!!!
Spoiler:
ICONO del Séptimo Arte es la escena a plano fijo en que José Luis, vestido de turista, desmayándose y sin poder mantenerse en pie es arrastrado por guardias por el gran patio, parte de la gente que lleva al reo (Manuel Alexandre) mucho más entero, deja a este para sostener a José y llevarlo hacia una diminuta puerta, con la nota de humor de Berlanga sosteniendo el plano para que veamos como uno de los funcionarios recoge el sombrero de turista de José Luis, Cumbre del cine patrio. Y por último su Magno epílogo, Carmen con el niño y su padre Amadeo esperan a José Luis en el barco, este llega traído por la Guardia Civil, se sienta apesadumbrado al lado de Carmen que da biberón al niño, le da la paga a Carmen y Amadeo lo ve y dice que han debido subir el trabajo, José Luis furioso le espeta <No lo haré más, entiende? No lo haré más!> y Amadeo le responde con el niño en brazos <Eso dije yo la primera vez>, Amadeo, la cámara se fija en un descapotable que llega con jóvenes de fiesta a un yate, los chicos bailan en cubierta el ‘Twist del Verdugo’, mientras se aleja del puerto, es el contrapunto berlanguiano en que le gusta confrontar dos situaciones antagónicas.