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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Intriga Debido a un malentendido, a Roger O. Thornhill, un ejecutivo del mundo de la publicidad, unos espías lo confunden con un agente del gobierno llamado George Kaplan. Secuestrado por tres individuos y llevado a una mansión en la que es interrogado, consigue huir antes de que lo maten. Pero cuando al día siguiente regresa a la casa acompañado de la policía, le espera una sorpresa. (FILMAFFINITY)
14 de junio de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
89/10(22/05/15) Uno de los films más famosos del orondo realizador londinense, una obra para pasar el rato, pero de kilates, la única que rodó para la MGM es un entretenimiento que no te suelta desde su inicio, thriller de acción que te mantiene pegado a la pantalla, con un protagonista en estado de gracia, Cary Grant en su cuarta y última colaboración con Hitchcock, sigue uno de los temas preferidos del director, el falso culpable, el tipo de clase media sospechoso de algo malo. Se le llamó la primera película James Bond, por sus paralelismos con el espía socarrón británico que estaba por nacer tres años después, por su trama de espías, su elegante héroe, el sofisticado villano, el múltiple humor que se le añade, y por sus formas de producto escapista. En mi opinión no llega a la obra maestra que muchos ven, le falta un guión más pulido, que no haya que darle tantas licencias, hay recursos a los que no soportan un mínimo análisis, comportamientos propios de gente con un cerebro disminuido, pero olvidándome de sus desproporcionadas loas me encuentro un relato trepidante que hace pasar un metraje muy ameno, sin capacidad de profundidad.

La cinta con el guión de Ernest Lehman (“Chantaje en Broadway”) es puro y despreocupado divertimento, de principio a fin, suspende cualquier tipo de introspección de personajes, y súbete en esta montaña rusa de escenas que conjugan con ingenio la acción con el humor más sano, uno de esos films que cuando acabas no serás mejor persona, pero la sonrisita la tendrás buen rato. Toca temas propios Hitch, la falsa identidad, la astucia, el afán de supervivencia, el sacrificio por la patria, la pujante Guerra fría, pero todo desde un enfoque liviano, sin hondura, pero con ritmo frenético, la acción se sucede cual tsunami, con dosis notables de suspense y mucho humor, ello acrecentado por el juego de confusiones de personas, por engaños, por suplantaciones de espías, todo en un clima trivial, nunca sientes realmente que el héroe vaya a morir, no sientes su drama, y es que él se lo toma todo a broma. La construcción de personajes incrementa la sensación de producto pasarratos, todos planos. El film tiene algún paralelismo misógino con “Encadenados”, con la chica que se sacrifica por su país, teniendo que acostarse con el malo por el bien de su patria, una constante en el cine Hitch, donde predominan los hombres, y las mujeres suelen ser bellas formas que satisfacen los deseos del macho alfa. Lo negativo en spoiler.

Cary Grant resulta estupendo, simpático, chispeante, fresco, encantador, seductor, elegante, con mucho humor, tipo que mantiene la compostura y la mordacidad en las peores situaciones, como en el secuestro de inicio, la borrachera en el juicio, o en la subasta, todo un precursor del estilo James Bond, un Icono del Séptimo Arte, con su cinismo, ironía y sofisticación, por supuesto que no es profundo, no lo intenta, está al servicio de la cusa del film, que es ser un pasarratos ameno, el papel en principio era para James Stewart, pero se descartó por viejo, curiosamente se le dio a Grant que era cuatro años mayor que Stewart. Eva Marie Saint aporta el clásico rol de chica Hitchcock, rubia seductora que suele tener algún fantasma en el armario, dota a su papel de atractivo y sensualidad, teniendo su mejor punto en su tremenda química con Grant, excelente compenetración. James Mason sofisticación y finura, también un precursor villano de la saga Bond, no cae en la caricatura del malo malísimo, le aporta matices, incluso un cierto subtexto homosexual con su relación con su lugarteniente encarnado por Martin Landau, el papel del malo era fue pensado primero para Yul Brynner.

La puesta en escena resulta excelente, el traslado a un mundo idealizado de grandes espacios, con un extraordinario diseño de producción de Robert Boyle (“El caso Thomas Crown”), trasladándote a la Nueva York espectacular llevándote a la Times Square, la Gran Estación de NYC, o la sede de la ONU, los formidables acantilados por los que serpentea un ebrio Thornhill se suponen en Long Island, filmados en el Griffith Park (Los Ángeles), el icónico paraje en medio de la nada para crear la mítica escena de la avioneta fumigadora, supuestamente en Norte de Indiana, rodada en la Garces Road 155, cerca de Wasco y Delano, o la impresionante casa cerca del Monte Rushmore, no real, creada por los escenógrafos estilo Frank Lloyd Wright, construida en Culver City, en los Estudios MGM, y el culmen es la recreación del Monte Rushmore para el clímax, no le dejaron rodar allí, se recreó el monumento en los estudios MGM, consiguiendo gran efecto de realismo (hay que dar la licencia del tiempo en que se rodó), teniendo que cuidar respeto con las figuras para no asociarlas con la violencia. La fotografía del habitual de Hitch, Robert Burks (“La ventana indiscreta”), en VistaVision-Technicolor, exigencia de Hitchcock para competir con la tv, con una gran pantalla, solo otra hizo la MGM con este formato (“Alta sociedad”), sabiendo adaptarse a diferentes escenarios, resalta el patinado amarillento en la escena de los maizales, o los tonos verdes en los bosques, pero sobresaliendo con cromatismos alegres. El editor habitual de Hitch, George Tomasini (“Psycho”), da un gran dinamismo en las escenas de acción, agilidad y sensación de zozobra. Sobresalientes son los créditos iniciales, absorbentes, definitorios del tono laberíntico del relato, el maestro diseñador gráfico Saul Bass (“Vértigo”), crea un sublime entramado de líneas paralelas y oblicuas que se entrecruzan sobre un fondo verde, autos desfigurados que se reflejan en cristaleras, ello encaminado a que igual nada es lo que parece, todo adornado por la Colosal música de Bernard Herrmann, de las mejores partituras de la historia puestas al servicio de las emociones del film, te inquieta, hormiguea, da impresión de intriga, misterio, resaltan instrumentos de viento que te sacuden de modo vertiginoso. (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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