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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Drama. Romance Joe Clay, jefe de relaciones públicas de una empresa de San Francisco, conoce durante una fiesta a la bella Kirsten Arnesen. La muchacha se muestra cautelosa al principio, debido a la afición de Joe a la bebida, pero después sucumbe ante su simpatía y se casa con él. (FILMAFFINITY)
24 de mayo de 2023
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
128/11(12/05/23) Sugerente drama sobre el problema del alcoholismo, se puede encuadrar entre las tres grandes cintas que han abordado esta patología, como es la anterior de Billy Wilder “Días sin huella” (1945) y “Leaving Las Vegas” (1995) de Mike Figgis, aunque visto hoy día me ha resultado algo arrugado en como en su sección media se estanca y redunda, así como hay una representación algo caricaturesca de la ebriedad. La he revisionado con motivo del reciente 60 aniversario del estreno (25/12/62) y me he encontrado con una peli loable, aunque vista hoy día se le ven costuras que la impiden elevarse. Dirige Blake Edwards con guión de JP Miller que adapta su propia obra para televisión de 1958 Playhouse 90 del mismo nombre (nominada a un premio Emmy en la categoría Mejor escritura de un programa dramático individual), tenido como gran escaparte y reclamo unas actuaciones brillantes de la pareja protagónica Jack Lemmon y Lee Remick, haciendo creíble y emocional la odisea alcohólica en que se sume este binomio. Lemmon componiendo una de sus actuaciones icónicas, y mira que tiene grandes interpretaciones, lejos de caer en el histrionismo fácil, desborda credibilidad, así como quedará para la eternidad la búsqueda de esa botella en la maceta, su actuación aquí es antológica; Remick tocando uno de sus picos con esta alcohólica que no sabe o no
quiere salir del purgatorio en que está sumida y que la engulle, muestra con crudeza el tránsito de no bebedora a enferma etílica, ayudada por una gran labor en maquillaje que nos hacen ver gradualmente como se va demacrando físicamente, suyo es el honor de recitar los versos que termina dando título al film, ‘Largos no son los días de vino y rosas, de un nebuloso sueño surge nuestro sendero y se pierde en otro sueño’, quedando para los restos ese último paseo nocturno hacia no se sabe dónde. Nos embarcamos en una espiral tóxica que los autodestruye de forma paulatina, tocando por el camino la un poco conocida asociación Alcohólicos Anónimos y la ayuda que ofrece, a la vez se adentra en la marginación a que se abocan los que sufren esta lacra, su modus operandi desde el inicio, como lo ven como una forma de socializar mejor, como luego se van mintiendo, como hieren a sus familiares, como pone al alcohol por delante de los seres que los quieren, una patología alienante. Destaca su notable puesta en escena por la esmerada y muy dramática fotografía y la incisiva música del maestro Henry Mancini.

El ejecutivo de relaciones públicas de San Francisco Joe Clay (Jack Lemmon) se encuentra con la secretaria Kirsten Arnesen (Lee Remick). Al considerarla descarada e irrespetuosa al principio, finalmente comienza a salir con ella. Kirsten es abstemio hasta que Joe le enseña a beber en sociedad. Al principio es reacia, pero después de sus primeros Brandy Alexander, admite que tomar una copa la hace "sentirse bien". A pesar de las dudas del padre de Kirsten (Charles Bickford), que dirige un negocio de jardinería en San Mateo, se casan y tienen una hija, Debbie. Joe y Kirsten pasan lentamente del " almuerzo de dos martinis " al alcoholismo en toda regla. Joe es degradado debido a su bajo rendimiento y lo envían fuera de la ciudad para trabajar en una cuenta menor. Kirsten está sola todo el día y encuentra que beber es la mejor manera de pasar el tiempo. Mientras estaba borracha una tarde, provoca un incendio en su apartamento que casi la mata a ella y a Debbie. Finalmente, Joe es despedido y pasa los siguientes años yendo de un trabajo a otro.

Tiene un arranque engañoso en como parece estamos ante una comedia romántica más, con ese encuentro patoso entre Joe y la bonita Kirsten, como de un equívoco surge el amor, pero pronto deriva en el drama sórdido, donde sobresalen en principio las frustraciones profesionales y los sueños rotos, y gradualmente el modo de ir apagando fracasos es con el alcohol, que pasa a formar parte de sus prioridades, expuesto muy alegóricamente con esa estantería en medio de la casa llena de botellas de alcohol. Asistimos la implosión familiar ya con la hijita, asistimos a la caída en el vacío de la pareja arrastrando a su retoña. Pero a partir de que han tocado fondo la película se vuelve reiterativa, estirando las situaciones un tanto sin mucho rumbo fijo, subrayando lo ya remarcado. Donde las borracheras son reflejadas como vueltas a la niñez, y esto me chirría, desgraciadamente he visto a mucha gente ebria y distan de ser estos infantilismos (riendo, saltando en la cama, jugando a que no los oigan, …), entiendo loable se exponga esta lacra, pero me ha resultado un tanto inocente su enfoque.

La gran escena del film, sin duda, es la de Joe buscando el whisky dentro de los maceteros. Resto de situaciones me han resultado poco creíbles. Incluso encuentro su desarrollo bastante misógino, y es que es el hombre el que inicia en el alcoholismo a su mujer, pero luego ella pasa a ser la mala por su adicción sin fin, la que no acepta que es alcohólica, la que prefiere vivir con este placebo, mientras él pasa a ser la brújula moral, incluso esta visión me ha suido cuando menos de torcer el gesto por mi parte, cuando el gran culpable es Joe, la cinta lo deja casi como un Santo. También me faltaría ser más valiente en el tratamiento del sufrimiento de la hija, esto se deja muy de soslayo, cuando realmente es la gran víctima de esta pareja de enfermos. La cinta también hierra en hacernos ver el tiempo que pasa, con unas elipsis muy torpes, esto es fundamental para sentir el sacrificio temporal cuando no beben, o la travesía alcohólica cuánto dura, pasamos de estar ingresado con delirium tremens a renglón seguido estar sobrio y tiempo (¿?) limpio, te pierdes y desorientas un poco.

Aunque por supuesto tiene muchos elementos buenos, como es la forma inteligente en que orgánicamente nos muestran lo fácil que puede ser caer en este vicio, de forma inocente vas haciendo formar de tu vida el alcohol... (SIGO EN SPOILER)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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