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Voto de TOM REGAN:
5
7,2
72.934
Terror. Fantástico. Drama
Cuando lo desea, el vampiro Lestat convierte a sus víctimas en vampiros, concediéndoles así el don de la inmortalidad. A finales del siglo XVIII, Lestat convierte en vampiro a Louis de Pointe, un hombre desolado por la pérdida de su esposa y de su pequeña hija. Doscientos años más tarde, a finales del siglo XX, en San Francisco, Louis decide contar su historia, la historia de amor, terror y éxtasis de un vampiro, a un joven reportero, Daniel Malloy. (FILMAFFINITY) [+]
19 de noviembre de 2019
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
209/15(18/11/19) Fallido film de terror romántico-gótico, más pretencioso que sustancioso, más petulante que enriquecedor, precioso en su continente escaso en su contenido, arranque sugestivo frente a un desarrollo pesaroso y cuasi-aburrido. Dirigida por Neil Jordan, basado en la novela de 1976 de Anne Rice que ella misma adapta, con las estrellas Tom Cruise y Brad Pitt, acompañándoles Antonio Banderas, Stephen Rea, Christian Slater y sobre todo la que más destaca es la adolescente Kisten Dunst en su rol debutante en cine. El enfoque es el de humanizar a los vampiros, hacerlos seres melancólicos que pueden sufrir por su situación de inmortales malditos sedientos de sangre, que además deben vivir en las sombras de la noche, pero esto que puede resultar sugerente, en esta cinta me resulta edulcorado, denso, reiterativo, un bucle constante de enfrentamiento entre un vampiro llorica y otro pícaro que intenta ser su mentor (ya que ha sido su inductor chupasangre). Es un metraje al que le falta trama, adolece de diálogos con poder de atraparte, su evolución resulta muy subrayada en sus dos bloques, por un lado la primera parte en Nueva Orleans, con un (mencionado) inicio cautivador con la presentación de este mundo decadente, pero la chispa de esta esperanza se va apagando en medio de bucles sobre el carácter sentimental de uno frente al otro que intenta disfrutar de su condición, un choque que solo vuelve a chisporrotear un poco con la entrada en escena el soplo de aire fresco de Kirsten Dunst (Anne Rice tuvo una hija llamada Michelle, que murió de leucemia en 1972. Durante años de luto y alcoholismo alcohólica, escribió Entrevista con el vampiro para ayudarla a lidiar con su dolor y pérdida), pero esto dura poco, y ella por sí sola no puede levantar este viaje a ninguna parte, que precisamente en su segunda parte deriva en Paris, para un bloque aparatoso, con unos Rea y Banderas sobreactuados, donde solo merece la pena por lo fastuoso de los magníficos decorados, pero todo esto me queda artificioso y sin fuste. Desembocando en su rush final-epilogo en un minutaje bufo, coronado en una conclusión ridícula. Súmese un casting caótico en su pareja protagónica, donde la compenetración entre Cruise-Pitt resulta penosa, baste decir que ganaron el Premio Golden Razzie para la peor pareja de pantalla muerta e inmóvil, siendo mayestático el error de colocar a Tom Cruise en la piel de Lestat, un vampiro europeo refinado y elegante, vamos, lo contrapuesto al actor de Siracusa. Con David Geffen produciendo, la película recibió un presupuesto de $ 70 millones, sin precedentes para una película en el género de vampiros. Fue nominada al Oscar a la Mejor Dirección de Arte y Mejor Banda Sonora Original, y Kirsten Dunst fue también candidata para un Globo de Oro a la Mejor Actriz de Reparto por su papel en la película.
Comienza en el San Francisco del presente, donde Malloy (Christian Slater), en un apartamento se dispone a hacer una entrevista a un misterioso tipo, Louis (Brad Pitt), que le va a contar su historia, en lo que será el gran bloque de la historia, un flash-back, que arranca en 1791 en una plantación de Nueva Orleans, entonces tenía 24 años y acabba de perder a su esposa e hijo, deprimido era un alcohólico autodestructivo, entonces un vampiro, Lestat (Tom Cruise) le muerde convirtiéndolo en su discípulo chupasangre, aunque el lado humano de Louis estará luchando contra su emergente lado vampírico. Tendrá importancia en el relato Claudia (Kirsten Dunst), una niñita de 12 años, y los vampiros Armand (Antonio Banderas), y Santiago (Stephen Rea).
Es una cinta inane, que va perdiendo fuelle a pasos agigantados desde que arranca, teniendo que dar licencia al rol grimante de ver a Cruiose como vampiro decadente y sofisticado europeo, asistimos a la seducción por parte del europeo al americano, de indisimuladas resonancias homoeróticas (el modo en que lo muerde en el cuello, y como se visualiza el éxtasis cuasi-orgásmico es notorio), pero este componente que fluye en el ambiente resulta estirado sin destino, teniendo que incorporar a la niñita Claudia para intentar dar algo más (introduciendo el elemento perverso de la pedofilia, fetichismo por el modo de vestir a la niña cual muñeca de porcelana, e incluso de reminiscencias a incesto), pero esto que en principio da impulso, me queda errático en el modo en que la historia la empareja cariñosamente a Louis, cuando la personalidad depredadora de ella se empareja a la de Lestat, y no a la del encarnado por Pitt, esto ya es estridente, pero es que el modo de resolver el triángulo a dueto cruje; Esto para saltar al tramo parisino, donde se supone que será un nuevo advenimiento mental para Louis y se convierte en un tramo espeso, con una relación sin alma entre Louis y Armand (por imperativo del guión), que debemos de tragar que hay tensión sexual latente entre ellos, eso sí hermosamente filmado cual anuncio de perfume (esa representación en el escenario de una vampirización a una joven, las catacumbas en que viven los vampiros, y la escena climática incendiaria). Todo me resulta un estiramiento de una idea yendo hacia la nada, la sensación de hueco es enorme, si el vampiro necesita sangre, la mía es que cuenten algo y no me encuentre en una redundancia impresión de que los cadáveres y la hemoglobina (gore en algunos casos) se amontonan intentando tapar lo huero de su contenido.
La película solo será recordada por la fulgurante aparición en cine con 12 añitos de una arrolladoramente carismática Kirsten Dunst (El personaje tenía seis años en la novela), encarnando a la virginal huérfana Claudia, adoptada por la muy disfuncional pareja Lestat-Louis. Es un personaje vivaz, centelleante, con energía, la que evoluciona de inocente joven a una mujer atrapada en el cuerpo de una niña, fenomenal su emocional actuación que ensombrece a sus estrellas partenaires;... (sigo en spoiler)
Comienza en el San Francisco del presente, donde Malloy (Christian Slater), en un apartamento se dispone a hacer una entrevista a un misterioso tipo, Louis (Brad Pitt), que le va a contar su historia, en lo que será el gran bloque de la historia, un flash-back, que arranca en 1791 en una plantación de Nueva Orleans, entonces tenía 24 años y acabba de perder a su esposa e hijo, deprimido era un alcohólico autodestructivo, entonces un vampiro, Lestat (Tom Cruise) le muerde convirtiéndolo en su discípulo chupasangre, aunque el lado humano de Louis estará luchando contra su emergente lado vampírico. Tendrá importancia en el relato Claudia (Kirsten Dunst), una niñita de 12 años, y los vampiros Armand (Antonio Banderas), y Santiago (Stephen Rea).
Es una cinta inane, que va perdiendo fuelle a pasos agigantados desde que arranca, teniendo que dar licencia al rol grimante de ver a Cruiose como vampiro decadente y sofisticado europeo, asistimos a la seducción por parte del europeo al americano, de indisimuladas resonancias homoeróticas (el modo en que lo muerde en el cuello, y como se visualiza el éxtasis cuasi-orgásmico es notorio), pero este componente que fluye en el ambiente resulta estirado sin destino, teniendo que incorporar a la niñita Claudia para intentar dar algo más (introduciendo el elemento perverso de la pedofilia, fetichismo por el modo de vestir a la niña cual muñeca de porcelana, e incluso de reminiscencias a incesto), pero esto que en principio da impulso, me queda errático en el modo en que la historia la empareja cariñosamente a Louis, cuando la personalidad depredadora de ella se empareja a la de Lestat, y no a la del encarnado por Pitt, esto ya es estridente, pero es que el modo de resolver el triángulo a dueto cruje; Esto para saltar al tramo parisino, donde se supone que será un nuevo advenimiento mental para Louis y se convierte en un tramo espeso, con una relación sin alma entre Louis y Armand (por imperativo del guión), que debemos de tragar que hay tensión sexual latente entre ellos, eso sí hermosamente filmado cual anuncio de perfume (esa representación en el escenario de una vampirización a una joven, las catacumbas en que viven los vampiros, y la escena climática incendiaria). Todo me resulta un estiramiento de una idea yendo hacia la nada, la sensación de hueco es enorme, si el vampiro necesita sangre, la mía es que cuenten algo y no me encuentre en una redundancia impresión de que los cadáveres y la hemoglobina (gore en algunos casos) se amontonan intentando tapar lo huero de su contenido.
La película solo será recordada por la fulgurante aparición en cine con 12 añitos de una arrolladoramente carismática Kirsten Dunst (El personaje tenía seis años en la novela), encarnando a la virginal huérfana Claudia, adoptada por la muy disfuncional pareja Lestat-Louis. Es un personaje vivaz, centelleante, con energía, la que evoluciona de inocente joven a una mujer atrapada en el cuerpo de una niña, fenomenal su emocional actuación que ensombrece a sus estrellas partenaires;... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Del resto del deslucido casting decir por ejemplo que Brad Pitt (en una cansina actuación de gimoteador sin fronteras) estuvo muy cerca de abandonar el proyecto, pero los cuarenta millones de dólares que habría tenido que pagar por romper su contrato le hicieron cambiar de idea. A las duras condiciones de rodaje, se sumaba su desacuerdo con la adaptación de su personaje. En la película, al contrario que en la novela, Louis no era sino un vampiro en constante estado de depresión.
La puesta si resulta brillante, lástima que el resto no acompañe. La miscelánea entre la fascinante cinematografía de Phillipe Rousselot (“Las amistades peligrosas” o “Big Fish”), el sensacional diseño de vestuario dela tri-oscarizada Sandy Powell (“Shakespeare in love” o “La joven Victoria”), y el fascinante diseño de producción de otro tri-oscarizado y nominado al Oscar por esta labor (perdió ante la “La locura del Rey Jorge”) el italiano Dante Ferretti (“Sweeney Todd” o “Hugo”), trabajando este a la limón (como siempre) con sus esposa decoradora Francesca Lo Schiavo, con escenarios decadentes criollos de Nueva Orleans, la plantación, pantanos, el puerto con sus barcos de velas, junto al ambiente parisino, con su ópera y el columbario, emitiendo un halo de misterio fabuloso, de gran belleza visual en su barroquismo visual, ello con prácticamente toda la filmación de noche, sabiendo modular con las sombras, la semioscuridad con las cortinas ondulantes para generar tensión. La filmación se realizó principalmente en Nueva Orleans y Londres, con rodajes limitados en San Francisco y París. La plantación de Louis era una combinación principalmente de la Plantación Destrehan, justo al oeste de Nueva Orleans, y la Plantación Oak Alley en la cercana Vacherie. La representación de Nueva Orleans del siglo XVIII y principios del XIX se logró con una combinación de rodaje en el barrio francés de Nueva Orleans y filmación en un paseo marítimo especialmente diseñado a lo largo del río Mississippi. La producción luego se trasladó a Londres, donde se construyeron decoraciones interiores en los estudios Pinewood. Los decorados incluían los interiores de Louis, Lestat y la casa de Claudia y Nueva Orleans, la suite del hotel de París de Claudia y Louis, el Théâtre des Vampires (construido en el escenario 007 de Pinewood) y las catacumbas donde viven los vampiros parisinos. El rodaje tuvo lugar en San Francisco, principalmente en el puente Golden Gate, con la fachada externa del hotel Louis ubicado en la intersección de Taylor Street, Market Street y Golden Gate Avenue. En París, el exterior y el vestíbulo de la Opera Garnier se vistió para filmar la llegada de Louis y Claudia a su hotel en París; La música es obra de Elliot Goldenthal (“Heat” o “Enemigos públicos”), que impregna de un halo nostálgico los fotogramas, con melodías orquestales que se amoldan al tono tristón-decadente de la historia.
Stan Winston y su equipo supervisaron los efectos visuales, mientras que el Dominio Digital recién fundado fue responsable de crear los efectos digitales bajo la supervisión del Supervisor de Efectos Visuales Robert Legato. La entrevista con el vampiro iba a requerir principalmente efectos de maquillaje. Winston diseñó las apariencias de vampiros y los efectos de maquillaje de los personajes, incluida una técnica para estampar venas azules translúcidas en las caras de los actores. Esto requirió que los actores colgaran boca abajo durante 30 minutos, para que la sangre corriera a sus cabezas y hiciera que sus venas sobresalieran, permitiendo a los maquilladores trazar patrones realistas.
Me queda un producto que promete, pero no reembolsa el crédito dado. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2019/11/entrevista-conel-vampiro.html
La puesta si resulta brillante, lástima que el resto no acompañe. La miscelánea entre la fascinante cinematografía de Phillipe Rousselot (“Las amistades peligrosas” o “Big Fish”), el sensacional diseño de vestuario dela tri-oscarizada Sandy Powell (“Shakespeare in love” o “La joven Victoria”), y el fascinante diseño de producción de otro tri-oscarizado y nominado al Oscar por esta labor (perdió ante la “La locura del Rey Jorge”) el italiano Dante Ferretti (“Sweeney Todd” o “Hugo”), trabajando este a la limón (como siempre) con sus esposa decoradora Francesca Lo Schiavo, con escenarios decadentes criollos de Nueva Orleans, la plantación, pantanos, el puerto con sus barcos de velas, junto al ambiente parisino, con su ópera y el columbario, emitiendo un halo de misterio fabuloso, de gran belleza visual en su barroquismo visual, ello con prácticamente toda la filmación de noche, sabiendo modular con las sombras, la semioscuridad con las cortinas ondulantes para generar tensión. La filmación se realizó principalmente en Nueva Orleans y Londres, con rodajes limitados en San Francisco y París. La plantación de Louis era una combinación principalmente de la Plantación Destrehan, justo al oeste de Nueva Orleans, y la Plantación Oak Alley en la cercana Vacherie. La representación de Nueva Orleans del siglo XVIII y principios del XIX se logró con una combinación de rodaje en el barrio francés de Nueva Orleans y filmación en un paseo marítimo especialmente diseñado a lo largo del río Mississippi. La producción luego se trasladó a Londres, donde se construyeron decoraciones interiores en los estudios Pinewood. Los decorados incluían los interiores de Louis, Lestat y la casa de Claudia y Nueva Orleans, la suite del hotel de París de Claudia y Louis, el Théâtre des Vampires (construido en el escenario 007 de Pinewood) y las catacumbas donde viven los vampiros parisinos. El rodaje tuvo lugar en San Francisco, principalmente en el puente Golden Gate, con la fachada externa del hotel Louis ubicado en la intersección de Taylor Street, Market Street y Golden Gate Avenue. En París, el exterior y el vestíbulo de la Opera Garnier se vistió para filmar la llegada de Louis y Claudia a su hotel en París; La música es obra de Elliot Goldenthal (“Heat” o “Enemigos públicos”), que impregna de un halo nostálgico los fotogramas, con melodías orquestales que se amoldan al tono tristón-decadente de la historia.
Stan Winston y su equipo supervisaron los efectos visuales, mientras que el Dominio Digital recién fundado fue responsable de crear los efectos digitales bajo la supervisión del Supervisor de Efectos Visuales Robert Legato. La entrevista con el vampiro iba a requerir principalmente efectos de maquillaje. Winston diseñó las apariencias de vampiros y los efectos de maquillaje de los personajes, incluida una técnica para estampar venas azules translúcidas en las caras de los actores. Esto requirió que los actores colgaran boca abajo durante 30 minutos, para que la sangre corriera a sus cabezas y hiciera que sus venas sobresalieran, permitiendo a los maquilladores trazar patrones realistas.
Me queda un producto que promete, pero no reembolsa el crédito dado. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2019/11/entrevista-conel-vampiro.html