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Voto de TOM REGAN:
8
7,7
25.758
Drama. Comedia
Marcello Rubini es un desencantado periodista romano, en busca de celebridades, que se mueve con insatisfacción por las fiestas nocturnas que celebra la burguesía de la época. Merodea por distintos lugares de Roma, siempre rodeado de todo tipo de personajes, especialmente de la élite de la sociedad italiana. En una de sus salidas se entera de que Sylvia, una célebre diva del mundo del cine, llega a Roma, cree que ésta es una gran ... [+]
21 de enero de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
11(14/01/15-25/12/23) Probablemente el film más famoso del genial director italiano Federico Fellini, cruda sátira sobre la corrompida sociedad italiana, arremete con saña y cinismo contra la burguesía, aristocracia, iglesia, matrimonio, intelectualidad, familia, arte, famosos, prensa, con trama episódica que resulta un collage decadente en que se mezclan lo simbólico, lo alegórico, e incluso lo surrealista, todo con el marcado sello felliniano de lo barroco, lo bizarro, lo excesivo, siendo el alter ego del director un inconmensurable Marcello Mastroiani. Un transgresor film, desmenuza las miserias decadentes de una sociedad que ha pasado de las penurias de la post-guerra al auge económico reflejado en una alta burguesia que Fellini retrata vacía, hueca, sin rumbo, para ello no se priva de traspasar las líneas de lo políticamente correcto, por lo que la Iglesia Católica a través del periódico vaticano L’Osservatore Romano la condenó por obscena, el Cristo llegando por los cielos de Roma se dijo era parodia sobre el segundo advenimiento, o sus nadas sutiles escenas de bacanales y orgias sexuales, con striptease, o bailes sensuales, en España no se pudo ver por la censura franquista hasta 1981. Su enorme calidad queda reflejada en el premio de la Palma de Oro en Cannes, además obtuvo 3 nominaciones a los Oscars, dirección, guión y dirección artística, asimismo fue el más taquillero en la filmografía felliniana.
El guión es original, escrito por Fellini con Tullio Pinelli (“Las noches de Cabirira”), Ennio Flaiano (“El verdugo”), Brunello Rondi (“Fellini 8 y ½”) y Pier Paolo Pasolini (no acreditado), se inspiran en experiencias reales para dramatizar el relato-mosaico, Fellini se inspira en su trabajo de 1954 como joven periodista para la revista Marc’Aurelio, en 1956 Federico escribió un ensayo, “Un viaje con Anita” sobre un escritor en Roma que tiene una amante tras su reciente divorcio. El 1 de mayo de 1950 fue trasladada una figura de Cristo por aire sobre el cielo de Roma, con destino al Vaticano, reflejado en el inicio del film. Dos niñas de Terni en junio 1953 afirmaron tener apariciones marianas, reflejado esto en uno de los bloques del film. El striptease de Nadia se inspira en el hecho real que sucedió en una fiesta en 1958 teniendo como protagonista a RH. Vanderbilt. El suceso que compete a Steiner se inspira en intelectual angustiado que mató a sus dos hijos y después se mató. El fotógrafo amarillista Paparazzo está inspirado en e Tazio Secchiaroli. El personaje de Steiner es obra del guionista Tullio Pinelli, se inspira en el escritor Cesare Pavese, con el que fue a la escuela, se suicidó debido a la presión existencial-intelectual en un hotel en 1950.
Fellini deconstruye con vigor y dosis vitriólicas de humor la plúmbea sociedad transalpina, nos pone en la mirada caustica de este vividor cronista (Marcello) para a través de él nos adentremos en un viaje hedonista por la Ciudad Eterna en lo que es un mundo sombrío, hipócrita, artificioso, superficial, donde prevalece el nihilismo, la frivolidad, el desengaño, la frustración existencial, la perversión sexual, moviéndose Marcello por una jungla nocturna poblada de seres mediocres en fase de putrefacción espiritual, con el alma vacua, indolente, insustanciales. Habla de cómo las celebridades artísticas parecen vivir en una burbuja donde nada les llena, nada les satisface, y a su alrededor toda una plebe de parásitos que intentan vivir de sus migajas, los periodistas, los fotógrafos o los representantes. Pone en el centro a un tipo que comienza como observador, pero poco a poco se contagia de esta nadería en la que pululan esta fauna, compuesta de actores, aristócratas, poetas, intelectuales, millonarios, playboys, prostitutas, visionarios, oportunistas, vividores, quedando el protagonista empapado del hastío y decadencia moral de estos seres impávidos, es un microcosmos surtido de personajes infelices, nadie está conforme con su status. Incluso se atisban alegorías visuales entre los vestigios del Imperio Romano y la decadencia actual de sus gentes, como remarcando que el colapso de las civilizaciones acaece por la desidia de sus altas esferas. Fellini enfoca a un microcosmos apático, envuelto en el pesimismo existencial, imprimiendo caricatura, perversión, con toques esperpénticos-sardónicos.
Como bien he leído la gente se queda en subconsciente la Icónica imagen de Anita Ekberg en la Fontana de Trevi, pero la historia de más calado emocional es la referente a Steiner, representa para Marcello el ideal de lo que querría ser y tener, a través de 3 encuentros se construye y derrumba un intelectual con pies de barro-desesperanzado, con familia modélica, buena esposa, dos buenos hijos, buena casa, sin problemas económicos, rodeado de gente “chic”, intelecto bien amueblado, en realidad tanta perfección lo acongoja, como bien le espeta en una dura escena a Marcello <Es mejor una vida anárquica, créeme, que una existencia basada en una sociedad organizada>, desprendiendo un estremecedor vacío anímico nihilista, esto nos lleva a días después cuando decide pegarse un tiro en la sien no sin antes asesinar a sus dos hijitos, en un acto de desesperación existencial-nihilista, arrollado por el sinsentido de un mundo que entiende malsano, esto da pie a que Marcello se quede sin referencia en su mundo, se queda huérfano de salir del circulo vicioso en que se encuentra, esta bajada a los “Infiernos” que clara en el último bloque de la fiesta bacanal, despiporre sexual y de alcohol.
Despedaza con mordacidad al mundo de la prensa sensacionalista, los pinta como alimañas sin sentimientos, buitres carroñeros, depredadores desalmados capaces de anhelar con patetismo una foto de una masacre familiar, o en el colmo del humor negro hacer paralelismos con una mujer a la que acaban de matar sus dos hijitos y fotografían provocando estupor, pero creando una turbadora analogía con las estrellas de cine, sangrante perversión. … (continua en spoiler)
El guión es original, escrito por Fellini con Tullio Pinelli (“Las noches de Cabirira”), Ennio Flaiano (“El verdugo”), Brunello Rondi (“Fellini 8 y ½”) y Pier Paolo Pasolini (no acreditado), se inspiran en experiencias reales para dramatizar el relato-mosaico, Fellini se inspira en su trabajo de 1954 como joven periodista para la revista Marc’Aurelio, en 1956 Federico escribió un ensayo, “Un viaje con Anita” sobre un escritor en Roma que tiene una amante tras su reciente divorcio. El 1 de mayo de 1950 fue trasladada una figura de Cristo por aire sobre el cielo de Roma, con destino al Vaticano, reflejado en el inicio del film. Dos niñas de Terni en junio 1953 afirmaron tener apariciones marianas, reflejado esto en uno de los bloques del film. El striptease de Nadia se inspira en el hecho real que sucedió en una fiesta en 1958 teniendo como protagonista a RH. Vanderbilt. El suceso que compete a Steiner se inspira en intelectual angustiado que mató a sus dos hijos y después se mató. El fotógrafo amarillista Paparazzo está inspirado en e Tazio Secchiaroli. El personaje de Steiner es obra del guionista Tullio Pinelli, se inspira en el escritor Cesare Pavese, con el que fue a la escuela, se suicidó debido a la presión existencial-intelectual en un hotel en 1950.
Fellini deconstruye con vigor y dosis vitriólicas de humor la plúmbea sociedad transalpina, nos pone en la mirada caustica de este vividor cronista (Marcello) para a través de él nos adentremos en un viaje hedonista por la Ciudad Eterna en lo que es un mundo sombrío, hipócrita, artificioso, superficial, donde prevalece el nihilismo, la frivolidad, el desengaño, la frustración existencial, la perversión sexual, moviéndose Marcello por una jungla nocturna poblada de seres mediocres en fase de putrefacción espiritual, con el alma vacua, indolente, insustanciales. Habla de cómo las celebridades artísticas parecen vivir en una burbuja donde nada les llena, nada les satisface, y a su alrededor toda una plebe de parásitos que intentan vivir de sus migajas, los periodistas, los fotógrafos o los representantes. Pone en el centro a un tipo que comienza como observador, pero poco a poco se contagia de esta nadería en la que pululan esta fauna, compuesta de actores, aristócratas, poetas, intelectuales, millonarios, playboys, prostitutas, visionarios, oportunistas, vividores, quedando el protagonista empapado del hastío y decadencia moral de estos seres impávidos, es un microcosmos surtido de personajes infelices, nadie está conforme con su status. Incluso se atisban alegorías visuales entre los vestigios del Imperio Romano y la decadencia actual de sus gentes, como remarcando que el colapso de las civilizaciones acaece por la desidia de sus altas esferas. Fellini enfoca a un microcosmos apático, envuelto en el pesimismo existencial, imprimiendo caricatura, perversión, con toques esperpénticos-sardónicos.
Como bien he leído la gente se queda en subconsciente la Icónica imagen de Anita Ekberg en la Fontana de Trevi, pero la historia de más calado emocional es la referente a Steiner, representa para Marcello el ideal de lo que querría ser y tener, a través de 3 encuentros se construye y derrumba un intelectual con pies de barro-desesperanzado, con familia modélica, buena esposa, dos buenos hijos, buena casa, sin problemas económicos, rodeado de gente “chic”, intelecto bien amueblado, en realidad tanta perfección lo acongoja, como bien le espeta en una dura escena a Marcello <Es mejor una vida anárquica, créeme, que una existencia basada en una sociedad organizada>, desprendiendo un estremecedor vacío anímico nihilista, esto nos lleva a días después cuando decide pegarse un tiro en la sien no sin antes asesinar a sus dos hijitos, en un acto de desesperación existencial-nihilista, arrollado por el sinsentido de un mundo que entiende malsano, esto da pie a que Marcello se quede sin referencia en su mundo, se queda huérfano de salir del circulo vicioso en que se encuentra, esta bajada a los “Infiernos” que clara en el último bloque de la fiesta bacanal, despiporre sexual y de alcohol.
Despedaza con mordacidad al mundo de la prensa sensacionalista, los pinta como alimañas sin sentimientos, buitres carroñeros, depredadores desalmados capaces de anhelar con patetismo una foto de una masacre familiar, o en el colmo del humor negro hacer paralelismos con una mujer a la que acaban de matar sus dos hijitos y fotografían provocando estupor, pero creando una turbadora analogía con las estrellas de cine, sangrante perversión. … (continua en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
…O picando a un marido “cornudo” y al supuesto adultero para que se peguen y así poder fotografiarlo, escalofriante mundo de rapiñas. Tampoco se libra la religión del aguijón Felliniano, desde su inicio en el que se mezcla un Cristo volando por Roma con unas mujeres en bikini en una azotea tomando el sol, o en el capítulo de la aparición mariana haciendo guiñol de la fe dogmática de la gente que se agarra a un clavo ardiendo, o más sutil cuando tras la noche-bacanal en el palacio abandonado salen a la luz los “fiestero” y se topan con los dueños que van a misa, menudo contraste, lo pagano con lo religioso.
Puesta en escena superlativa, con diseño de producción de Piero Gherrardi (“Fellini 8 y medio”) espléndido, rodada en su mayor parte en los Cinecittà Studios de Roma, con más de 80 escenarios diferentes, también en hermosos escenarios romanos, como la Vía Veneto, la Cúpula de San Pedro, el castillo real de Bassano di Sutri palacio al norte de Roma, así como varios clubs nocturnos, la última escena en la playa pertenece a Passo Oscuro pequeño pueblo litoral italiano a 30 km al norte de la capital, y por supuesto la Antológica Fontana di Trevi, auténtico símbolo cinéfilo desde entonces, estos bellos lugares contrarrestados por otros lúgubres, como el cochambroso apartamento de la prostituta o el barrio pobre de la aparición mariana, este mismo diseñador crea el fastuoso vestuario, Mítico el vestido de Anita Ekberg. A esto se suma la gran fotografía de Otello Martelli (“La strada”), en b/n, rebosante de alegorías visuales, jugando con penumbras, claroscuros en contraposición a otras escenas más luminosas, con composición de tomas fascinantes, como la del baño de Anita en la Fontana, con algunos planos-secuencia sugestivos, con dramáticos primeros planos, subjetivos, aéreos, tomas generales con gentío, magistral labor. Esto adornado por deliciosas melodías compuestas por Nino Rota (habitual de Fellini, además de crear la Apoteósica B.S.O. de “El padrino”), mezcla de melodías que se acoplan de maravilla a cada momento, aportando sentido festivo y jolgorio, siendo un coctel en el que se oye jazz, pop, rock y hasta música religiosa sacra.
El elenco actoral es sobresaliente, con un sensacional Marcello Mastroiani, carismático, melancólico, nostálgico, seductor, dubitativo, ambiguo, un vividor enamoradizo en continua travesía de fiesta en fiesta mientras busca sentido a su vida se hunde más y más en el vacío espiritual, tremendo seduciendo o despendolándose en la bacanal final, rompiendo el cojín de plumas y subiéndose a lomos de una mujer a 4 patas, escalofriante reflejo de lo banal. Unos secundarios que se hacen un fenomenal hueco, como Yvonne Furneaux como la irascible pareja de Marcello. La atómica Anita Ekberg, un volcán de mujer, una tormenta de sensualidad, imposible no caer rendido a sus pies, a su ternura jugando con un gatito, o sus movimientos sexys en un baile, o a su voluptuosidad glamurosa en la Mítica Fontana. Alain Cuny extraordinario como decadente intelectual angustiado por su visión pesimista del mundo. Anouk Aimeé encantadora como la amante ocasional. Lex Barker muy bueno en su rol de marido borrachín celoso. Y más en un reparto inacabable.
Le encuentro una tara que es su desmedido metraje que por momentos se me hace redundante, quizás para hacer más petreo y sólido el film deberían haber metido algo de buena tijera, pareciendo tanta fiesta un bucle, siendo algunas subtramas más interesantes que otras, siendo extraño en el conjunto la de las apariciones marianas, no me encaja con el resto del metraje, es como un film dentro de otro que no tiene nada que ver, los momentos buenos son Colosales pero hay otros que bajan la media y socaban el conjunto sensiblemente.
Una Gran película. Fuerza y honor!!!
Crítica sesgada por el límite de caracteres, ver íntegra en: http://tomregan.blogspot.com/2015/01/la-dolce-vita.html
Puesta en escena superlativa, con diseño de producción de Piero Gherrardi (“Fellini 8 y medio”) espléndido, rodada en su mayor parte en los Cinecittà Studios de Roma, con más de 80 escenarios diferentes, también en hermosos escenarios romanos, como la Vía Veneto, la Cúpula de San Pedro, el castillo real de Bassano di Sutri palacio al norte de Roma, así como varios clubs nocturnos, la última escena en la playa pertenece a Passo Oscuro pequeño pueblo litoral italiano a 30 km al norte de la capital, y por supuesto la Antológica Fontana di Trevi, auténtico símbolo cinéfilo desde entonces, estos bellos lugares contrarrestados por otros lúgubres, como el cochambroso apartamento de la prostituta o el barrio pobre de la aparición mariana, este mismo diseñador crea el fastuoso vestuario, Mítico el vestido de Anita Ekberg. A esto se suma la gran fotografía de Otello Martelli (“La strada”), en b/n, rebosante de alegorías visuales, jugando con penumbras, claroscuros en contraposición a otras escenas más luminosas, con composición de tomas fascinantes, como la del baño de Anita en la Fontana, con algunos planos-secuencia sugestivos, con dramáticos primeros planos, subjetivos, aéreos, tomas generales con gentío, magistral labor. Esto adornado por deliciosas melodías compuestas por Nino Rota (habitual de Fellini, además de crear la Apoteósica B.S.O. de “El padrino”), mezcla de melodías que se acoplan de maravilla a cada momento, aportando sentido festivo y jolgorio, siendo un coctel en el que se oye jazz, pop, rock y hasta música religiosa sacra.
El elenco actoral es sobresaliente, con un sensacional Marcello Mastroiani, carismático, melancólico, nostálgico, seductor, dubitativo, ambiguo, un vividor enamoradizo en continua travesía de fiesta en fiesta mientras busca sentido a su vida se hunde más y más en el vacío espiritual, tremendo seduciendo o despendolándose en la bacanal final, rompiendo el cojín de plumas y subiéndose a lomos de una mujer a 4 patas, escalofriante reflejo de lo banal. Unos secundarios que se hacen un fenomenal hueco, como Yvonne Furneaux como la irascible pareja de Marcello. La atómica Anita Ekberg, un volcán de mujer, una tormenta de sensualidad, imposible no caer rendido a sus pies, a su ternura jugando con un gatito, o sus movimientos sexys en un baile, o a su voluptuosidad glamurosa en la Mítica Fontana. Alain Cuny extraordinario como decadente intelectual angustiado por su visión pesimista del mundo. Anouk Aimeé encantadora como la amante ocasional. Lex Barker muy bueno en su rol de marido borrachín celoso. Y más en un reparto inacabable.
Le encuentro una tara que es su desmedido metraje que por momentos se me hace redundante, quizás para hacer más petreo y sólido el film deberían haber metido algo de buena tijera, pareciendo tanta fiesta un bucle, siendo algunas subtramas más interesantes que otras, siendo extraño en el conjunto la de las apariciones marianas, no me encaja con el resto del metraje, es como un film dentro de otro que no tiene nada que ver, los momentos buenos son Colosales pero hay otros que bajan la media y socaban el conjunto sensiblemente.
Una Gran película. Fuerza y honor!!!
Crítica sesgada por el límite de caracteres, ver íntegra en: http://tomregan.blogspot.com/2015/01/la-dolce-vita.html