Haz click aquí para copiar la URL
España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Comedia. Acción Miami, años 90. Daniel Lugo y Adrian Doorbal entrenan muy duro en el gimnasio cada día. Debido a su profesión como culturistas, dedican más tiempo a atender su cuerpo que a cualquier otra faceta que suponga un esfuerzo mental. Daniel adora el fitness, pero es un trabajo que no da mucho dinero, y pensar que toda su vida se dedicará a ello le agobia, por lo que decide pasar a la acción y dar un gran golpe. Los dos, junto con Paul, un ex ... [+]
17 de septiembre de 2013
22 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
160*(07/14/09/13) El aparatoso realizador Michael Bay da un giro radical a su filmografía con esta cruenta crítica al Sueño Americano, una sátira que arremete contra la superficialidad pomposa a la que aspiran muchos, una comedia negra de perfil ácido, con momentos de gran humor, sobre todo si tenemos en cuenta que lo que se cuenta está basado en hechos reales, lo que vemos no dista mucho de lo que realmente sucedió.
El escenario es Miami en 1994, el protagonista es Daniel Lugo (buen Mark Whalberg), un fanático culturista monitor en un gimnasio, que todo lo que tiene de músculo le falta de neuronas, un narcisista egocéntrico que tras una conferencia de autoayuda de un gurú charlatán (buen Ken Yeong) decide asaltar el Sueño Americano, para ello decide secuestrar a uno de sus clientes, el millonario y arrogante Victor Kershaw (buen Tony Shalhuab), requiere la ayuda de dos culturistas más, Adrian Doorbal (buen Anthony Mackie), tipo con impotenciapor los esteroides tomados y obsesionado con las mujeres obesas, se ha enamorado de Robin (buena Rebel Wilson) y Paul Doyle (buen Dwayne Johnson), un ex-presidiario cocainómano y muy religioso. Tras algún intento abortado por lo cafres que son lo raptan, torturándolo para que le cedan por contrato todo lo que tiene, después tienen pensado eliminarlo, pero son unos tarugos, entre los 3 no suman medio cerebro. En la historia tendrá importancia un detective, Ed Dubois (buen Ed Harris) y una stripper rumana, Sorina (impresionante Bar Paly).
Los guionistas Christopher Markus (‘Capitán América’) y Stephen McFeely (‘Las Crónicas De Narnia’) se basan en una serie de artículos del periodista Pete Collins publicados en 1999 en el Miami New Times sobre estos tarugos de criminales, esto el realizador lo convierte en una sátira en la que no deja pie con cabeza. Michael Bay con un presupuesto de 25 millones (250 costó la última secuela de ‘Transformers’, Whalberg y Johnson cobraron en porcentaje de taquilla) consigue una cinta rebosante de ritmo, trepidante, que te atrapa desde su arrollador inicio, Whalberg está haciendo abdominales en una pared, los Swat aparecen y sale huyendo por techos de edificios, la nerviosa cámara le sigue, atraviesa una cuerda de ropa tendida, salta desde gran altura a un contenedor de basura, la imagen va en slow, aparece sobreimpresionado el título, y dice la frase <Me llamo Daniel Lugo y creo en el fitness>, hasta que es impactado por un coche, la acción retrocede 6 meses atrás para conocer a Daniel Lugo escuchando en off sus pensamientos sobre como un buen americano debe estar cachas, lo contrario es antipatriótico, cree que si te esfuerzas tienes derecho a todo, sus ídolos son Vito Corleone, Tony Montana y Rocky balboa, ya te ha ganado el personaje por su ingenuidad y frivolidad.
Bay se había distinguido por hacer films megapatrióticos como ‘Pearl Harbor’ o ‘Armaggedon’, aquí le da un zás en toda la boca con este arsenal contra la cultura de las apariencias, del culto al cuerpo, de lo fatuo, del dinero fácil, juega a ser una mezcla eficaz de los Coen y Tarantino. El motor son tres perdedores que son la representación de las aspiraciones por alcanzar el éxito, se creen con el derecho a tenerlo pues tienen un cuerpo espléndido. Esto derivará en una comedia negrísima, llena de momentos delirantes, con diálogos chisposos, situaciones hilarantes, ello con reflexiones mordaces sobre la religión, sobre el culto al cuerpo, sobre el Sueño Americano, sobre hedonismo. Bay consigue una ingeniosa parodia sobre los crímenes perfectos con escenas de un humor oscurísimo, rozando lo absurdo, aunque Bay nos tenga que recordar con un sobreimpresionado que lo que vemos pasó en realidad, se atreve incluso a reírse de sí mismo cuando pone en boca de Daniel que sabe lo que hace pues ha visto mucho cine.
La cinta posee un ritmo endiablado proveniente del estilo videoclipero de Michael Bay, esto funciona a medias, abusa del slow, del congelado, de los giros, de los zooms, los primeros planos, debería aprender a serenarse de vez en cuando, termina por atiborrar al espectador, aunque de vez en cuando construye secuencias brillantes, el antes referido inicio, la charla del gurú, el flash-back que cuenta el pasado de Paul Doyle, el flash-back que cuenta el de Sorina, cuando van a comprar armas, cuando intentan asesinar a Victor, el tramo con los niños en el basket y con las pesas, los surrealistas problemas que tuvieron con unas motosierras (es real), o la singular barbacoa de Paul, ingenioso el uso del sobreimpresionado en medio de alguna escena, en una para recordar que por inverosímil que parezca lo que vemos pasó, y otra vez es usado para reflejar los efectos del consumo de cocaína, son algunos de los grandes momentos del film que te dejaran un gran sabor de boca. Por cierto, quedaros a ver los títulos de crédito y veréis a los verdaderos antihéroes de la cinta.

A la película le falta para ser redonda, además del abuso efectista de su estilo visual, está su desmedido metraje, le falta capacidad de síntesis con lo que el metraje ganaría en solidez y no tendríamos en ciertos pasajes la impresión de estancamiento. También le sobran un par de escenas en las que sobrepasa la coherencia, de hecho no ocurrieron en la realidad (spoiler). Asimismo hay momentos en que el tono de agricomedia se desequilibra. (continua en spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow